Capítulo 11

4K 254 20
                                    

Phebe.


Octubre 29, 2024.


Empaco lo necesario ya que mis nervios se multiplican con el pasar de las horas. Mis hijos duermen, <<Yo no pude hacerlo>> Accalia durmió conmigo y Mircea acaba de llegar de ver a Micah.

No quise preguntar lo que sucedió. Se que el se droga y espero no haya sido nada malo… solo.

Salgo de la habitación con maleta en mano y Mircea cruza el umbral hastiada.

—Phebe tendrás que ir tu… — anuncia dejándome paralizada y con ganas de mandar todo al carajo — Sin mi, pero no lo estarás si. No sola del todo.

Asiento asustada.

—¿Por los niños? — asiente y la entiendo. No podría dejar a mis hijos con cualquiera y ella sabrá bien protegerlos y velar por su seguridad, con Accalia es lo mismo. O está con su padre o con ella.

—Marina te acompañara a tu destino… — inquiere y yo hago un gesto de incomodad — Se lo que sucedió antes pero ella es de confianza para mí y fue ella quien te salvo la primera vez.

Agrega y me guía al despacho donde está la morena con pinta de maleante de barrio. Esta vez lleva el pelo más corto y rapado a los lados. Jamás me eh olvidado de ella, quien acompañaba al asqueroso idiota que intentó abusar de mi. Se levanta y me detalla de arriba a bajo. Ley su expediente y es un sicario que fue criadas en los barrios bajos de Chicago, inmigrante latina, Cubana. Criada de pequeña en los Estados Unidos.

—¿Es ella? — inquiere y Mircea asiente — ¡Creo haberla visto antes! — comienza a tocar su barbilla en reconocimiento y ruedo los ojos — Ya te encontré princesa…

—Soy Phebe y tu Marina ¿cierto? — hablo con tono seco por el estúpido apodo, asiente y camino a la salida seguida de Mircea.

—Es arisca me gusta — empieza.

—No está disponible para ti o mis hijos te mataran — le dice Mircea atrás y ruedo los ojos.

—¿Qué? — suelta a reír ruidosamente — Ni se enteraran ¿Verdad princesa?

—Claro que no — me encojo de hombros.

Mircea bufa. Marina se pone contenta y se sitúa a mí lado, mide al menos unos centímetro más que yo, pero el que lleve unas botas de plataforma alta la hace ver más grande.

—Me agradas bonita — dice coqueta y niego con una sonrisa que me saca.

Mircea se despide y me da las indicaciones necesarias antes de partir. Subimos a la camioneta y me dejan en un estúpido salón de spa y depilación. <<Solía hacer esto con Maya>>.

—¿Pero que mierda? — inquiere Marina molesta viendo todo rosa frente a una gran propiedad privada.

—¡Bienvenida al mundo de Barbie! — la molesto y entró en lugar.

—Carajo yo me identificó con Ken — comenta y sonrió — No me pongan esas mierdas aromáticas…

Le dice a una de las dependientes que atienden cuando la perfuman al entrar.

—Van incluidos en el paquete señorita López.

—Joder, mataré a Mircea — refunfuña y camina afuera tomando el móvil y por el video de la puerta la veo gritar al teléfono. Todas las chicas las miran, entra como si nada y asiente. — Al menos me pagarán más.

Nos invitan a unas duchas y nos indican que lociones usar. No llevan a un salón con dos camillas y separaciones. Cubro mis partes dándole inicio a la depilación láser que empieza aniquilando los restos de vellos en todo mi cuerpo. Llevo de los 18 años haciéndolo y solo son rastros mínimos de vellos, que no me molestaban en lo más mínimo pero es algo que debo hacer. Pará impresionar a…

—JODER no me depilare la cuca con eso — escucho gritar a Marina.

—¿Qué es eso? — pregunta la chica que la atiende y yo también quiero saber.

— La vagina joder…

—Pero viene incluidos en las peticiones, además la cera no es permanente. Te volverán a crecer…


—¿Entonces para que mierda quieres sacármelos? — la increpa y suelto a reír — No te rías Barbie pirata.

—¿Qué te pasa? y no soy pirata, Barbie Gánster — le gruñó.

Suelta a reír y aunque no la puedo ver de seguro esta muy molesta por exponerla.

—Eres pirata, no eres rubia… — la escucho gritar — Mierda hazlo más despacio o te mataré.

Ruedo los ojos y sigo en lo mío mientras ella echa al menos tres chicas, por qué le hacen doler. Yo en cambio aguanto el láser y creo que estoy lista para un tatuaje en cualquier momento.

Pasamos a los masajes capilares y aquí ella esta mas cómoda. Nos hacen las uñas de manos y pies.

Los minutos de silencio solo traen a mi mente lo sucedido ayer. Y el pecho galopa con lo que tengo hacer en unos días y los Lyall querrán matarme por ello.

Mis hijos me preocupan, mi niña Accalia esta en esa palabra desde hace mucho tiempo. Entiende las cosas a la perfección pero no quiere aceptarlo. Es terca como sus tíos… y las cosas que le dijo a su padre revolotean en mi cabeza como un pajarito de caricatura.

—¡Hey! — me aterriza Marina que es muy poco ortodoxa — ¡Fumas Philly!

La muy cabrona tiene un cigarrillo de marihuana. Que enciende sin importarle una mierda y me ofrece una calada.

—No se hacerlo — confieso. Esta me mira inquisitiva y abre la boca asombrada.

—Te puedo enseñar ¿Quieres? — inquiere mirándome socarrona.

Carajo mi cabeza tiene un debate de mi ángel bueno y el malo mas conocido como diablo quien me dice que lo pruebe. Que esto olvida todas las penas…

Estiró la mano recibiéndolo y está suelta a reír ansiosa.

—Bien, si preguntan no fui yo quien te dio ¿ok? — inquiere y asiento. — Solo una calada… es tu primera vez y tienes que hacerlo despacio y eso será suficiente para mantenerte en las nubes por al menos una hora. Trae…

Me lo pide y se lo entrego, comienza aspirar una vez lo prende y veo como lo contiene en sus pulmones antes de votarlo, comienza a toser…

—¿Estas bien?

—Esta potente — comenta feliz, para luego mirar al personal del lugar, todas las chicas nos miran atentas dejando lo que hacían — Consigan la suya… shuu. Malditas sanguijuelas…

Comenta mordaz y yo solo niego. No soy de insultar a nadie pero ella no es yo. Por lo tanto me vale…

—Bien ya entendí…

—Despacio o toserás… eso es lo mejor pero no en tu caso — me lo entrega encendido y yo aspiro fuertemente logrando que me lo quite — ¡Despacio te dije!

Comienzo a toser y esta rueda los ojos fumando el cigarrillo, le pido más aun sabiendo que el sabor es una puta mierda y que no siento nada extraño en mi.

—Ah tu conciencia…

Fumo aún más ignorándola, hasta que tenerlo en la boca se vuelve adictivo. Ella aplaude que aprendiera bien… ninguna ciencia.

Más Pureza Más Maldad (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora