₍₂₄₎ to face

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—¿Ya te dieron el ranking final?

Solo tenía once años cuando pasó. La cara de Sungjin, el temor que emanaba, la preocupación, la forma ansiosa en que mordió su labio y bajó la vista, temblando junto a él.

—Y-yo... no lo logré, papá. Lo siento.

Jamás olvidaría lo pequeño que se veía su hermano esa noche. Hasta ese día, siempre había pensado que Sungjin era la persona más fuerte que había pisado la tierra, un verdadero superhéroe, pero en ese momento... parecía a punto de llorar.

Jungkook sintió que algo se rompía dentro de él también.

—¿En qué posición quedaste?

—Cuarto. —El adolescente respondió, tragando con dificultad—. Estuve a punto de quedar en tercer lugar, pero Younghyun...

—Está bien, hijo. —Sangguk asintió, viendo de reojo a su esposa—. No te preocupes, hiciste un gran trabajo. Tal vez el próximo año lo harás.

Jungkook sonrió, conforme con la respuesta de su papá, y en seguida miró a su hermano. Tenía los ojos aguados y todavía temblaba, sin importar lo que había dicho el adulto.

Tuvo que pasar una semana para que entendiera el motivo.

—¿Y? ¿Cómo le fue al muchacho?

Nunca le había gustado la familia de su papá, tan arrogante y presumida. Incluso con ellos. Siempre encontraban la forma de excluir a Sungjin.

—¿Se consagró como un Jeon o sigue siendo un Park? —Su abuelo era el peor de todos, hablando de su hermano como si no estuviera en la mesa.

—Siempre será un Park. —Sangguk se rio, mirando al joven que solo se encogía en su puesto—. Sin importar cuánto lo intente, él siempre será un Park.

Jungkook era muy pequeño para entender por qué a su papá le importaba tanto que Sungjin fuera uno de los tres mejores alumnos del colegio.

Años después lo supo.

Los Jeon siempre estaban ahí.


V I E R N E S
04 . 09 . 15


El recuerdo lo invadió después de veinte minutos de silencio, justo cuando sus ojos estuvieron tan pegados en Sangguk que su mente se llenó de odio, aferrándose a cada mala experiencia.

Era normal que estuvieran completamente callados en la cena, comiendo lo más rápido posible para desaparecer, pero esa noche se sintió personal. Esa noche estaban evadiendo un tema con más intensidad que cualquier otro día.

No lo soportó más. Jungkook se tragó la comida que tenía en la boca y bajó los utensilios, golpeando suavemente la mesa.

—Sungjin volvió. —Fue todo lo que dijo, observando fijamente al par de adultos que apenas pestañearon.

Su madre fue la única en mirarlo, esbozando una sonrisa que decía poco. Su papá ni siquiera dejó de comer, bebiendo de su vaso como si no hubiera pasado absolutamente nada.

—¿No dirán nada? —Alzó el tono y la voz, abriendo ligeramente los ojos.

—Pasó a saludarme en la mañana. —Eunjin al fin habló, cortando un trozo de carne—. Estuvimos juntos en mi hora libre, me llevó a comer a un restaurant.

—¿No volverá a casa? —Sangguk al fin habló, mirando a su esposa como si Jungkook no pudiera responderle.

Parecía como si estuviera provocándolo. Siempre sentía que estaba provocándolo.

Romper y corromper [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora