En un invierno de un infierno nuclear

Soñando un recuerdo

Un día como pocos, el sol saluda por la mañana desplegando su calor desde temprano, el suave viento me acaricia como invitando disfrutar de su brisa, sólo miro al cielo y espero..., la siento, se que esta ahí, que se esconde de mi, que como siempre, me acecha, intenta sorprenderme, para regalarme el más suave de los abrazos,, el susurro de un - TE QUIERO y el corazón en el más dulce de sus besos, como si no supiera que puedo escuchar su respiración, oler su delicado perfume y sentir la agitación en su pecho, como cuando la conocí que supe al instante que iba a ser el amor de mi vida, mi otra mitad, como ignorarla sin ignorarme, eso sería simplemente imposible; miro al cielo en forma distraída para darle el tiempo que necesita, me deleito buscando formas a las pocas nubes que se atrevieron hoy a salir, siento sus manos por detrás y hacia mi pecho, se acerca un húmedo beso que acompaña el susurro de un te amo de chicles de menta, giro muy despacio para quedar embelesado ante esa belleza, para hundirme en esos ojos verdes como el mar y sin embargo me sorprendo con un par de ojos vidriosos vacíos, ese pelo que antaño fuera negro y fuego, ahora esta casi blanco y quebradizo, la abrazo y su cuerpo se desploma ante mi haciéndose cada vez más viejo, más pequeño y con menos vida en una voz que me da escalofríos solo puedo oír - AYUDAME, AYUDAME Y MATAME mis manos ya no pueden sostenerla se ha convertido en polvo cayendo al piso como un montón de huesos que no pertenecen a nadie, sólo escucho una voz casi imperceptible que dice: -VEN...y al mismo tiempo una explosión, la más grande que pueda haber oído alguna vez un ser humano y a la vez la última para la humanidad, acompañado a la lejanía por un hongo que se alza imponente y amenazador puedo ver la onda expansiva de la radiación que viene hacia mi, el que sobreviva será sólo por un tiempo y cuando me alcanza, todo es luz....