Los ensayos comenzaron al día siguiente, fueron duros, más de lo que me gustaría admitir.
Algunos tenían el talento nato para esto, mientras que otros como yo no tenemos, supongo.
La niña rubia tenía una elasticidad increíble, no le costaba hacer los ejercicios de estiramiento para nada, parecía que le relajaban hasta cierto punto.
Por otra parte, a otras personas si que les costaba. Yo no tenía mucha elasticidad, pero tampoco me costaba tanto. Nos entrenaron juntos a ambos sexos, eso era algo que no esperaba. Por lo que entendí, nuestro entrenador y todos aquellos que fueran parte de esta empresa no tomaban a ninguno de menos y ponían los mismos ejercicios a cada uno. No importaba si eras hombre, aun así, deberías tener toda la elasticidad posible. Tampoco importaba si eras mujer, aun así, tendrías que saber hacer acrobacias.
Era un concepto raro el que se creaba mi mente sobre el grupo, pero poco a poco me agradaba cada vez más. Supongo que los dueños de la empresa teni8an pensamientos del extranjero acerca de cómo liderar este grupo.
Me toco ver como sacaban a alguien de los entrenamientos porque lo descubrieron acosando a una de las chicas mientras realizaba el trabajo.
Cada vez me agradaba más esta empresa.
O tal vez hable demasiado rápido.
Me toco hacer dúo con ese chico llamado Yangyang. Me molestaba un poco su presencia. Simplemente era despreciable.
La actividad consistía en que tendríamos que realizar un baile ambos y este tendría que ser aprobado, en caso de no serlo o que simplemente no combináramos bien, seriamos descalificados (esto claro depende de que tan bien nos desenvolviéramos en el baile).
Yangyang se me acerco con toda naturalidad, como si nos conociéramos de toda la vida. Había algo en el que no terminaba de agradarme, pero aun así me sentía atraído hacia él. Era como si, como si quisiera investigarlo más a fondo y conocer sobre él, su presencia me disgustaba, pero también me hacía querer acercarme aún más.
A veces no me entiendo.
No es que no fuera bueno haciendo compañeros, simplemente mi cara y aspecto no ayudaba en ello. Parezco molesto o amargado con la vida, pero eso es siempre.
No. Debo de estar enfocado. Nada de amigos.
"Supongo que ahora seremos compañeros, Shutao."
"¿Shutao?..."
Nunca me habían hablado sin utilizar un honorifico, ¿Quién se cree que es? Y además pronuncia mal mi nombre.
Me enferma.
Tiene un acento raro, lo escuche desde la ultima vez. Habla un inglés extraño de igual manera. No suena como un chino. Tal vez podría ser un criollo. Lo mas probable es que sea eso. Tampoco me hablo con algún honorifico chino. En el inglés y algunas lenguas extranjeras no existen los honoríficos, aunque sigue siendo extraño.
"¡Cierto! Lo siento demasiado, aun se me olvida usar los honoríficos, ¿gustas chinos o japoneses? Se un poco de ambos, aunque es complicado. Veras, solo mi padre es chino, mi madre era mexicana, así que aprendí en su mayoría el idioma español, perdón si no se expresarme muy bien. Mm ¿cantos años tienes?"
Mucha información en un poco tiempo. ¿Acaso no le importa contarle todo eso a un total desconocido?
"Tengo 20..."
"¡Oh! Entonces eres mi superior, bueno en chino usamos otros distintos, pero se te ha de acomodar más con senpai."
Simplemente preferiría que no me hablaras. No hay más discusión.
"Solo trátame con normalidad, aunque si gustas decirme Senpai tampoco me molesta. Me es indiferente."
Me puede desagradar, pero después de todo estamos en una competencia y si ambos queremos quedarnos tendremos que poner de nuestra parte y hacer un buen equipo.
Las practicas empezarían mañana. Hoy solo tocaría descansar de todo y pensar un poco más sobre que haríamos. Las recamaras de los trainees se compartían, así que no sabría con quien me tocaría. Esperaba que no fuera con Yangyang.
Me dirigí al lugar correspondiente en cuanto a mi habitación. No eran dormitorios grandes, específicamente para dos personas. No más y no menos. Al entrar note que ya había alguien. Habría llegado antes que mi supongo. Más que una suposición es la verdad.
No sabría si saludarle o no. Se ve de aproximadamente mi edad. Bueno eso es algo bueno, no tendré que estar con un menor a mí.
Sería algo extraño eso.
"¡Oh! Hola, un gusto"
Bueno, una buena impresión ha dado. Da la impresión de que es alguien tímido su mayoría, aunque alguien amable de igual manera.
Antes de responderle mire a los alrededores de la habitación, para analizarla más a detalle. Tenía razón en que es un poco pequeña la habitación, pero es suficiente. Pequeña sí, pero no tanto como yo esperaba. De hecho, creo que es más grande de lo que hubiera imaginado. Tenia dos literas y en la parte de abajo existía u escritorio. 2 exactamente, uno para cada uno. Es un toque lindo ello.
"Un gusto."
"Supongo que ahora seremos compañeros de cuarto. Me llamo Kim Dojin, un placer conocerte.."
"Takumi Shotaro, un gusto."
El chico tenía un cabello bastante claro para ser coreano, un tono miel quiero suponer. No se mucho de colores, pero eso podría describirlo a la perfección. Tiene esa aura de amabilidad junto con él. Debe de ser alguien con bastantes amigos. Podría describirse fácilmente como el chico guapo popular por el cual todas las mujeres se mueven.
"Fue un día bastante aterrador, ¿no lo crees?" Me volteó a ver mientras yo terminaba de desempacar todas mis cosas. Es curioso que las personas de este lugar sean tan amigables, o mas que amigables tengan mucha facilidad para el habla. No tienen miedo de acercarse a hablar con alguien. ¿todos los coreanos y los chinos serán así? Recuerdo que en Japón siempre había sido muy difícil el conseguir amigos a menos que se conocieran de toda la vida.
Supongo que es algo a lo cual me tendré que acostumbrar.
"Si, demasiado. Causo una gran impresión toda ese discurso e indicaciones que nos dieron." Era agradable este sujeto.
"Parecía un poco disgustado, tal vez habrá visto algo que no le gustó del todo."
Tenía razón. Al ver a los dos chicos pelirrojos parecía como si quisiera estrangularlos, quien sabe.
Pasamos hablando un rato más. Me conto que le había tocado de pareja uno de aquellos pelirrojos que destacaban. Su nombre es Yamamoto Minying, igual era japones, aunque por lo que entendí era una mezcla entre japones y chino. Algo no tan común de ver. Al parecer este chico era demasiado energético, más de lo que un asiático extrovertido podría ser, parecía que sobrepasaba los límites.
Hay toda clase de personas en este mundo tan pequeño.
Kim Dojin decidió ir por algo para comer, yo preferí quedarme, aun necesitaba contarle a mi familia todo lo que había ocurrido y eso no lo pospondría.
Esto se pone cada vez más interesante.