Locked out to heaven

Parte 12

La ceremonia de apertura era todo.un éxito, veía a los dos equipos finalistas y me daba orgullo ver de nuevo a T1 como finalista.

Entre todos comentábamos lo grandioso que era este momento y que como cada año, todo era simplemente magnífico.

Cuando dio inicio arranque como si nada hubiera pasado. Todo transcurría normal pero la tensión entre los equipos estaba muy reñida.

Cómo siempre yo riendo y charlando con mis demás compañeros, aunque ahora era distinto. Mi ánimo estaba neutral y no sabía a qué se debía.

Ambos equipos iban con un marcador 2-2 y llegamos hasta una quinta partida, aquí se decidiría todo. Pero veía que ambos equipos estaban desgastados, cuando se hacían las pausas entre partidos yo solo veía como estaban desgastados.

Caminaba por el pasillo hacia donde estaba mi lugar cuando de frente venía Jisung, trate de pasar por un lado pero me detuvo.

Lo mire y en su mirada se veía la desesperación, las ganas de decir algo pero también el miedo de decir las palabras incorrectas.

–¡Jisung! ¡Vamos hay junta!- Keria le gritó desde la habitación donde estaban.

–Ve, aún no acaba, si tienes algo que decir será cuando todo acabé- dije y me solté de su agarre.

Llegué hasta mi lugar y de nuevo me puse en sintonía, bromeaba y hacia comentarios con lo que ponían en el chat. El quinto partido empezó y estaba todo siendo tan caótico, todo favorecía al equipo enemigo, pero de un momento a otro T1 había remontado ese partido y como siempre lo hacía, habían ganado.

Yo me quedé tan impactada que cuando salí de transmisión, solo pude llorar, estaba sola en esa habitación y eso lo agradecía. Salí un poco más tranquila y busque a Alonso, por suerte no tarde mucho en encontrarlo.

–¡Valentina! ¡Todo fue un éxito!- me dio un abrazo y yo reí.

–Siempre ha sido un éxito- dije riendo.

–Esta noche hay fiesta de despedida, por nada debes faltar, así que ve al hotel y ponte muy bonita- dijo y yo negué.

Pero al contrario si le tome la palabra, me fui de regreso al hotel, estaba algo exhausta, solo quería dormir un rato ya que no había podido dormir casi.

Estuve revisando mi teléfono y por todos lados estaban las noticias del campeonato de T1, sonreí de lado, a estas alturas ellos deberían estar celebrando desde ya.

Apague mi teléfono, cerré los ojos y me quedé dormida.

(..)

Desperté unas horas después ya que mi teléfono estaba sonando, ni siquiera me percate de quien se trataba y solo conteste.

–Creí que no me contestarias- reconocí la voz de Jisung al momento.

–Estaba dormida, realmente no mire el contacto- reí nerviosa.

–Bien, arreglate, iré por ti en un rato más- guardo silencio un momento - es una sorpresa, por favor acepta–

–De acuerdo- dije y colgué.

Suspiré, no sabía por qué había aceptado, por un lado me emocionaba el hecho de salir con Jisung. Me pare y tomé un baño, salí enredada en una toalla, saque toda la ropa que traía conmigo, miraba cada atuendo, ninguno me terminaba de convencer lo suficiente.

Probé uno y otro, no estaba muy convencida, así que tome un vestido blanco y encima puse una torerita azul celeste, mis tenis blancos y ya estaba lista.

Salí para esperar a Jisung, pero de pronto me llegó un mensaje de él, había una dirección y solo decía que fuera allí. Así lo hice, tome un taxi y le di la dirección, cuando llegue vi un edificio abandonado.

Creí que era una broma, así que me iba a ir pero otro mensaje llegó, solo pedía que subiera hasta la azotea.

Entre y el edificio parecía estar en ruinas, así que con cuidado subí hasta el último piso, cuando abrí la puerta de la azotea no había nada, entonces empecé a tener miedo.

Empezaba a tener mala espina, esto no estaba bien, pero de pronto escuché un grito, volteé a ver y era él, tenía a Jisung atado en una silla y lo estaba lastimando.

–¡Sueltalo!- me iba a acercar pero él saco un arma.

–Ni te atrevas a dar un paso más zorra mentirosa- dijo con una sonrisa.

Mis ojos se hicieron lágrimas, Jisung solo lo miraba con rabia y trataba de soltarse.

–¿Qué es lo que quieres Alejandro?- pregunté lo más calmada posible.

–Venganza, solo eso, eres una zorra mentirosa, debes pagar por lo que me hiciste- dijo con mucha rabia.

–Bien, solo déjalo ir a él, no lo metas en esto por favor- suplique pero él solo sonrió y apunto su arma contra Jisung.

–¡No lo hagas!- grité y volvió a reír.

–Me las vas a pagar por haberme dejado por este tipo, por haberme abandonado cuando más te amaba y cuando más me amabas- negué, no era verdad.

–Volvere contigo pero por favor déjalo ir, te lo juro- dije acercándome poco a poco.

–¿Qué me lo garantiza? ¿Cómo se que no me estás mintiendo?- dijo algo esperanzado.

Jisung negaba, sabía que estaba diciendo y solo me hacía gestos que no lo hiciera.

–Me iré ahora mismo contigo si así lo quieres- dije y Alejandro empezó a bajar su arma.

–Juralo Valentina, jura que nadie nos va a separar nunca más- se acercó y me tomo de los brazos.

Lo mire un poco asustada, ya que en sus manos aún tenía el arma, tenía miedo que se disparará y alguien saliera herido.

–Te lo juro- dije y él sonrió.

Jisung trataba de soltarse y al mismo tiempo gritaba, Alejandro me abrazo por detrás quedando enfrente de Jisung.

Empecé a llorar, no tenía elección, tenía que salvar de alguna manera a Jisung.

–Dejalo ir por favor- me solté de su abrazo.

–Lo que tú pidas mi reina- tomo mis manos y dejo su arma conmigo.

Se acercó a desatar a Jisung, cuando lo estaba desatando yo le puse el arma en su cabeza, él la sintió y solo río.

–No te atreverías, no juegues con eso Valentina- dijo y se puso de pie.

Tenía que estar firme pero en un instante él me quitó el arma y me empujó haciéndome caer al suelo, yo retrocedí y se fue acercando conmigo.

–Te ves muy bien en ese lindo vestido cariño- dijo mirándome de abajo hacia arriba.

–Si, no sabes cuántas veces se lo quite y la hice mía- los dos volteamos y Jisung se había liberado.

Alejandro gruñó y dio media vuelta, reaccione y me pare de inmediato, él no dudo en disparar el arma pero yo ya me había interpuesto entre ellos dos.

–¡Valentina!- escuché el grito de Jisung.

Puse mi mano en mi vientre, cuando vi la sangre todo se empezó a poner borroso, solo sentí como unos brazos me tomaban.

Miraba la imagen de Alejandro tomándose el pelo con el arma en sus manos, maldiciendo y culpando a Jisung.

Cuando subí la vista estaba Jisung con su rostro preocupado, estaba en sus brazos, los ojos empezaban a pesarme y los fui cerrando casa vez más.

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