¿Quién eres?

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AZUL

Estaba en el quinto sueño hasta que escuché que la puerta de la habitación se abría, reaccioné lo más rápido que pude y me escondí bajo la cama; cerró la puerta con fuerza y ​​solo se echó a llorar en el suelo, quién sea que fuera creo que la había pasado muy mal...¿Será que salgo y lo consuelo? No, solo lo asustaría ¡Carajo! Pero su llanto estresa tanto.

— Buenas, vengo por tu alma — le dije mientras salía debajo de la cama.

— ¡AAH! ¿Quién rayos eres? — me preguntó asustada, para mi suerte era una chica, tenía el cabello de color violeta, que combina perfectamente con sus ojos morados — ¿Cómo entraste a mi casa? ¿Q-quieres robar? Adelante llévate todo, por mí no hay problema — dijo nerviosa.

— No nada de eso...espera ¿Cómo me veo? — al parecer no se vio espantada por mi apariencia de demonio.

— Que pregunta más absurda, te ves como un maldito chico hermoso que entró a mi casa! — respondió mientras se ponía de pie.

— Quiere decir que no me ves como un demonio...que extraño — balbuceé sin entender por qué esta chica me vio en mi forma original.

— ¡Deja de decir tonterías y largo de mi casa!! — dijo lanzándome un libro.

— ¡Aush! Ya voy, ya voy, no es necesario tanta agresividad — le dije sobando mi hombro (donde cayó el libro) — no vengo a robarte, tranquila...solo me estaba escondiendo.

— Si no vienes a robarme entonces ¿Por qué te estabas escondiendo? — tomó un par de libros que tenía al lado y se echó para atrás.

— Bueno, es que...miles de ciudadanos dementes me estaban persiguiendo con sus celulares en mano — le dije un poco calmado — creo que ya estoy en todas las redes jeje.

— ¿Eres alguna celebridad o qué? — preguntó con curiosidad.

— Ehhh nop, la verdad no entiendo por qué me perseguían, no soy la gran cosa — yo y mis famosas mentiras — Oye, ¿Puedo hacerte una pregunta?

— Sí, claro.

— ¿Por qué llorabas? Eres muy linda como para que te estés llorando — enseguida ella se sonrojó.

— No es nada, no te preocupes — dijo algo apenada.

— Mira, no me conoces, no te conozco, pero puedes contar conmigo — le dije sentándome en su cama — por cierto ¿Cómo te llamas?

— Jeje me llamo Violeta, y ¿Tú? — respondió con una sonrisa.

— Pero que coincidencia jajaja yo me llamo Azul.

— Mucho gusto Azul — dijo acercándose un poco a mí y extendiendo su mano, la estreché con la mía, pude ver que en su brazo tenía algunos cortes, tal vez de uno o dos días.

— ¿Qué te pasó ahí? — le pregunté luego de soltar su mano...soy muy chismoso, ya lo sé.

— ¡Ay! Esto es solo un rasguño — respondió un poco triste.

— Si, si, un rasguño jajaja  trataste de suicidarte, no soy idiota — le dije serio.

Desastre de dos coloresWhere stories live. Discover now