CAPITULO 27

73 7 24
                                    

Revelaciones 

Ignazio

Quería llevar lo último que había pasado al fondo de mi cabeza hacer como si no hubiera leído esa noticia la cuenta regresiva de mi buen humor estaba comenzando agotarse, las posibilidades eran muchas, necesitaba cortar cualquier lazo que me vinculara a ese caso y a los demás en los que trabaje con esos dos.

No quería que Alda saliera afectada por esto, era algo que debía arreglar sin levantar alguna sospecha o sin dejar a descubierto mi cambio de humor, el leer a Alda había sido una tarea difícil pero logré captar que le afectaba cuando no estaba de humor o algo me molestaba cuando lo notaba subía sus grandes muros conmigo y volvía a mostrarme a esa mujer fría e inquebrantable.

El camino a su casa fue un pelea interna le había propuesto que por hoy se quedara conmigo pero quería ver a su hermano se suponía que ya había regresado de New York, no quería tener que pasar tiempo con nadie más que formara parte de la familia de uno de los dos, la quería para mí, quería sentir que al menos hoy podía retrasar todo lo que se avecinaba y tendría que resolver; el recorrido fue en completo silencio ella dormía abrazada a mi brazo mientras yo estaba al tanto de cualquier movimiento, sonido o persona que pudiera tomarme con la guardia baja y atacarme mientras estaba con ella.

Pase diez minutos esperando a que despertara del todo Alda no se daba cuenta pero las veces que tuve que despertarla hacia una pequeña rabieta porque lo hiciera como la de ahorita.

—Te dije que la próxima tendrías que llevarme cargada Ignazio —reprocha cruzando los brazos.

Ya que no pasaría la noche conmigo, decido apresurarme a dejarla en su casa y largarme a trabajar necesito apresurar esta mierda y acabar con cualquiera que estuviera filtrando esa información.

Bufé acercándome a ella y alzandola sin mucha parsimonia sus brazos se enredan en mi cuello para sostenerse y su rostro se acomoda en mi hombro sentir el ligero movimiento de sus labios curvándose.

Los de seguridad se encargan de su equipaje había viajado con una sola maleta y regreso con tres aún no entendía que tanto había comprado; entre al elevador con ella en brazos, su respiración golpeaba en la curva de mi cuello y sus dedos rozaban el inicio de mi espalda haciendo que sintiera como un escalofrió empezaba a expandirse en todo mi cuerpo.

El elevador se abre regalandome la vista de  Aleksey alterado que camina de un lado hacia el otro con el celular en las manos a modo de oración, al vernos se detiene en seco me hace señas que baje a Alda y que no haga ruido.

—¿Que mie...?

—Joder Ignazio calla estamos en problemas —una chispa se enciende en mí cuando menciona problemas.

Comienzo aflojar mi agarre de Alda para que se baje y prepararme para sacar mi arma si hay que disparar sin tregua sería peligroso pero no permitiría que ella o su hermano corrieran peligro.

—¿Que pasa? —pregunta Alda pasándose una mano en el rostro tratando de quitarse lo somnolienta.

—¿Quien es Aleksey? —Alda pasa de estar somnolienta a alerta y es ella la que ahora trata de aflojarse de mi agarre.

—Eh...na...die...nadie mamá —su madre camina hacia nosotros con brazos cruzados evaluandonos o bueno evaluándome a mí. —Sorpresa hermanita papá y mamá vinieron.

Dice entredientes pálido su madre lo mira seria.

—¿Qué hacen aquí? —Alda camina cautelosa hacia su madre.

—¿Y él es? —la señora me señala ignorando la pregunta de su hija; Alda intercambia su mirada con la mía y la de su madre.

—Es Ignazio.

Iustitia [COMPLETA +21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora