Capítulo 5:

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Suena el despertador, son las siete y cuarto. Me pongo las zapatillas y bajo a la cocina a desayunar. Como de costumbre, me preparo mi vaso de leche con Nesquik y cereales. Termino y me voy a mi habitación a cambiarme. No se que ponerme, ¿vaqueros, leggins, chandal, falda? Elijo los vaqueros, los saco del armario, son claritos, tirando a blanco. Cojo mi jersey negro junto con las vans negras. Perfecto. Paso al baño, me peino y ... ¿pelo suelto, recogido, trenza...? Elijo la trenza. Una trenza de espiga a un lado, perfecto. Me echo un poco de base, colorete y un poco de perfume. Salgo del baño, me pongo el parka negro, cojo la mochila y el móvil, y salgo pitando.

Son las ocho y cuarto y entramos a y media. Voy andando y me voy cruzando a varias chicas que van andando en grupito y se me quedan mirando, yo sigo andando. Casi al llegar, me cruzo con los tres chicos del otro día y me saludan, les doy dos besos a cada uno, como suelo hacer siempre. Me dicen que si voy con ellos hasta llegar al instituto y les digo que si. En el trayecto que nos faltaba les conté de donde venía y me dijeron que no estuviera mal por lo de mis amigas, que aquí haría nuevas. Al llegar, sonó el timbre y me despedí de ellos. Nada mas entrar, busqué la clase de 2ºD. Entré y todos se me quedaron mirando, vi un sitio libre al final de la clase y me senté allí. Todas las clases fueron bien y conocí a dos chicas majísimas, Teresa y Angela. En el recreo, me enseñaron todo el instituto y me presentaron a mas chicas de otras clases. También vi a Ruben, Joel y Marco y me acerqué a saludarlos, les conté que todo me había ido muy bien y se alegraron por mi, estuve cinco minutos con ellos y volví con Teresa y Angela. Me contaron que llevaban detrás de esos chicos desde que entraron en el instituto y que nunca se habían parado a hablar con ellos. A si que las cogí del brazo y se los presenté. Sonó el timbre y volvimos a clase, las tres últimas horas se me hicieron eternas. Al salir, Tessa (así llamaban a Teresa) y Angy (así llamaban a Angela) me acompañaron a casa.

Quedamos por la tarde para dar una vuelta, la verdad, para ir de compras. Había cogido confianza con ellas muy rápido. 

Mi madre me preguntó que que tal mi primer día de instituto y la dije que bien, que coño, genial.

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