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Se encontraron en el café del centro comercial, Peter lo esperaba de pie, y con un regalo sorpresa en sus manos, envuelto en papel madera.

Al verlo llegar lo saludó con alegría y corrió hacia él, deteniéndose a medio metro, deteniendo las ganas de darle un beso, ya lo habían regañado por haberlo besado, así que se detuvo frente a él, y sin decir nada al respecto, Wade ya sabía que no podía hacer esas cosas y para eso venía preparado.

—Tengo esto —dijo el mayor, y sacó de su bolsillo una pequeña plancha de stickers que había visto en un puesto de juguetes infantiles en la entrada del centro comercial, esta era de besos y corazones.

Peter rió con esa ocurrencia, mientras Wade rompía el paquete y tomaba un beso, una marca de labios de color rojo y pegaba el sticker en la mejilla del Peter, haciendo que se ruborizara.

—Y-Yo... También te traje algo —murmuró Peter, rojo hasta las orejas, y extendió el regalo hacia él, Wade lo miró un momento antes de tomarlo.

Rompió la envoltura con cuidado y tomó el gorro color rojo con negro y sonrió como un tonto.

—Yo lo tejí —dijo Peter, y Wade asintió, porque lo sabía—. Y también combina con el mío.

Los ojos de Wade fueron hacia el gorro nuevo que tenía su compañero en ese momento, del mismo rojo pero con azul, idéntico al suyo.

—¿No te molesta compartir algo así ni nada, no? ¿Es muy rápido?

—Es genial —lo interrumpió Wade.

Peter soltó uno de sus ruiditos y Wade sonrió más ampliamente.

Se quitó su gorro de siempre, el que según Peter era la tapa azul de una botella, se sintió incómodo al tener su cabeza calva expuesta hasta que se colocó el gorro de lana rojo.

Miró a Peter, a sus ojos color café, estos tenían un brillo raro y hermoso que Wade no podría describir.

Nadie lo había mirado de esa manera en su vida.

—Eres muy hermoso, Wade —dijo Peter, por lo bajo, casi un murmullo.

—Tú eres lo más hermoso, Peter —imitó Wade.

Y de nuevo el menor rió como un niño, con alegría sincera.

Wade tomó su mano y comenzaron a caminar por aquel centro comercial, preguntándose mutuamente qué querían hacer en esa cita, aunque ninguno tenía idea en verdad, y sólo querían pasar el rato juntos, haciendo algo o haciendo nada.

Chemo | Spideypool AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora