He's In The Rain [𝙹𝙾𝙽𝙶𝙺𝙴𝚈]

La cita

Seúl, Corea, 7:30 a.m.

Narra Jonghyun:

¿No podría ser esto peor?, son las 7:30 de la mañana y apenas me voy despertando, no puede ser, debo de apresurarme.

Me levanté rápidamente de mi cama y corrí al baño; tarde aproximadamente 10 minutos duchándome, salí con una toalla en mi cintura y con otra toalla en mi cabello, me acerque a mi armario escogiendo la ropa, tome un jean negro, camisa blanca y arriba una sudadera gris, me coloqué mis Converse y los até. Me vi en el espejo que tenía en la habitación, al notar mi cabello desaliñado fui a mi tocador a peinarme aunque sea un poco, dudé si ponerme un poco de maquillaje pero al final lo hice, puse un poco de corrector en mis ojeras, algo de sombra en mis parpados, brillo de labios natural y un poco de rubor; sonreí al notar que me veía demasiado bonito.

Hasta que el timbre me sacó de mis pensamientos, tomé mis cosas, llaves y celular, corrí abriendo la puerta, donde encontré al chico lindo, vaya que se veía mejor con ropa informal.

-Hola Ki-bum.- Lo observé sonreír mientras me miraba de arriba hacía abajo lo cual causo un leve sonrojo en mí.

-Hola pequeño, te ves genial, aunque tal vez ya lo sepas, ¿nos vamos?- Señaló con su brazo la salida y solté un sonido de afirmación.

-Gracias, igual tu te ves bien, ¿a donde iremos?- Pase a su lado saliendo del lugar y cerrando la puerta de mi departamento.

-Gracias, lo sé, yo siempre me veo genial, eso no es sorpresa, y bueno, no puedo decirte aún donde iremos, solo espero lo disfrutes.- Rodé los ojos sonriendo y asentí nuevamente.

Seguimos caminando hasta llegar al estacionamiento, donde se acercó a un mustang negro, "bastante lindo, pero demasiado caro", pensé.

-Mustang 1978, ¿cuánto te costó?- Observe detenidamente al carro y después vi como el chico me miraba asombrado, y cuando me di cuenta de lo que dije me disculpe dando una reverencia.

-Disculpa, eso no...- El me interrumpió negando

-Tranquilo, solo, me sorprendió que sepas cual es su modelo, no recuerdo cuanto fue pero si me llevo tiempo ahorrar para poder tenerlo, valió la pena al final, me costo encontrar a esta belleza.

-De seguro fue muy complicado encontrarlo, se dejaron de vender tanto hace décadas.

-Vaya, me asombra saber que sabes tanto de carros, otro punto a tu favor.

Lo mire algo confundido intentando analizar sus palabras, a lo cuál observé que se puso nervioso e intentó cambiar de tema.

-¿A que te refieres con "otro punto a tu favor"?

-N-No, a nada, olvídalo, mejor vámonos.

Asentí intranquilo y me subí al carro abrochando el cinturón de seguridad, sentí al contrario hacer lo mismo hasta que después arranco y comenzó a conducir hasta quién sabe donde.

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Finalmente llegamos a un lindo restaurante, no se veía lujoso en absoluto, en realidad, hasta se veía cálido y acogedor, perfecto para aquel día algo frío, sonreí mostrando mis encías mientras miraba aquel lugar por detrás de la ventana, ni siquiera sentí a Key bajar del auto, hasta que lo vi frente a mi puerta invitándome a salir, me sonrojé por la vergüenza al no notar que había salido, tome delicadamente su mano, algo áspera quiero resaltar, y finalmente saqué mi cuerpo de ese lindo Mustang.

-¿Listo para nuestra cita, chico girasol?

Me sonrojé aún más y asentí adentrándome con el contrario a ese restaurante, admiré que el siguiera tomando mi mano y sentí mis orejas calentándose, realmente no sabía si era por la temperatura del lugar o si me sonrojé más, seguro ahora parecía un tomate.

-Hey, lindo, ¿estás bien? Andas todo rojito, ¿tienes temperatura?, ¿quieres regresar? ¿te compro unas pastillas?

Me bombardeo con demasiadas preguntas y yo quedé atónito riendo por dentro, no quería parecer un loco o un verdadero enfermo con temperatura.

-No no no, tranquilo, es solo que me abrigue mucho para este día y aquí hace mucho calor, es todo.

-Umm... De acuerdo, entonces déjame quitarte el abrigo, ahí hay un perchero.

Señaló hacia un lugar y yo voltee, encontrándome un elegante perchero, así que asentí volteando con el a lo que me dio un fugaz beso en los labios y finalmente me quito el abrigo delicadamente, dios mío, ¿por qué tuvo que hacer eso? ahora tal vez sea una brillante frambuesa viviente.

-He reservado una mesa, ven, vamos allá. 

Lo seguí admirando cada uno de los detalles de aquel lugar, realmente todo era hermoso, admiraba tal ambiente.

-¿Te gusta el lugar?

-¿Bromeas?, es bellísimo.

-Al igual que tú.

 Escuché un susurro de su parte pero no logré entender lo que dijo, pero me distrajo dándome la carta de aquel restaurante, asentí y pedí algo pequeño, no quería que pensará que era muy tragón, pero también era por mi condición, sabía que sí comía poco o mucho, de igual manera terminaría sacándolo de mi organismo a como diera lugar.

Me di cuenta que no había pensado en nada de eso después de estar con Key, el pensar más en él y hablar con él me hizo comer adecuadamente esta semana, pero recordé que seguro me veía gordo en ese momento por haber comido, así que me disculpé y casi corrí al baño, me encerré en un cubículo y solté todo.

Al terminar salí y me enjuague la boca, recordé mi brillo labial y pucheree, revise mis bolsos encontrando la botellita de este, y sonreí, al igual que una pequeña menta, la comí para después ponerme el brillo, suspiré y salí del baño en dirección a la mesa dónde estaba Key, logrando distinguir que la comida había ya sido servida, me dieron pequeñas nauseas pero las ignoré y volví a sentarme.

-Hola lindo, no quería comer antes de que llegaras porque sería descortés y la verdad deseo comer contigo, así que, adelante, prueba bocado tú primero.

Asentí con cautela y suspiré de nuevo, un poco resignado, probé la comida y sonreí, era deliciosa, sabía que después la soltaría pero quería disfrutar un poco, señalé que también él comiera y así lo hizo, sonrió de igual manera y seguimos comiendo los dos, él terminó antes que yo, así que me avergoncé un poco, ya que lo mío era muy poco, comí un poco más rápido y por fin terminé.

-Y bueno cielo, cuéntame de ti...

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