Capítulo 3.

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- ¿Karchez? - llamó la castaña mientras entraba a la casa que ambos compartían - ¿Estás aquí?

Buscó al de ojos verdes ya que este no había contestado su pregunta, caminó hasta la cocina y ahí lo encontró, frente él había un vaso de agua y su rostro se veía decaído.

- Perdóname - fue lo único que salió de sus labios.

Ari se acercó a él y lo tomó del mentón para que le mirase a los ojos.

- ¿Por qué? - Karchez suspiró desganado y bajó su mirada otra vez hasta el vaso de agua.

- No deberías haber visto eso, yo no quería encontrar a mi alma gemela - la chica soltó una leve risa - quería estar contigo, tú y yo solos contra el mundo, no quiero que nada cambie entre nosotros.

- Kar - le llamó - Ambos sabíamos que esto podía pasar, no eres mi alma gemela - sonrió - no va a cambiar nada entre nosotros, y ahora que has encontrado a tu alma gemela no la puedes dejar ir.

- Pero Ari, yo no quiero separarme de ti - la chica rodó los ojos.

- ¿En qué idioma hablo? - puso las manos sobre sus hombros - Quiero que vayas, que persigas a la persona que los dioses interpusieron en tu camino y que seas feliz con o sin él - Ari vio como los ojos de su amigo transmitían miedo, inseguridad e incertidumbre - Sabes que siempre voy a estar a tu lado.

- No estoy seguro, ni siquiera lo conozco - le chica soltó un pequeño sonido de frustración.

- Escúchame, ninguno de los dos esperó que este momento llegara tan pronto, estoy segura que el chico de la heladería está tan confundido o más que tú, pero son almas gemelas y tienen toda la vida para conocerse - sonrió - No importa que no sepas quien es, lo sabrás y podrás ser feliz dándote cuenta de que estás con la persona que los dioses eligieron para ti. Corre, pídele su número y date la oportunidad de enamorarte - el ojiverde analizó las palabras dichas por el contrario y sintió como su ánimo subía con solo escucharla.

- ¿Estás segura?

- Lo estoy, algún día yo también encontraré a mi alma gemela. ¡Ahora ve y encuentra al chico! - Karchez por una vez en su vida le hizo caso a su amiga.

Corrió en dirección a la heladería, ni siquiera miró atrás ya que quería llegar lo antes posible. Su corazón latía a mil por hora y no era solo por el esfuerzo físico que en ese momento estaba haciendo, sino por el hecho de darse cuenta de que había encontrado a esa persona interpuesta por el destino.

La campanilla del aquel local volvió a sonar y todas las miradas se dirigieron al peligris que acababa de llegar corriendo. Se acercó al mostrador donde se encontraba el de ojos ámbar, este le miraba con una ceja alzada y una pequeña sonrisa.

Karchez se tomó unos segundos para recuperar el aliento antes de hablar mientras se apoyaba en el mostrador.

- Disculpa... - el castaño cortó sus palabras haciendo un gesto con la mano.

- En el parque - Karchez le sonrió como agradecimiento y de nuevo salió corriendo.

Fargan lo observó alejándose, se arrepentía de no haberle dado un vaso de agua antes.

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Axozer recorrió una vez más el parque hasta que se dio por vencido.

Caminó a casa con sus audífonos puestos y con la cabeza gacha. Todavía no procesaba del todo lo que había pasado, ahora solo quería ir a contarle todo a su amigo Auron. Él ya había encontrado a su alma gemela y estaba seguro de que le podría dar algún consejo.

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Att: Misha

Azul pastel || KarzerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora