004

1.5K 195 9
                                    

—Buenos días, Kkami

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Buenos días, Kkami...— Acarició a la bola de pelos con patas quién estaba compartiendo cama con él. Lo que más le hacía feliz a Hyunjin al despertar era ver a su perrito estirarse por el buen sueño que tuvo la noche anterior. Aunque Kkami no era muy afectuoso, lo quería mucho. —Hoy nos vamos de aquí, tengo mucho trabajo por hacer. — Le dijo levantándose de su cama junto al perrito y al instante la tendió.

Lo bueno es que el departamento que rentaba ya venía amueblado por lo que no tenía qué preocuparse por dónde dejaría sus cosas. La ropa si era la importante, pensó en llevársela o donarla a la caridad, no era de marca popular pero estaba en buenas condiciones, sería buena idea donarla primeramente porque, tal vez al señor Lee no le agradaría mucho verlo llegar con ropa humilde y sin brillo, barata.

No lo pensó mucho, guardó la ropa ya limpia en una caja y la acomodó frente a su puerta.

Se duchó, se colocó prendas cómodas y peinó su cabello con una media coleta. Se puso un poquito de sombra bajo los ojos lavandose los dientes enseguida, pudo sonreírle al espejo.

Ya estaba por irse del departamento, así que sería mejor darle un adiós temporal. Kkami también fue bañado y peinado a pesar de los cansados correteos de Hyunjin.

Se enteró de pronto por un mensaje del Club Monroise que el señor Lee le mandaría un auto para llevarlo a su casa, suspiró agradeciendo al universo porque no tenía para irse en transporte particular solo en público y ahí gastaría más de 20 dólares porque la dirección de la casa era casi desconocida.

—Kkami vámonos. — Le colocó una correa a la mascota, tomó la caja con su ropa fijándose de haber guardado lo único necesario en su pequeña bolsa; cargador, pastillas, supresores, maquillaje, bloqueador solar y billetera.

Ya seguro, apagó las luces cerró la puerta y se dirigió rápidamente a la estancia.

—Buenos días señor Park, aquí le entrego las llaves del departamento. — Figuró una sonrisa leve en su rostro luego de depositar las llaves en el escritorio y así pudo extenderle la caja con su ropa. —¿Me podría hacer un favor?— Preguntó curioso sin recibir respuesta. —Tengo esta caja con ropa que he usado no por mucho tiempo, la chequé y está en buenas condiciones quería saber si usted podría llevarla a la caridad o si quiere podría quedarsela usted para sus hijos o...—

—¿Crees que tengo cara de recibir ropa usada para mi familia? ¿Que soy un donatario? ¿Un donante? qué dices Hwang, a esta ropa sucia y gastada no la recibiré así que. Llévatela de aquí. — Pidió mirándole ofendido.

Hyunjin no dijo más y se llevó la caja consigo. ¿Ahora qué haría? si un señor como ese no aceptaba ese tipo de cosas menos el padre de Minho.

—Oh no...— El auto de Nic ya estaba aparcandose frente a él.

—Buenos días, joven Hwang. ¿Le ayudo con sus cosas? se ve pesado.

—Buenos días, Nic. Es ropa mía. Pensaba dejársela al encargado de aquí pero no me la recibió y no quiero llegar con una caja de ropa a la casa de los Lee. — Sonrió tímido con la esperanza de que Nic el conductor le ayudara a salir de ese problema.

contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora