𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 02

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Número desconocido: STEVE HARRINGTON, llegaré en un momento, por favor ¡Espera por mí~! Lamento ser un tonto demorón T.T

Número desconocido: ¡Ah! Soy Edward Munson
pero podrías guardar mi número como Eddie
porque suena bonito.

Steve tomó una bocanada de aire mientras
pasaba los dedos en el barandal de la terraza de
su instituto, el frío golpeando su rostro y algunas
hebras castañas comenzando a salirse de su sitio por rebeldía del gélido viento ¿Qué hacía un omega de último grado ahí cuando sabía perfectamente que mañana le caerá un examen con más de cien preguntas? Pues, por alguna razón Eddie Munson -el popular alfa-le había pedido venir hasta aquí, y todo de forma incógnita porque el alfa solo le envió un mensaje que avisaba el anhelo de su presencia luego de salir de clases, cosa que a Steve se le hizo algo excéntrico, pero de todas formas se aventuró a descubrir el trasfondo de todo misterio.

¿Cómo mierda es que tiene mi número? Le ganaba la curiosidad, oh, en demasía se podría decir.

Steve además de ser un omega algo impasible,
era entrometido hasta el punto de siempre querer meter las narices las veces que algo le llamaba su atención, es por ello que han habido múltiples casos donde ha sacado un golpe de su mejor amigo Jonathan por chismoso. Pero este caso era algo que incluso su animal interior recurría a dar saltos de exasperación, saltos que solo anhelaban la llegada de Eddie Munson y le diga qué es tanto misterio, reduciendo el hecho de que el alfa tenga su número sin que Steve se lo hubiese pasado.

En su mirada se impregnó el sol bajando
silenciosamente y sonrió un poco ya que por fin
llegó a domar un poco el frío que enfrentaba su
menudo cuerpo, ya iba a desfallecer ahí mismo
porque gracias a su mente volátil olvidó traer
consigo su ropa de cambio para deportes. La
profesora Park fue muy buena al prestarle el
uniforme de su hijo menor, aunque eso no quitaba el hecho que no estaba completo el conjunto, y aquello le ponía de muy mal humor.

-Hola Munson- saludó Steve, sonriendo al divisar
al alfa castaño llegar con algo detrás de él, al
parecer alterado debido al aroma que desprendía.

El omega alzó una ceja, curioso por tan mala
actuada presencia de nervios, así que se atreve ir al grano importándole poco que al frente suyo esté su predestinado-. Mmh... ¿Para qué me citaste aquí?- Eddiese sonrojó.

-S-Steve..- tartamudeó estirando sus
manos hasta quedar una carta frente a Steve,
bajando la espalda y un aroma a café inundando
las fosas nasales de ambos, arrodillado. -L-Lea mi
carta ¡P-Por favor!-

Parpadeó por la sopresa del momento, sin
embargo, aún anonado por el pedido del más
alto, tomó la carta entre sus manos, era una de
color morado y algunos dibujos de corazones
encima. Era un arte tierno a su parecer, un arte
tierno que no tardó en abrir, primeramente por
su impaciencia y porque al parecer Eddie
flaqueaba desde su estadía. Se veía pequeño, tal
cual cachorrito tonto y miedoso pensó Steve
desenvolviéndo sus ganas de querer pararse de
puntas y besar su frente después de leer lo que
había al interior.

"Querido Steve Harrington, usted es el resposable
de hacer latir mucho, muchísimo mi corazón por
favor, pare de hacer eso o me veré en la
obligación irme de la escuela!

Eddie Munson."

¿Esto era una declaración? Pues existen alfas que
se declaran de muchas formas, pero esas son algo
más sensatas o ¿esperadas? ¡El chiquillo temblaba, el alfa se veía tan vulnerable, tan fácil de quebrar!
A pesar que Eddie sabía que Steve era su
predestinado, su omega, dudaba de su elección.
Entonces Steve Harrington supo que el alfa era
diferente el momento que lo atisbó con los ojos
aguados por su demora en remitir una respuesta.

-Eddie- llamó y el alfa levantó la cabeza,
sus mejillas tan rojas que parecían querer explotar, a Steve se le hacía un poco divertido y tierno la vergüenza mal disimulada por parte de el alfa- ¿Tienes un lapiz?-

Obediente, Eddie rebuscó en sus bolsillos
torpemente, su cabello agitandose en medio. Sus
manos jugaron, desesperándose al no dar con nada pero luego aliviándose al obtener el tan preciado objeto en sus largos dedos. No demoró en sacarlo y entregárselo a Steve temblando, él merecía al menos rechazarlo al instante para que no duela mucho o eso pensaba.
Pero se tragó todas sus inseguridades al leer lo que Steve escribió.

"Querido Eddie, tú también eres el responsable de
hacer latir mi corazón, así que
¡por favor no te vayas
de la escuela, te voy a necesitar!

Steve Harrington (tu omega)"

-¡¿Entonces eso es un sí?!- chilló Eddie
pegando un salto de la sorpresa, sus ojos casi
saliendo de sus cuencas. Su sonrisa se hizo grande cuando vio a Steve asentir– ¡G-Gracias Steve! ¡Prometo ser un muy, muy, muy
buen alfa contigo!

Reverenciaba sin cesar y Steve simplemente
se reía nervioso, mientras pensaba del cómo
Eddie siendo un alfa rígido en los partidos
donde empleaba rudeza podría convertirse en
practicamente un cachorrito delante suyo, un
cachorrito melindroso y torpe que sería su alfa
ahora en adelante.

Pero Steve cuidaría de su alfa si sería necesario.

¡𝑆𝑜𝑦 𝑡𝑢 𝑜𝑚𝑒𝑔𝑎, 𝐼𝑑𝑖𝑜𝑡𝑎!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora