( 12 ) ― epílogo

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El timbre sonó, provocando que el emocionado Iggy se levantara de su lugar y comenzara a ladrar, parado frente a la puerta.


―Pol, ¿puedes ir?― dijo Josephine en un tono alto desde la cocina ―Debo sacar la pasta del horno.―


Antes de tener una contestació, la chica pudo escuchar los apresurados pasos del frances dirigirse hacia la sala desde la habitación principal. Unos segundos después, la casa estaba llena de gente como hacía un tiempo no pasaba.

Joseph entró primero, acompañado de Suzie. Para ambos era muy conveniente que la casa de Josephine fuera ahora un punto medio. Especialmente para Joseph, que le costaba adaptarse a la cultura de Japón cada vez que estaba ahí.

Seguido de ellos entró Holly, tan efusiva como siempre, y feliz de visitar a quien por muchos años cuido como su propia hija, y verla feliz una vez más. En un tono alegre saludó a Polnareff, al igual que al pequeño perro que estaba contento de recibirlos.

Luego entraron Jotaro y su actual pareja Kakyoin, que pasaba tanto tiempo en casa de los Kujo que ahora era como parte de la familia (sin ignorar lo mucho que Josephine y Jean Pierre lo apreciaban también). A pesar del caracter serio del menor de los Joestar, se mostraba alegre de ver a su prima otra vez.

Por último, Muhammad Avdol, quien se había convertido no solo en el mejo socio de Joseph, sino también en un muy buen amigo de la familia, los acompañaría en la cena esta noche.

Josephine salió de la cocina unos segundos mas tarde, emocionada de verlos a todos reunidos en su casa. Saludó a cada uno, recibiendo los calidos abrazos y algunos pequeños regalos de parte de su familia y amigos.


―Vi la nueva colección en varias revistas.― le dijo Holly a su sobrina ―Me encanta, estoy muy orgullosa―


―Sí, tanto que compró diez de cada una.― bromeó Jotaro.


Por ultimo, Sherry salió de su habitación, arreglada y lista para la cena. Todos la saludaron con el mismo gusto que a la pareja. Después de todo, hacía ya cinco años que todos se reunían más que un par de veces al año en aquel lugar.


―Bueno, bueno, vamos a sentarnos todos.― dijo Polnareff ―La cena está lista y sé que estamos hambirentos.―


Toda la familia se dirigió con gusto al comedor principal, y cada quien ocupaba un asiento que, aunque nunca fue asignado, era el usual. Dejaron a la pareja en una de las cabeceras de la mesa. Los platillos fueron traídos, todos lucían deliciosos, y los invitados no tardaron en servir una porción en su plato.

Una vez la cena había avanzado, entre bromas y anecdotas, la castaña miró a Polnareff, y no hizo falta que hablara para que él supiera lo que quería decir: es hora. Ambos se levantaron de su asiento, llamando la atención de todos en la mesa.


―Escuchen, tenemos algo que decir.― dijo la chica, y el silencio y la expectativa inundaron la habitación.


Polnareff, quien estaba parado a su lado derecho, la abrazó pasando su mano por su cintura. Ella inhaló profundo y suspiró. Por más emocionada que estuviera, la ponía nerviosa anunciarlo.


―Estamos comprometidos.― dijo finalmente, levantando su mano izquierda, de modo que pudieran ver su anillo de compromiso.


Todos gritaban y se veían muy emocionados (a excepción de Sherry que, a pesar de estar muy contenta por ellos, ya sabía de la noticia y no podía fingir estar sorprendida). Todos se levantaban para abrazar y felicitar a la pareja, Suzie y Holly morían por ver el anillo, y la mayoría no pudieron evitar derramar algunas lagrimas.


―¿Qué los hizo tardar tanto?― preguntó Noriaki, consciente de lo mucho que se amaban ―No es como si no actuaran como una pareja casada ya.―


―No queríamos apresurar las cosas.― contestó el francés ―Fue difícil adaptarse a una nueva ciudad y Josephine comenzó a estudiar; además de tener que aprender el idioma. Solo no quería abrumarla.―


Toda la familia se encontraba completamente feliz por ellos. Había tantos preparativos por delante, los días siguientes estarían bastante agitados, pero valdría completamete la pena. Josephine podía estar convencida de que tomó la decisión correcta.

𝗩𝗔𝗣𝗢𝗥. │ polnareff x ocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora