V I E R N E S
20 . 03 . 15
El viaje fue cómodo, aun con el silencio.
No era como si no supieran qué decir, hace tiempo habían superado esa barrera, pero a Jungkook le pareció que mirar por la ventana era mucho mejor que distraer a Taehyung, en especial cuando toda su atención estaba en el camino.
Sin embargo, el castaño no temía chocar.
Temía tropezarse, más bien. Temía cometer otro error.
Porque caer es más fácil que prevenir el golpe y sentir es mucho más innato que pensar, y es que sabía que no tenía que mirar a Jungkook, pero lo hizo, igual lo hizo, observando su perfil como si fuera una verdadera obra de arte, aun si estaba lejos de serlo.
Sus ojos eran muy grandes para su gusto, casi saltones, y su nariz se veía extraña desde ahí, como si no combinara con el resto de su cara. Sus labios tampoco eran la gran cosa, aunque brillaban, y luego estaba la cicatriz de su pómulo que, aun con sus dos centímetros, era demasiado evidente para considerarlo perfecto.
Entonces, ¿por qué le parecía tan hermoso?
—Tae, ya puedes avanzar.
Asintió, sus ojos fijos en Jungkook.
—Ahora. —El menor insistió, apuntando hacia el frente.
—Claro, claro. Ahora. —Asintió de nuevo, poniendo el auto en marcha.
«Mierda», ¿qué había sido eso? ¿Por qué había actuado así?
Es decir, todos sabemos que, en circunstancias normales, Jeon se habría reído del mayor, aprovechando su error para hacer alguna broma al respecto, para molestarlo, para burlarse de lo enamorado que estaba su profesor, de él, de su alumno; pero en cambio solo mordió su labio, encogiéndose en su lugar.
Eran tan... extraño.
A veces sentía que Kim era cálido y acogedor, y luego simplemente lo quemaba con su mirada, quitándole toda su seguridad.
No era igual cuando él causaba el roce entre sus manos, entre sus labios, entre sus cuerpos; cuando él controlaba la situación, poniendo el límite entre una sonrisa y una mirada, entre una caricia y un beso, entre una broma y un consuelo, entre provocarlo y desearlo.
Suspiró, intentando no pensar —por más imposible que fuera— y solo reaccionó cuando llegaron a su destino, bajándose del vehículo.
No habló, ninguno, ni siquiera cuando tomaron el ascensor, y parecía que el aire estaba a punto de volverse denso cuando Taehyung abrió la puerta de su casa, girándose hacia Jungkook.
El menor alzó la vista, casi por instinto, topándose de frente con su sonrisa.
—Esto en serio está volviéndose una mala costumbre.
Había sido una broma, ambos lo sabían, así que solo se miraron y se rieron, entrando al hogar.
—¿Qué cosa, que te contradigas todo el tiempo?
—Que vengamos acá. —Negó, cerrando la puerta.
—No tenemos otra opción, Tae. ¿Prefieres que graben todo lo que hablemos?
—No, claro que no.
—Entonces no debiste castigarme —señaló, siguiendo al hombre que de nuevo estaba caminando—. Era mucho más fácil que me invitaras a venir, ¿no crees?
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Romper y corromper [SIN EDITAR]
Fiksi Penggemar{⁺₊·} Todos rompemos las reglas en algún momento, especialmente si se tiene un apuesto profesor para corromper. O en donde Jungkook es un estudiante incomprendido que ataca a la primera persona que se le cruza, devorando su boca como si no se tratar...