Amor en un libro.

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Advertencias:
o-Referencia al suicidio.
o-Lemon.

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A medio vuelo después de tirarse de aquel alto edificio pensó " tal vez algún día, en otra vida, alguien me ame de verdad" la verdad ya estaba asustado y medio arrepentido de haberlo hecho, pero ya lo hizo, ya dejó la nota de suicido y el porqué.

Su cuerpo se azotó contra el duro concreto, rompiéndose todo el cuerpo y los huesos debido al fuerte impacto. Terminando de una manera absolutamente dolorosa con su vida.

O eso pensaba.

Abrió los ojos, se sentía cansado, pero nada adolorido

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Abrió los ojos, se sentía cansado, pero nada adolorido. Se levantó súbitamente por aquello ¿Dónde estaba? Ese lugar no se parecía a ningún lugar que conociera, o al menos que recordara haber visitado.

Se vio en un enorme espejo que había en esa habitación: Era el mismo, pero a su vez no, su piel era un leve tono más claro, su pijama parecía hecho de seda fina ¿Tal vez estaba soñando? ¿Un sueño post mortem? Eso suena hasta ridículo.

Sintió pasos y se volvió a acostar con algo de miedo, por un momento se imaginó que lo habían secuestrado después de haber entrado en coma. Quería saber quién saldría para prepararse contra lo que fuera.

Entro una sirvienta y ¿su madre? ¿Qué estaba ocurriendo?

―¿Aun estas acostado Kōki? Se supone que hoy iba a presentarse el nuevo emperador en sociedad y tu querías verlo en primer lugar. Dijiste que ibas a intentar llamar su atención para ser su pareja ¿no? ¡Ya vístete!

Furihata dudo unos instantes, pero aún confundido le hizo caso. No recordaba nada de ello en un momento, pero de pronto como que imágenes mentales vinieron por él. Al parecer había reencarnado en un libro de romance de chicos ¿Acaso era eso posible? Lo más raro es que seguía conservando su nombre y la mayoría de su apariencia. 

Apenas estuvo listo fue llevado en carruaje

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Apenas estuvo listo fue llevado en carruaje. Mientras esto pasaba, Furihata trataba de acordarse si realmente era del libro que se acordaba. Lo había leído solo por curiosidad en un pasado de manera distraída porque no tenía más que leer y ahora deseaba tanto acordarse de los detalles. Lo único que recordaba era que su personaje era uno de los que el emperador no pondría atención, pero el chico en que ha encarnado se entusiasmaba con él, lo perseguía, lo intentaba provocar. El emperador por su parte en un principio no parecía tener sentimientos por nadie, solo usaba sexualmente y cuando el emperador se aburre lo desecha, luego aparece el verdadero protagonista que obvio le roba el corazón del emperador. Los padres del personaje de quien ahora encarna, buscaban venganza por su muerte y por eso hacían la vida imposible al protagonista, de hecho, de eso se trataba toda la historia.

Incluso no estaba seguro si era esa historia, solo recordaba el símbolo que usaba ahora familia de Kōki, un símbolo de un lobo en una colina, lo tenían en los anillos que usaban. De hecho, eran Archiduques, por eso usaban su poder para maltratar a quien sería luego el protagonista.

Kōki suspiró, tal vez debería haberse negado a ese viaje porque sabía lo que significaba y no quería, no quería sufrir por amor una vez más, ya había sufrido mucho en el pasado. Era una de las razones por las cuales se había suicidado.

Era una gran multitud, por suerte (o desgracia) de Furihata, con su posición en la realeza, podía estar sentado casi al frente y estar al lado con los reyes para ver la coronación del emperador del reino de la creación.

Parpadeo un poco, recordaba las pinturas de la coronación de Napoleón, los colores del lugar le hacían recordar mucho a esas pinturas. Negó y trató de concentrarse, pero sin tomarle mucha importancia, se concentraría en otras cosas como el anterior emperador que le entregaría el puesto a su hijo, sin embargo, al ver al hombre abrió los ojos de manera exagerada. No podía ser verdad, fue aún peor cuando vio quien sería el nuevo emperador. Tenía hasta nauseas. Era demasiado el shock.

El emperador era igual a Akashi Seijūrō, incluso tenía el mismo nombre. Así como el padre de este, Masaomi Akashi era el anterior emperador.

No, no, no, no. Esto no volvería a repetirse. Furihata sintió mucha rabia y pena. Seijūrō era la persona que le había roto el corazón antes ¿Ahora también lo haría en este mundo? No lo permitiría.

Espero a que la ceremonia terminara y aplaudió formalmente, para luego escapar de allí hacia el jardín de la catedral, no quería siquiera mirarlo. Sus ojos se llenaron de copiosas y gruesas lágrimas, ya no deseaba volver a experimentar el tortuoso dolor de tener el corazón roto. Solo verlo su corazón le volvía a recordar la razón de que antes le puso fin a su vida.

―Kōki.

Pensó que era su madre, que seguramente se habría asustado al verlo irse de allí.

―Ya voy, me sentí un poco mareado con tanta gente...―Trató de que su voz no sonara muy triste e intento mostrar una sonrisa. ―...Soy un poco sensible a ell...

Guardo silencio cuando vio que la persona que le habló antes era el dichoso emperador. Kōki sintió furia en ese instante, aunque trato de disimularla bien.

¿Qué acaso este maldito destino me va a empujar a la muerte de nuevo? Maldito autor y su maldito libro.

―Buenas tardes emperador Akashi Seijūrō, lo felicito por su nuevo cargo, seguramente hará muy buen trabajo. ―Hizo una reverencia formal, lamentablemente tenía que controlarse con lo que hacía o decía, si metía la pata podrían ejecutarlo. Aunque en realidad no le importaba morir, no quería hacer caso a lo que el libro quisiera y que sus padres quisieran cobrar venganza.

El emperador solo miro a Kōki por unos instantes, casi como examinándolo. Luego se acercó a él y lo tomó del mentón.

―Gracias, haré un buen trabajo, solo me gustaría a alguien que me acompañase para tal labor. ― Su voz parecía hacer eco en los oídos de Furihata. Incluso hasta en el grosor de su voz, se parecía a su amado.

―Bu-bueno, siempre existen personas que felizmente serán su mano derecha. ―Aquellos ojos intensos que recordaba, se le hacían casi imposible ignorarlos. Debía de ignorar lo que su corazón le estaba pidiendo en ese instante, pero era difícil ignorar sus latidos.

―No me refiero a eso―Akashi acariciaba la mejilla de Furihata y este estaba sumamente rojo. ―Yo más bien decía como alguien que despertase a mi lado y que tuviese a mis hijos.

Furihata maldijo para sus adentros, encima la historia era una donde los hombres podían quedar esperando bebés. Atreverse a solo tener relaciones sexuales para consolarse con el amor que no tuvo en su vida, estaba descartado. No quería un hijo no reconocido.

―Seguro hay muchos dispuestos para el concubinato con su majestad. ―Su cara estaba sumamente colorada mientras trataba de escapar a aquella mirada que le daba la impresión que atravesaba hasta su carne.

Akashi hizo un gesto disconforme.

―Pensé que había sido suficientemente directo contigo, pero supongo que hacerlo aún más―Antes de que Furihata preguntase ya tenía los labios del emperador sobre los suyos. En un principio no estaba seguro de corresponder, pero le recordaba tanto los besos que Akashi le dio una vez en el pasado, que no pudo evitar ceder mientras una lagrima rodaba por su mejilla. ―. Quiero que seas mío.

Y ya estaba, no podría oponerse a lo que decía el emperador, lo único que podía hacer es como huir antes de que este se deshiciese de su persona. Suspiró y asintió. Ni siquiera pregunto si como juguete sexual o como su futura pareja, porque estaba seguro que era lo primero.

―Cuando quiera mi emperador. Estoy a su disposición.―Se secó la lagrima con un pañuelo, no quería que Akashi pensara mal de su persona.

―No pareces muy feliz, dime ¿Acaso Furihata Kōki no desea pertenecer a su emperador?

―Si, lo estoy, es solo que ¿No cree que tal vez después se arrepienta? ―Hablo sumamente rápido. ― No digo que cometa errores, solo que puede llegar alguien fantástico que lo deslumbre y lo desee como su emperatriz. Aunque no importa, me haré a un lado si eso pasa, lo prometo.

Akashi Seijūrō rio sin poder evitarlo, tomando de la cintura a Kōki de manera posesiva pegándolo a su bien formado cuerpo.

―Dices muchas cosas sin sentido ―Beso el cuello de Kōki, lamiendo su manzana de adán y dándole una chupada juguetona que hizo gemir y lubricar sin poderlo evitar a este. ―. No suelo arrepentirme de mis decisiones. Te castigaría apropiadamente, pero debo hacer cosas hoy en mi castillo― Metió las manos bajo los pantalones de Furihata acariciándole una nalga―Hoy vendrás al baile de esta noche y te quedaras conmigo.

Furihata volvió a sentir los labios de Akashi sobre los suyos, esta vez fue un beso apasionado y posesivo, que casi impedía que Kōki pensase en algo más. No podía evitar ceder a ello, extrañaba esas muestras de amor, aunque realmente no lo fueran.

Sabía que el emperador solo lo usaría y botaría como en el libro, pero maldita sea. Quería sentir esas caricias una vez más en su cuerpo.

―Si emperador. ―Lo vio marcharse aun teniendo el corazón a mil por hora y tragó saliva ¿Esto pasaba en el libro? No que recordase, pero creía entender porque el personaje se había encaprichado con el emperador. Parece que esta vida estaba hecha a medida de su vida anterior, con alguien que se parecía justamente a la persona que más amaba en el mundo.

AkaFuri Week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora