Los delirios del girasol.

ENTRADA I

Una caída al infinito fue lo único que sentí. Sabía que era así porque la sensación de vértigo recorrió todo mi cuerpo. Una caída infinita que se acercaba al sinónimo de vacío.

No sentía nada , ni frío ni calor , ni tristeza ni alegría , ni siquiera una brisa deslizando por mi piel. Solo había vacío. Solo había oscuridad.

Mi mente despertó de las sensaciones sentidas , mi cerebro empezó a preguntar con una voz melodiosa "¿Qué es esta sensación ? ¿ Qué es esto ? ¿ Dónde estoy?" No tuve respuesta . No sabía ni siquiera por qué estaba ahí.

Y cuando me dí cuenta , ni siquiera sabía quién era ."Maldita sea" pensé . "¿Quien soy?" No recordaba mi vida , no recordaba ni lo más simple , mi propio nombre , y tampoco sabía cómo era al verme frente a un espejo o frente al agua clara de un lago. Si había perdido mi nombre y mis recuerdos ¿ Había perdido mi alma ? ¿ Había dejado de existir ?

Recuerdo que cuando acabé de formular aquella última pregunta empezó el fin de aquel vacío. Lo primero fue un calor que golpeaba mis ojos cerrados , haciendo temblar delicadamente mis pesados párpados . No tuve más remedio que abrir los ojos y casi quedarme ciego con la luz del sol , radiante como nunca lo había visto , si acaso alguna vez lo había hecho.

Lo segundo fue peor que lo primero , una sensación de angustia que revolvió mi estómago como una tormenta y empujó todo lo que contenía hasta llegar a mi garganta. Levanté medio cuerpo y vomité al lado de donde había despertado. Fue asqueroso.

Al acabar miré a mi alrededor , solo había amarillo. Una extensa pradera amarilla. Mirase donde mirase solo había girasoles ¿ Y sabes que ví más allá ? Solo girasoles. Un campo con un horizonte marcado por una invasión liderada por aquellos girasoles relucientes.

Me levanté del suelo como pude , con las piernas temblorosas y el corazón a punto de estallar. Me quité la parte superior de mi cuerpo , una especie de chaqueta de cuero negra , debajo de ella una especie de escudo blindado lleno de agujeros que también me quité. No sabía ni lo que era pero lo llevaba puesto. Seguía sin recordar nada. Mi torso y abdomen quedaron descubiertos , llenos de moratones por casi toda su extensión.

A pesar de ello , el dolor más grande lo sentí en la costilla derecha. No tardé mucho en averiguar por qué , la herida que había en ellas era de lo más evidente. Era un dolor intenso que parecía cortar mi piel con cada uno de mis movimientos. Toqué con mi mano derecha la herida , soltando algún gemido y no voy a negarlo , también alguna lágrima. Palpé la herida y saqué de ella una piedra de brillo oscuro. Su tamaño era como el de una nuez pero el dolor que me había provocado era como el de un puñal.

Observé aquella piedra , posada en mis dos manos como un tesoro sin nombre , recubierta de la sangre de mi cuerpo y llena de una oscura noche en su interior. Me quedé inmóvil mirándola , sin saber que era ella y sin saber quién era yo.

Mis manos a su alrededor temblaban como escarchas mientras la sangre se secaba con los rayos del sol. Mis dedos magullados llenos de ampollas y mis brazos llenos de cortes y cicatrices ...¿ Que era esa piedra ? ¿ Que le había pasado a mi cuerpo ? "Era inútil "pensé , no podía responder ninguna de mis preguntas.

Empecé a andar bajo el sol y sobre el campo de girasoles interminable con una mano en la costilla y la otra guardando la piedra , supuse que eso haría cualquier otro y por eso lo hice. Me fue difícil andar , no sé por qué llevaba unas botas de piel tan duras y molestas , parecían hechas a medida para un guerrero. Tropecé muchas veces con piedras de distintos tamaños pero no me frené , pues supuse que eso haría también cualquier otro. Supuse tanto lo que haría otro que no supuse que lo que yo necesitaba era responder a lo que yo necesitara.

Cuando no me dí cuenta , el sol se consumió y el atardecer engulló mi ser como lo había hecho antes el vacío. Y yo , sin cesar el paso , me apagué sin saber ni siquiera mi nombre. Mi tiempo había acabado.