Azul pastel || Karzer

Capítulo 4.

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Corrió hasta el parque que el castaño había mencionado con anterioridad. Sentía la boca seca, su corazón latía con fuerza y apenas podía respirar, pero todo eso valía la pena si la recompensa era volver a sentir esa conexión con el de cabello bicolor.

Recorrió con la mirada el lugar pero no había ni rastro del chico. Hizo una mueca, necesitaba darse un descanso ya que en la última hora había corrido más que en toda su vida. Compró una botella de agua y se fue a sentar en un banco pintado de azul y blanco. Miró a los niños jugar y entonces se acordó de las palabras de su amiga: Tenían toda la vida para conocerse.

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- ¡Qué rápido crecen los niños! - habló el del mechón de fuego en un tono dramático. Axozer rodó los ojos con una sonrisa nerviosa.

- A ver, cuéntame todo el chisme que no me entero - interrumpió el de voz grave, mientras entraba en la habitación.

En cuanto los ojos de aquel par se juntaron, estos se iluminaron de un hermoso azul pastel. Axozer sonrió con ternura. Reborn se sentó al lado de su pareja, ambos pares de ojos seguían brillando.

- Lo que he dicho, mi alma gemela fue a comprar un helado - puso las manos en sus mejillas y sus codos en sus rodillas - Todavía no sé como reaccionar... Reb, ¿Cómo llevaste tú el encontrar a tu alma gemela? - el mencionado sonrió en grande.

- Auron y yo siempre hemos sido polos opuestos, yo solía verlo algunas veces por el pueblo a lo lejos perdido en sus cosas, por eso fue enorme la sorpresa cuando nuestros ojos se encontraron, sentí tanta paz que no necesité sobreanalizar nada, fue ahí que pensé: "Enserio quiero estar con él toda mi vida..." Fue tan fuerte la conexión que deseé quedarme con él para siempre - sonrió - Quizás quien tuvo problemas en aceptarlo fue Auron - todas las miradas se posaron en el recién mencionado.

- Yo también salí corriendo, digo, el hecho de que ese señor mayor era con el que el destino quiso emparejarme me hizo temblar - Reborn miró mal a su pareja por el mote - Pero luego entendí que fue quien los dioses pusieron para mí, y a partir de ahí fue cuando acepté que este viejo sabroso es mi otra mitad - soltó una pequeña risa y sus ojos se conectaron creando un espectáculo de luces - Ambos seguimos enamorados como el primer día.

- Lo tomaron bien podría decirse - ambos asintieron con la cabeza - Supongo que si el destino nos quiere juntos nos volveremos a encontrar, ¿No? - el teléfono sonó interrumpiendo la charla de aquel trío.

Reborn se levantó y se fue a otra habitación a contestar la llamada dejando a Auron y a Axozer a solas.

- Y entonces... ¿Es guapo? - las mejillas del más pequeño se tornaron de un tono rosa y el del mechón de fuego rio ante eso - No sientas vergüenza, es tu alma gemela - Axozer desvió la mirada antes de contestar.

- Lo es, es hermoso - sonrió - su pelo es plateado y está desordenado, sus ojos son de un tono verde esmeralda y tiene unas largas pestañas que se abanicaban como el aleteo de una mariposa cada vez que pestañeaba - Auron sonrió ante la descripción que dio el menor, le alegraba saber que su amigo había encontrado a su media luna.

Se acercó a estrujarlo entre sus brazos con tanta fuerza que escuchó la espalda del bicolor crujir, ambos rieron ante la acción.

- De verdad me hace muy feliz saber que tienes a alguien que esté a tu lado - le dio un golpecito en el hombro con el codo.

- Lo sé, papi - la atmósfera fue interrumpida por Reborn, quien entró de nuevo en la habitación.

- Era Ari, me dijo que Karchez encontró a su alma gemela hace un rato - Auron suspiró.

- ¿Qué pasa hoy? Todos están encontrando el amor... ¿Cómo está ella? - Reborn se recolocó las gafas verdes que tenía sobre el pelo.

- Se escucha emocionada, yo sé que siempre ha querido lo mejor para Karchez, por lo que esto no creo que sea una excepción - les miró - Además, todos sabíamos que tarde o temprano alguno de los dos encontraría a su alma gemela.

- ¿Dónde fue? - preguntó el de sudadera roja.

Reborn miró a su pareja y palideció unos tonos.

- En la heladería - confesó y Auron abrió los ojos con sorpresa.

- ¡No me jodas! - unieron hilos y se llevaron al bicolor a rastras.

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Att: Misha.