ENTRADA XXII

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La mano de aquel hombre tenía las venas marcadas. Más se las noté cuando agarró con fuerza un vaso de cristal que tenía sobre su escritorio. Su otra mano se dirigió a un frasco de vidrio ámbar , del que sacó un polvo blanco que nunca había visto. Lo vertió entonces en el vaso y mezcló con un poco de agua. Después se tragó aquel líquido como si fuese un trago de absenta , haciendo muecas en su rostro.

El rostro de aquel hombre era cuadrado con una barba que inundaba desde sus mejillas hasta sus peludas patillas. Tenía también un bigote , más poblado que todo Arlés y una mirada de la que caían tonos oscuros. Parecía un hombre muy cansado.

Su pelo estaba arreglado , colocado hacia un lado pero tampoco prestaba mucha atención a los detalles , pues en la parte posterior de su cabeza había un par de remolinos. Se preocupaba por arreglar lo que veían sus ojos sin importar lo que vieran los ojos ajenos.

-Bien , continuemos. - dijo sentándose en una silla al frente de mi. -Recapitulemos con lo que me estabas contando ¿ Te llamas John pero no lo sabes a ciencia cierta ?

-Fue un amigo quien me puso ese nombre , yo lo acepté como propio.

-Y ese amigo era Vincent Van Gogh ¿ Cierto ?

-Si , así es.

-Por esa misma razón has asumido como propio el apellido Van Gogh.

-Si. - me sinceré. -Es lo más seguro de una familia que he tenido , al menos que yo recuerde.

Vestía con un chaleco arreglado , sin un botón sin poner y sin una arruga por demoler. Debajo de este una camisa y en su cuello una corbata negra. Vestía muy galán para estar hablando con un desconocido. Se veía cansado pero con la excitación de encontrar ante él algo que no podía explicar con su lógica.

-¿ Y estás seguro de que no recuerdas nada antes de despertarte en Arlés ? - preguntó con desconfianza. -No deja de ser extraño.

-No recuerdo nada antes de Arlés.

-¿ Y tampoco recuerdas cómo llegaste a Viena?

-Ya te lo he dicho , me trajo aquí la piedra. - le repetí de nuevo después de varias veces que me lo preguntara. -Mi respuesta no cambiará nunca , te he contado todo lo que me ha pasado , todo lo que recuerdo de mi y mi vida.

-La piedra de la que me hablas es la misma que guardas siempre en tu bolsillo... - dijo pensativo. -Si esa piedra es capaz de hacerte "viajar" ¿ Por qué no escapas de aquí ?

-No funciona así.

-¿ Y cómo funciona ?

-Aún no lo sé.

-Me gustaría creerte John pero entiende que lo que me cuentas no es más que un delirio. No puedo ayudarte hasta que no puedas diferenciar entre lo que es real y lo que no es real.

-No te miento. - le respondí. -Todo lo que te he contado es real. Además , si no me crees ¿ Por qué sigues haciéndome las mismas preguntas siempre ?

-Por que he tratado con decenas de mentirosos y locos pero siempre encuentro la mentira en sus gestos o miradas. Sin embargo , sabiendo que me mientes y que todo lo que me cuentas no es más que una fantasía soy incapaz de ver en ti la intención de mentirme.

-Eso es por que no te miento.

-¿ Cómo voy a creerte John ? Me sigues diciendo desde el primer día que viniste que viajaste en un segundo desde Arlés hasta Viena con una "piedra mágica".

-Es lo que pasó.

-También me has contado que estuviste viviendo hasta entonces con Vincent Van Gogh , un pintor de girasoles.

-Es verdad.

-Te he dicho desde nuestra primera sesión que eso es imposible. Vincent Van Gogh está muerto , murió. No es posible que hace un mes vivieras con él porque murió en 1890.

-Si es posible.

-¿ Por qué ?

-Por que no miento.

Miró hacia mis pies encontrando en ellos un sentimiento de desfortunio. Necesitaba escuchar de mí que todo lo que le había contado era solo una fantasía o el delirio de un enfermo. Pero yo no podía decirle eso ya que todo lo que le narraba , aunque sonase imposible era verdad. Había estado viviendo con Vincent Van Gogh durante un par de semanas en la casa amarilla de Arlés.

Encontraba en él la necesidad de catalogar mi historia como un cuento más , como la decadencia de la mente distorsionando la realidad por puro miedo a la realidad. Yo no hice eso , yo viví en mis carnes la caída de aquél girasol neerlandés , viví como se emborrachaba y reía del mundo corriente y viví como se partía en mil pedazos.

-Necesito salir de aquí. - le pedí. -Por favor , Vincent debe de estar preocupado.

-Te lo he dicho muchas veces John o como te llames. Vincent Vang Gogh murió hace diez años.

-Eso es imposible. - le repliqué. -Antes de venir aquí , apenas un segundo antes de llegar a Viena estaba con él. En el baño de su casa sanando las heridas que se había hecho. Si no regreso podría hacer cualquier locura , podría quitarse la vida.

-Lo único que tenéis en común ese hombre y tu es que los dos estáis enfermos.

Levantó su mirada y cruzó sus ojos con los míos. Estaba ansioso por saber la verdad sobre mi , pues no sabía con seguridad ni mi nombre aunque le dijera que me llamaba John. Quería conocer que escondía mi mente y por que se habían borrado ( supuestamente según él ) mis recuerdos.

-Déjeme salir del hospital doctor.

-No puedo hacerlo.

-¿ Por qué ?

-Por qué estás loco.


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⏰ Última actualización: Jul 20, 2022 ⏰

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Los delirios del girasol.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora