𝖀𝖓 𝖆𝖇𝖗𝖆𝖟𝖔.

Rajak

Estaba en la terraza.

Veía como las hojas de los árboles se movían sincronizadamente ante el aire.

Un aire fresco que te relajaba mucho.

Se encontraba en la casa del amigo de su padre.

Aquel humano llamado Frankestein.

Su padre...

Pensó en todos los momento que pasó con él.

Casi todos de ellos eran de su entrenamiento o sobre como debe ser al convertirse en el siguiente líder del Clan.

A veces tenía ese pensamiento egoísta de negar en ser el líder del clan Kertia, pero no podía desobedecer las reglas...

Reglas que se han llevado a cabo por muchas generaciones.

—Al principio no fue fácil para mi... pero tuve que luchar para lograr que los demás me vieran como un buen líder

Ese día estaba inseguro en ser un buen líder...

¿En verdad era bueno en eso?

Sumido en sus pensamientos no escucho los pequeños pasos detrás de él.

Veía fijamente a un punto invisible, donde su mirada solo veía la "nada", si era algo raro de explicar.

Soltó un suspiró, dejando que el viento helado golpeara ligeramente su rostro.

Se sentía bien, era.... Relajante... El poder ver las hojas de los árboles sin tener que mantener la guardia arriba, esperando en algún momento algún ataque.

Aunque claro eso fue su error.

Se alejó un poco del barandal, tratando de darse vuelta para volver al interior de la casa, donde esperaba que Karias no lo bombardeada con sus estúpidas preguntas o su personalidad imperativa.

Pero dio un sobresalto casi alejándose de la persona que tenía a unos cuantos centímetros de él.

>>¿En que momento llego?<< se pregunto internamente tratando de recordar la aparición del ser que tenía a su lado.

—.....

—.....

Se mantuvieron en silencio, no es como si supieran qué decir, era muy pocas las veces que lograron mantener una conversación sin que este sea sobre los nobles traidores.

Incluso si así fuera, la conversación siempre era dirigida al siervo del señor Raizel.

Tanto él como él, eran de pocas palabras, como si compitieran por ver quien de los dos era el más callado.

Aunque claro, habría un posible empate, pero eso no implicaba que el contrario saliera victorioso.

—Preocupación.... —O dios santo, incluso si el contrario fuera más callado que él, no evitaba tomar desprevenido a los demás cada vez que una palabra saliera por sus labios.

—¿Disculpe? —Pero no por eso iba quedarse callado, era una falta de respeto para un superior que sea ignorado descaradamente por alguien de rango bajo como él, aunque el contrario le haya dicho lo contrario.

—Estas preocupado. —No fue una pregunta, ni siquiera una duda, era una afirmación, como si supiera que es lo que lo atormentaba.

—...No, yo no.. Estoy preocupado. —Mentira no era, tal vez una equivocación por parte del Noblesse.

Pero él Noblesse nunca se equivocaba con sus suposiciones.

—..... —Dejo que lo mirada, como si buscará alguna mentira, pero solo duro unos segundos antes de voltear a ver a la luz de la luna.