Desastre de dos colores

Nuestro Pasado

AZUL

— Solo faltas tu y Violeta...— dije estándo frente a mi próxima víctima, tenía la esperanza de que mi asesino fuera este tipo.

— ¡¡Por favor no me mates!! Te lo ruego "Demonio de las sombras".

— Con que así me llaman, que nombre tan patético... — lo tomé del cuello y apreté hasta que escuché un "crack," dejé caer el cuerpo al suelo, como era de costumbre, aparecieron letras sobre el cadáver que me indican si había terminado el juego o aún no: "el juego continúa" — no...no puede ser ¡Violeta no puede ser! Esto solo es otra de tus trampas...ella no pudo haber cometido tal aberración ¡NOO!! 

Al día siguiente

— Azul ¿Dónde te habías metido? — me preguntó Violeta cuando regresé al departamento — ayer no volviste a casa, me tenías preocupada.

— Lo siento, no quise preocuparte — le dije sin prestarle mucha atención, entré a mi habitación cabizbajo, con la poca humanidad que me quedó hecha pedazos.

— ¿Puedo pasar? — dijo desde el otro lado de la puerta.

— Haz lo que quieras, no me interesa — sin pensarlo dos veces entró a la habitación.

— ¿Qué te sucede? — preguntó sentándose en un extremo de la cama.

— ¿Asesinaste a alguien? — Inmediatamente se sorprendió.

— ¿Por qué preguntas eso de repente? jeje

- Si o no...

— La verdad es que sí... — me convertí en un mar de lágrimas en cuestión de segundos, no podía creer que ella me haya asesinado — cuando tenía 16 años me obligaron a matar a uno de mis compañeros en el orfanato donde estaba. ..no sabes cuanto me arrepiento de haber hecho eso...no te juzgo si lo único que quieres es odiarme, estás en todo tu derecho.

— ¿Recuerdas quién era el chico que mataste? — le pregunté abrumado.

— Como no olvidarlo, se llamó... — se sobresaltó y enseguida me miró — ...Azul, ahora que lo pienso se parece mucho a ti.

— Porque el niño que asesinaste este día...soy yo — dije mirándola con enojo.

— ¿Cómo es esto posible? Si de verdad eres tu ¿Por qué diablos sigues con vida?

— Porque soy el "Demonio de las sombras," ese pequeño e inocente niño al que mataste, fue acogido por el mismísimo Lucifer en el infierno; y estoy, aquí con el único propósito de asesinarte.

- ¿What? — su rostro se puso pálido y blanco como una hoja de papel — adelante lo merezco, ¿No? Solo soy un desastre...— me acerqué a ella, cerró sus ojos con fuerza y ​​yo solo... solo le di un beso.

— No puedo matar a este desastre — le sonreí, estaba sonrojada y desconcertada— dijiste que te obligaron, ¿No es así? ¿Recuerdas quiénes fueron?

— Recuerdo cómo se veían, pero no sus nombres jeje

— Está bien, luego los buscaremos — le dije sonriente — por el momento necesito que me cuentes todo lo que pasó esa noche.