—Diane... pero qué sorpresa —dijo Wolf super nervioso.
La gobernadora simplemente los miró con decepción, sobre todo al lobo. No dijo palabra alguna, solo se limitó a desconectar los cables de la laptop para luego marcharse.
No era necesario ser un experto en relaciones para saber que tenía que ir tras ella. Wolf le dio la laptop a Piraña para seguir a Diane.
—¡Diane, espera! —dijo él haciendo que ella se detuviera. Era la primera pelea que tenían como pareja. Se sentía horrible—. Sé que estás molesta, y estás en tu derecho pero...
—No estoy molesta —dijo la volpina con un pequeño y sutil tono agudo—. Solo estoy decepcionada.
—Lo sé. Puedo verlo en tus ojos...
Para Wolf era como regresar el tiempo atrás, cuando había caído ante la provocación del Dr. Mermelada y había intentado atacar al roedor. La mirada de miedo de Diane se había quedado en su mente durante todo el trayecto a prisión.
Sin embargo, la mirada que ella tenía ahora no era como la de aquella vez.
—¡Tuvieron una oportunidad! —dijo Diane molesta pero tratando de guardar la calma y compostura—. ¿Por qué echar todo por la borda?
—No hicimos nada malo.
—¿Ah sí? Y según tú, ¿qué estaban haciendo? Entraron en la propiedad de alguien sin su autorización, prácticamente invadiendo propiedad privada, con la intención de tomar algo que por ley ya no les pertenece. ¿A qué te suena eso?
—No lo sé. ¿Justicia? ¡Ese mapache nos timó!
Diane suspiró:
—Escucha, sé que la estafa del cromo es importante para ti. Quiero que sepas que también me importa y quiero ayudarte. Cancelé una reunión solo para idear un plan, pero me doy con la sorpresa de que me hiciste a un lado.
Wolf se quedó en silencio.
—Lamento que mi actitud inicial te hiciera pensar que no te apoyaba, pero tenía mis motivos. ¿Sabes lo que hubiera pasado si los hubieran descubierto? —dijo con dificultad—. Habrían regresado a prisión, sin lugar a una sentencia corta. Batallé mucho para que salieran en corto tiempo y sé que también hicieron su parte con su buen comportamiento, pero para estas clases de cosas no hay terceras oportunidades.
—Eh... ¿Estás llorando? —preguntó el lobo al ver mejor a Diane. Además, la voz de la volpina se estaba agrietando por momentos.
—... No tienes idea de cuánto te extrañé cuando estuviste en prisión —confesó tratando de contener las lágrimas—. La sentencia fue corta, pero parecía una eternidad.
«Soy un idiota», pensó Wolf. Él también había sentido lo mismo. Tres visitas a la semana no eran suficientes. En su celda había pasado noches en vela pensando en Diane. Deseando estar con ella.
Wolf la abrazó.
—No soportaría estar lejos de ti otra vez.
—Yo tampoco —dijo él sujetando su pata—. Lo siento, Diane. Prometo que esto no se repetirá.
—Y yo siento no haberte apoyado al inicio —dijo ella.
Ambos se miraron a los ojos con una sonrisa en el rostro. La pelea había culminado y había pasado a ser una reconciliación.
—Lamento interrumpir su momento... ah... romántico —habló Serpiente—, pero ¿alguien sabe dónde está Tiburón?
—Es cierto, su vuelo es dentro de una hora —dijo Piraña.
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La gran estafa
FanfictionEl Sr. Raccoon es un mapache astuto que se la vive estafando a víctimas inocentes. Pero esta vez se ha metido con las personas equivocadas. Los ex tipos malos se juntan nuevamente para recuperar su honor y el cromo de beisbol de 3.5 millones que Rac...