CATORCE AÑOS DE EDAD
JIMIN
Es la noche de las travesuras.
Comúnmente conocida como la Noche del Diablo.Mi madre solía decirme que las puertas del infierno se abren esta noche y que los demonios pueden recorrer la tierra y propagar su maldad.
Fue una de las pocas ocasiones en que vi a mi madre emocionada, sonriendo, tarareando una melodía alegre.
Tenía la costumbre de coserme a mano un disfraz y llevarme a pedir caramelos con una enorme sonrisa en la cara.
Esa era mi madre en pocas palabras: inocentemente infantil, irremediablemente ingenua y estúpidamente enamorada.
¿Y ese amor? Le costó la vida.
Y la mía, en retrospectiva.
Porque desde que murió hace cuatro años, me he convertido en el pequeño monstruo cínico en el que ella intentó salvarme.
Tal vez no se esforzó lo suficiente.
Tal vez no se preocupó lo suficiente.
Porque nada de lo que hubiera podido hacer habría cambiado las cosas.
Tengo los genes de mi padre, después de todo.
El aire frío del otoño penetra en mi piel y abraza mis huesos con ominosa persistencia.
Por si fuera poco, me sopla el cabello y lo atasca contra mis ojos.
Gracias a mamá, nací con un cabello rojo naturalmente brillante, que llama insoportablemente la atención.
A veces, se parece a los cuernos del diablo.
Muy apropiado para esta noche, si me preguntas.
-Destacas, y no en el buen sentido, Jimin -dice el ángel rubio a mi derecha.
Claramente falso, a menos que llevar un disfraz con alas te convierta en uno.
Jin es un amigo doncel que conocí en la escuela secundaria cuando me mudé a su barrio tras la muerte de mi madre y la desaparición de mi padre.
Desde entonces estamos muy unidos porque su hogar abusivo es un reflejo del mío.
A menudo encontramos refugio en la compañía del otro, a pesar de tener personalidades extremadamente diferentes.
Es del tipo burbujeante que le gusta estar en todas las fiestas.
Por ejemplo, ésta.
La verdad es que no quería venir.
No sólo soy un estudiante ejemplar que pasa cada momento libre estudiando para poder salir del infierno hecho a medida que mis tíos me han hecho, sino que además no soy buena con la gente.
Sin embargo, después de que me lanzaran una sartén por la espalda porque no calenté la cena al gusto de mi tío borracho, me dije -a la mierda- y le pedí a Jin que me diera la dirección de la fiesta.
Obviamente, tuve que escabullirme de la casa bajando por un árbol desde el ático que uso como dormitorio.
Mi amigo se lleva una mano a la pequeña cintura que le sirve de cinturón para las alas.
-Cuando dijiste que venías, pensé que estarías disfrazada.
-No tengo ninguno. -Tampoco quiero esconderme detrás de nada. Ya tengo una máscara que uso en público; no necesito otra.
-Es Halloween. Todo el mundo tiene un disfraz. -Lanza las manos, señalando a todos los chicos del instituto que entran en la mansión vestidos con sus trajes de Halloween.
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Mi jefe, Mi enemigo
FanfictionCuando me acosté con un deportista sin rostro en la adolescencia, no pensé que me quedaría embarazado. Tampoco pensé que perdería a ese niño. Varios años después, me entero de que mi hijo está vivo y me dan una segunda oportunidad. Sin embargo, ha...