『07』

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Los médicos finalmente le quitaron la escayola después de que ella se lo pidiera. Al principio se mostraron reacios, pero finalmente cedieron y se limitaron a vendarla.

Levantándose, se dirigió al claustro de profesores para pedir un cambio de horario.

En su camino, dos chicas refunfuñaron y la miraron fijamente.

Casi pasando junto a ellas con éxito, la chica decidió no dejar que eso sucediera cuando agarró el hombro de Shiroi.

─¿Crees que el príncipe azul te va a salvar de los secuestradores todo el tiempo?─ la chica de pelo morado hizo un mohín de burla, cruzando los brazos frente a su pecho.

─¿Eh?─ Shiroi ladeó la cabeza, sonando confundida porque no sabe cómo responder.

─Deja de intentar hacerte la despistada. La Toman es peligrosa. Son delincuentes, ¿y alguien como tú está con ellos? Así que deja de coquetearles, perra. Pero supongo que está bien─ la miró de arriba abajo. ─Seguramente te estás enrollando con el novato de Toman.─

─Oh...─ Cuando por fin comprendió de qué estaban hablando, su comportamiento se volvió serio. ─¿Quién te ha dicho eso?─

─Habiki lo hizo. Está todo golpeado, así que supongo que eso es una prueba de que está diciendo la verdad─ señaló a Habiki. Estaba fumando sobre el capó de un coche con otros delincuentes.

¿Habiki...? ¿El espía de ayer es de esta escuela?

No perdió más tiempo y se dirigió a Habiki. Después de todo, la gente que difunde la información confidencial de uno no debe estar afiliada a alguien como ella.

─¿A dónde vas, cariño?─ uno de ellos le silbó hacia su camino.

─¡Lindas piernas! ¿me las prestas?─

─¿Estás aquí para enrollarte?─

Dejando de un lado el acoso, ella recibió sus burlas bastante bien.

─Habiki─ le dijo fríamente, haciendo callar a los otros. Lanzó su cigarrillo al suelo para luego aplastarlo con el pie.

Ella se dirigió a una zona apartada de la gente y él la siguió.

Girándose para poder enfrentarse a él mientras apoyaba la espalda en la pared, se burló. ─Así que no sólo recoges información restringida, sino que también la difundes─

─¿Qué me va a hacer la zorra como tú, eh?─ una asquerosa sonrisa se formó en su magullado rostro mientras se apoyaba en su cuello.

Hasta que ella rápidamente golpea con un puño en su boca.

Inmovilizando su brazo por detrás, le empuja la cara contra el muro de hormigón, inmovilizándolo.

─¡MPHHHHH!─ su rodilla se tambaleó al aumentar la presión cada vez más y más.

─¿Qué más sabes?─ preguntó ella, con el rostro impasible ante la típica escena que se desarrollaba frente a ella.

─¡Suéltame, perra!─ escupió él, esperando que ella retrocediera, pero ella sólo lo empujó más contra la pared.

─¡Está bien, está bien! También han dicho que eres de Bishamonten. ¡Ni siquiera sé qué demonios es eso! Suéltame de una vez─

El pánico hizo que se soltara de su agarre. Habiki la miró temblorosamente, pero su cabeza miraba hacia abajo. Un ambiente lúgubre le dejó escalofríos en la columna vertebral.

Se llevó la mano al muslo, sólo para tocar su piel desnuda para su consternación: no había ni daga, ni pistola.

Retrocedió con el pie.

Tal vez esté demasiado acostumbrada a hacer eso: ejecutar a adversarios que poseen el conocimiento de su verdadera identidad, secretos y unión con yakuzas incrustadas en sus mentes.

─No... vuelvas a hablar de mi nombre─ susurró para sí misma, pero iba dirigido al tipo al que pretendía matar.

Ella nunca quiso matar.

Abriendo la boca para decir algo más, sólo para ser interrumpida por una estampida de parloteos de los estudiantes, frunció las cejas.

─Muévete─ se deslizó entre la multitud.

Aparcados delante del edificio estaban Mikey, Draken, Pah-chin y Peh-yan.

Arrepintiéndose ahora de haberse dirigido a la parte delantera de la multitud, donde llamó rápidamente la atención por el extraño color de su cabello, Draken posó fácilmente sus ojos en ella, maldijo en voz baja.

─Ya está─ le dijo Draken a Mikey, que estaba ocupado comiendo su Dorayaki.

Antes, casi se volvió loca con los idiotas que filtraban datos sobre ella. Y ahora, los hombres de alto rango de Toman, junto con el propio Presidente, decidieron hacer esto.

Buen trabajo para mantener las cosas en secreto.

─Shiroi, ¡no puedo ver a tu novio! Oh no, ¿lo han dejado atrás?─ se rió de ella la chica de pelo morado.

Ignorándola, no tuvo más remedio que someterse a ellas. Después de todo, es parte del trato, no hay devoluciones.

Se acercó al grupo y se sentó en el asiento trasero de la moto de Mikey, para sorpresa de los estudiantes.

Allí estaba la chica de pelo morado con los ojos saltones por lo inesperado.

─¡¿Es tonta?! La van a matar!─

─Esa es la moto del Invencible Mikey. Heh, solo miremos como la golpea─

Shiroi inesperadamente le acercó la mano con suavidad, y luego le dio un mordisco donde mordió el Dorayaki. ─Todavía me lo debes. Esto es sólo un bocado─

Los iris negros como el carbón se dilataron, mirando a los de color rubí.

─¿Adónde vamos?─ rompió el contacto visual.

─A un lugar privado por ahora. Discutiremos la pelea con Moebius.─

➛ 𝐅𝐀𝐕𝐎𝐑𝐈𝐓𝐄 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄 ||  ➵ s. ᴍᴀɴᴊɪʀᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora