Amores escondidos por tiempo largo, si en tragedia no acaban será un milagro.

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Un fin de semana más, Amber había quedado el fin pasado de encontrarse con Lando en la carrera, pero después de que el padre la tuviera en completa vigilancia probablemente no tendría oportunidad de hacerlo.

-Buenos días, Bambi.-Al llegar a los pits, inmediatamente su "hermano" Charles Leclerc la saludo con gusto.

-¿Qué tal Charles? Buenos días.-Amber se acerco a este y beso su mejilla en forma de saludo, obteniendo una sonrisa por parte de Charles.

Amber trataría de aprovechar al máximo esa carrera, pues había decidido regresar a la universidad de forma presencial, aunque aún no se lo dijera a nadie.

-Pensé que te quedarías en Monaco unos días más, incluso planeaba invitarte a desayunar, pero dijiste que ya te habías ido.-Charles le había texteado para invitarla a desayunar, pero Amber ya estaba de regreso en Italia para cuando el chico le había hablado.

-Si, no te había querido dar explicaciones, no me sentía con humor.-La chica termino por explicarle porque se había regresado tan pronto a Italia.

-Con razón no le contestabas a Lando...-Todas las piezas del rompecabezas se unieron para Charles, y ahora todo tenía sentido.

-Si... Supongo que le debo otra disculpa.-Charles le asintió mirándola con ojos de decepción.

Amber entendió completamente la mirada y sintió el retorcijón en su pecho, definitivamente ella no quería hacerle daño a Lando y aún así lo estaba haciendo, debía mejorar su comportamiento con el chico.

La chica se despidió del monegasco para ir a desayunar algo y a reflexionar de nuevo si debería irse a la escuela presencial, estaba segura que por su bien debía irse, pero algo muy en el fondo de ella le suplicaba por favor quedarse, pero le era imposible estar por ahí con Lando cerca de ella, con las miradas que de repente se daban, percibir el aroma del chico y no poder hacer absolutamente nada.

Mientras desayunaba, su celular vibro y la notificación de un nuevo mensaje se mostró en su pantalla.

Emma: Tu novio ya llego. 📎foto adjunta.

Amber abrió el chat después de ver el mensaje para así poder ver la foto, ahí estaba, una foto de Lando con un fondo que le resultaba muy familiar, volteo a su alrededor y lo vió, los ojos verdes del ruloso contactaron los de la castaña, sonrieron uno al otro.

"Lo siento" dijo Amber entre labios, el chico logro leer sus labios a la lejanía y asintió como si fuera su aceptación a la disculpa pedida o algodoncito así como un "no te preocupes".

Emma llegó por atrás de la chica y la envolvió en sus brazos.

-Ambiii-La voz chillona de su amiga retumbo en su cabeza, causando una notable molestia pues la había lastimado al gritarle directamente en el oído.

-Buenos días, Emma.-Amber se deshizo del abrazo de la mayor, y sonrió forzadamente, ¿acaso la chica creía que se comportaría como si nada después de como se había comportado con ella?

-Ambi, no me digas que estás enojada...-Emma hizo el puchero más ridiculo posible, probablemente ella pensaba que de verdad daba lastima.

-No Emma, claro que no.-Negó con la cabeza y le sonrió para no levantar más sospechas.

-¿Qué te dijo tu padre? No me digas que se enteró de que te besaste con Lando y por eso te quería de regreso en Italia!-La voz de Emma se sentía como un taladro penetrando la cabeza de la chica, solo le hablaba con tono de lástima como si se estuviera burlando de ella.

Secreto en la PistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora