Acababa de cumplir 14, mis preciados 14. Recuerdo que era una mañana fría, de lluvia, normal, era invierno. Salimos pronto de casa, creo que eran las siete u ocho, no se. Preparamos las cosas y las bajamos al coche. Mi madre subió a casa a comprobar si no nos faltaba nada, yo me quedé en el coche. Hacía frío. Iba con una sudadera ancha color gris, unos vaqueros negros, rotos por las rodillas y mis queridas deportivas blancas. Se que no era el "modelito" apropiado para ir de viaje, pero era con lo que más cómoda iba. Conecté los cascos al móvil, me los coloqué en los oídos y me puse música, muy alta, no quería oír mis pensamientos.
Llevábamos dos horas en el coche. Seguía con mi música, pero me la quité, me dolían los oídos de lo alta que la tenía. Mi madre me preguntó que que tal, yo la miré y la dije que bien, pero no muy convencida. Efectivamente, mi madre notó que no lo estaba y efectivamente, tenía razón. Pero, ¿quién iba a estar bien después de mudarse a la otra punta del país? Yo desde luego, no. Había dejado a mis amigas, amigos, familiares, conocidos, pf, había dejado todo para volver a empezar de cero.
De nuevo, volví a ponerme los cascos con la música aun mas alta todavía, miré por la ventana y me quedé mirando fijamente las gotas que caían por el cristal, y me quedé dormida.
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Nuevo comienzo
Teen FictionUna chica llamada Gyl se muda a la otra punta del país. Todo cambia en ella, todo es nuevo. Cree que su vida se ha derrumbado, pero no se da cuenta de que lo mejor todavía está por venir. Cosas sorprendentes la esperan en la nueva ciudad, nuevas ami...