Así empieza una conspiración y toda corrupción.

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La nueva temporada de Formula 1 estaba a unos días de comenzar, ahora mismo estaba por comenzar la cena de bienvenida a todas las escuderías, estaban todos los integrantes de ellas, incluyendo ingenieros de pista, a los estrategas, mecánicos, etc.

El restaurante estaba exclusivamente reservado para esa cena, y todos estaban llegando, se veían acercar todo tipo de carros, entre todos ellos destacaban los autos ferrari, mercedes, mclaren, y otros más.

Amber Binotto iba llegando en un uno de esos carros lujosos y llamativos, su chofer la transportaba. Bajo del coche luciendo un bonito vestido rojo, el largo le llegaba a los tobillos, se ajustaba perfectamente a su figura, tenía un escote asimétrico que cubría uno de sus hombros y el otro quedaba descubierto, por detrás llevaba una capa del mismo color del vestido, a juego con su vestido llevaba unos tacones bajitos de color negro, también un collar de perlas blancas, mismo diseño de los aretes.

Amber paso rápidamente al restaurante, guiada por un recepcionista, dirigiéndose a la planta alta del restaurante donde se encontraba la escudería de su padre, Ferrari, llegando al lugar deseado comenzó a saludar a todos y cada uno de los integrantes del equipo, y a pesar de que a las demás escuderías no había saludado uno por uno, saludo a los que conocía de lejos, sacudiendo la mano.

Detrás del auto de Amber se aproximaba un mclaren gt color azul marino, dentro de este se encontraba el piloto recién firmado por mclaren, Lando Norris, pero no iba solo, iba acompañado de su novia, pero las cosas dentro de ese carro no iban del todo bien, Lando y su novia estaban discutiendo.

-Ahora que estés en Formula uno ni siquiera podrás tener tiempo para mi.- La novia de Lando no estaba del todo contenta con el asenso del chico.

-Preciosa, ¿Podrías estar aunque sea un poco feliz por mi? Mi sueño de pequeño se esta volviendo realidad, ahora mismo estamos por llegar a una de las cenas más importantes de mi carrera como piloto y tú solo estás enojada por eso.- Obviamente la reacción de la chica le hacía sentir mal a Lando, era su sueño cumpliéndose, y no tener el apoyo de una persona que amaba no era nada gratificante.

-Como sea, pero en cuanto pongas Formula uno por encima de mi... Las cosas no van a resultar nada bien.-La chica cruzo los brazos mostrando su enfado y Lando solo se concentro en ver por donde iba conduciendo.

El carro del chico llego justo cuando alguien iba entrando al restaurante, se alcanzo a divisar la capa de color rojo detrás de la figura femenina de Amber antes de perderla completamente de vista, la atención de Lando fue capturada de inmediato, un Ferrari LaFerrari de un hermoso color rojo que aparentemente acababa de dejar a una linda chica con un vestido rojo definitivamente no podía pasar desapercibido. 

Lando y su novia bajaron del auto, dejando que el valet estacionara el auto en el lugar antes designado, la chica entrelazo su brazo con el de su novio para entrar al restaurante, guiados igualmente por un recepcionista hasta su zona, la cual a diferencia de la de Ferrari quedaba en la planta baja, sin embargo desde cualquiera de los pisos se lograba ver a todas las escuderías.

Mientras seguían al recepcionista y saludaban a todos con un "Buenas noches", Lando no paraba de buscar aquel vestido con capa roja, no le gustaba la chica, ni siquiera la conocía pero le llamaba la atención, entre tanta gente iba ser difícil encontrarla, o eso pensó, porque en la zona de Ferrari, la mesa de Amber estaba en la orilla del segundo piso, la vio en ese bonito vestido que detonaba seguridad.

Probablemente ninguno de los dos tendría la oportunidad de entablar conversación esa noche, Lando estaba acompañado de alguien que muy apenas lo dejaba respirar y Amber estaba muy ocupada saludando a cada persona que se acercaba a saludarla, entonces si los dos siquiera llegaran a conocerse esa noche sería la más linda del mundo, y solo duraría un segundo.

El discurso de bienvenida fue el momento mas esperado de esa noche, se dio un bonito discurso seguido de un brindis entre toda la gente presente, después del gran discurso toda la cena transcurrió con tranquilidad, entradas de bocaditos de brócoli y zanahoria, plato fuerte de lasagna de quesos maduros y vegetales, y para el postre un tiramisú.

Lando de vez en cuando volteaba a ver a la zona de la escudería roja, buscando a la chica Ferrari, lograba verla charlando con la gente del equipo tranquilamente, pero en una ocasión que volteo para buscarla no la vio, causando así que la buscara con la mirada por todo el restaurante.

-Buscas algo, Cariño?-La novia del chico se percató de la actitud del chico, despertando así la curiosidad en ella, que probablemente en un momento se convertirían en una escena de celos si Lando no sabía controlar la situación adecuadamente. 

-No preciosa, solo observaba el lugar.-Contesto cuando logro ver a Amber salir al balcón del restaurante, volteo a ver a su novia brindándole una sonrisa esperando que eso lograra calmarla. 

Por otra parte, Amber había salido al balcón a respirar un poco de aire fresco, estar dentro de aquel lugar con tanta gente al rededor la había abrumado, sin embargo tendría que acostumbrarse después.

Saco su celular y se puso a revisar sus redes sociales, eso también la abrumaba, entonces mejor guardo el teléfono celular, se apoyo en el barandal del balcón y empezó a observar el cielo, las vistas no estaban nada mal, la noche estaba llena de nubes en movimiento y las estrellas ardían en su propio brillo, contemplar el cielo nocturno le estaba ayudando bastante a relajarse, hasta que el ruido de la puerta del balcón interrumpió el momento.

-Dije que en un momento regresaba-Amber enterró la cara entre sus manos, para luego soltar un suspiro de frustración. Le había dicho a todos que quería tomar un poco de aire y que en un momento regresaría, y pidió de la manera más atenta que nadie la fuera a molestar, pero su petición no pudo ser cumplida porque alguien ya estaba ahí. 

-Oh, lo siento, yo también quería algo de aire, traer una acompañante con una energía pesada lo amerita.-Una voz masculina desconocida para Amber se había hecho presente.

Amber se descubrió la cara y dio media vuelta para ver a una figura masculina parado delante de ella, luciendo increíblemente bien en su traje, definitivamente esperaba ver a cualquiera menos a ese chico.

-Ay, como lo siento, no creí que fueras tú.-Amber bajo su cabeza avergonzada y luego la levanto para presentarse.-Soy Amber... Amber Binotto.-Estiro su mano para saludar al chico y mostro una sonrisa por mera cordialidad.

-Amber Binotto?- Estrecho la mano de la chica y sonrío de la misma manera, no sin antes notar que la sonrisa de la chica era una de las mas bonitas que había visto- Eres algo de Mattia Binnotto?-Escuchar a alguien con el mismo apellido que el jefe de una de las escuderías más fuertes definitivamente llamaba la atención. 

-Ah, no, por supuesto que no, solo es una coincidencia.-Por supuesto que la chica era algo de Mattia, su mismísima hija, pero por el momento la chica quería mantener un perfil más bajo.

-Ya veo.- Tomo un momento que soltaran sus manos y ahora solo mantenían una genuina sonrisa en sus rostros.-Soy Lando Norris, el nuevo piloto de Mclaren.-El chico parecía estar completamente orgulloso de lo que decía.

-Acabas de llegar a Formula 1, ¿verdad?-Amber no lo había visto anteriormente en alguna carrera, y estaba en lo correcto, pues el chico asintió en respuesta a su pregunta-Te ves bastante... Joven, ¿Qué edad tienes?-

-18-La respuesta definitivamente la había sorprendido, tenían la misma edad, a diferencia de que ella aún no entraba a Formula 1, pues cursaba la universidad para entrar como estratega de Ferrari en un futuro.-¿A qué escudería perteneces?-La pregunta era imposible de contestar en ese momento.

Por el perfil que Amber quería mantener no quería que el chico supiera que aún no pertenecía a ninguna escudería pero que estaba en la fiesta porque su padre era el jefe de Ferrari, aunque el chico ya deducía que era de Ferrari el tenía que fingir que no la había visto en ningún momento de la fiesta.

-Ahhh... Me encantaría responderte pero ya me tengo que ir, dije que no me tardaría... Lo siento.-Los tacones de Amber empezaron a hacer ruido, pues se estaba devolviendo a los adentros del restaurante, mientras que Lando seguía apoyado en el barandal del balcón-Fue un gusto Lando, te veré luego en la carrera.-Fue lo último que se escucho antes de que las puertas del balcón se escucharán abrir y cerrar para que Amber entrará al restaurante.

Así empieza una conspiración y toda corrupción.

Secreto en la PistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora