Capítulo 9

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- ¿Quieres decir que él no recordará ni siquiera haberte conocido? - preguntó sorprendido el guardián Namjoon.

- Exactamente- respondió Jungkook y comenzó a alejarse.

- ¡Espera! Te conozco, tú eres Jungkook, tercer príncipe del infierno ¿O no? -

- Así es - respondió secamente el demonio.

- ¿Cómo pudiste posar tus ojos en un ángel? ¿Acaso te divertiste robando el corazón de un ser tan puro? - le dijo el guardián muy indignado.

- ¿Dices que yo lo robé? ...No, esa criatura que cargas allí, es quien se lleva en sus manos y para siempre mi corazón. - dijo señalando a Jimin.

El ángel quedó en silencio por un momento.

- Me resulta difícil creer en tu benevolencia -

- Estás en lo cierto, si por mí fuese, hubiera arrasado con la mitad de ustedes sólo para que nos dejasen en paz, pero sé que él no querría que nadie saliera herido por nuestra causa. - dijo molesto Jungkook.

- Eres muy arrogante al afirmar algo así - dijo Namjoon

- Claro que sí, soy un demonio. -

- ¿Por qué haces esto? - preguntó el guardián.

- Porque lo amo, algún día cambiaré las reglas del juego y será mío para siempre, pero hasta entonces esto es lo mejor que tengo para él, todo es por su bien - dijo por último Jungkook y desapareció en la oscuridad.

Namjoon, miró al ángel que aún permanecía inconsciente en sus brazos y murmuró para sí " Quién diría que un ángel tan joven e inocente sería capaz de domar a una de las peores bestias del infierno" Y entonces regresó al paraíso.

Tal como aquel demonio prometió, Jimin no recordaba nada de lo sucedido, ni de sus viajes al mundo humano. Sus superiores decidieron que lo mejor era no mencionar nada y todo quedó como si todo aquello nunca hubiese sucedido. Sin embargo el tiempo transcurrió y la curiosidad de Jimin por el mundo humano y su música regresó, haciéndolo volver a la tierra.

Esta vez seguido a escondidas por un guardián, pero al constatar que no había rastros del demonio, comenzaron a dejarlo ir en soledad, pero una extraña sensación abrazaba el cuerpo de Jimin, sentía que había olvidado algo muy importante, sin embargo por más que intentaba, no podía recordarlo. Al igual que antes de que todo comenzara, cuando bailaba solo en medio de los enormes árboles, un pequeño y hermoso pájaro color violeta rondaba el lugar, llegando incluso a posarse en sus manos, ni Jimin, ni aquel guardián, podían imaginar que aquella ave era Jungkook, cumpliendo su promesa

Cada noche esperó su regreso, pero esta vez para amarlo a distancia, desde el silencio, verlo sonreír era suficiente para él, por ahora, porque lo amaba tal cual era, con sus hermosas alas, no quería que las perdiese por estar a su lado, no necesitaba que él hiciese un sacrificio por amor, no era justo que sufriera de esa forma. Jungkook era un demonio, pero cuando amaba, lo hacía de verdad, sin egoísmo. 

Aquel ángel se había llevado su corazón, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por su bien, y en ese momento sintió que aquello era lo mejor, hasta que llegara el día que pudiesen estar juntos, ya que a veces amar de verdad significa dejar en libertad, y la libertad en algunas ocasiones implica, tener que olvidar. 

FIN.

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