0.1 Maldito

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- Estúpida conferencia de superhéroes. – Clark susurró enojado, incapaz de quitar la mirada sobre el trasero de américa.

Gruñón e impaciente, permaneció absorto durante toda la reunión, distraído de las noticias que su esposo Steve Grant Rogers y otros líderes, compartían acerca de la nueva catástrofe que sacudía a la humanidad. Revolución demoníaca, filas completas de demonios y esbirros repartiendo discordia en las calles. Cantos funestos y poderosos vientos oscuros que destruían edificios. Todo lo que salía de la boca del Capitán América resultaba ser grave y el resto de los vengadores aliados con la Liga de la Justicia, oía con mucha atención las estrategias que hasta el momento se habían implementado, junto con las próximas misiones a seguir para contener la amenaza de los seres de infratierra.

Pero Clark yacía inerte, alelado, y cada cierto rato suspiraba comunicando aburrimiento. Tenía el corazón palpitando a mil revoluciones por minuto, sudoración en el rostro y su mente lo atormentaba con fantasías obscenas sobre un montón de formas en que podría cogerse a su esposo en la mesa de reuniones. Sobre el vidrio, en una de las sillas, contra la tecnológica pantalla táctil, desnudos, con la camisa abierta, la corbata como un único accesorio, en el suelo. Todas esas imágenes se disparaban continuamente y alteraban su raciocinio, imposibilitando así que Clark pudiera tomar en cuenta a sus compañeros.

No, él solo quería follarse al Capitán América hasta que no pudiera caminar recto.

- La última vez que peleamos contra los demonios, no teníamos idea de lo que eran capaces. – Thor señaló las imágenes de la pantalla. – O quizá no sabíamos mucho. Puede que su herramienta más terrorífica sea su magia. Pueden hacer de todo, embrujarte, hacer que te orines, darte un apetito insaciable, o cualquier otra maldición que es más de lo mismo. –

- Uf, parece que a Quill le llegó esa maldición. Come como un cerdo y está gordo como piñata. – Rocket se burló.

- Oye, no seas así peluche. – Tony interfirió para conciliar la situación. – Más respeto con los cerdos y las piñatas. -.

Clark exhaló en señal de hastío y se llevó un gran sorbo de agua. Ardía en lascivia y la imponente erección que se manifestaba en su entrepierna solo le estaba causando más problemas.

- Sea como sea, estaremos preparados para la siguiente pelea. – Steve habló con firmeza. – No sé mucho sobre magia, ni tecnología, ni nada de eso. Pero sé pelear y estoy dispuesto a hacer cualquier cosa para enviar a todos sujetos a donde pertenecen. Y para eso voy a necesitar la cooperación de todos. -.

¡Maldición, Steve! Clark se quejó, cruzando una pierna sobre la otra para esconder su polla de la inminente humillación pública, aplastándose el cerebro. Sí, estaba excitado, demasiado, pero si alguien llegase a mirarlo como estaba en ese minuto se burlarían de él. Probablemente Tony chismearía acerca de un fetiche con discursos motivacionales y quizá qué otra cosa diría de él. Clark imaginó que los demonios que lo maldijeron debían estar cagados de la risa con su situación, viéndolo todo desde su bolita de cristal o en algún aparato tecnológico si es que los satánicos se habían adaptado a los objetos modernos.

¿Y qué pasaba con la ropa de Steve? Camisa blanca apretada, marcándose así sus músculos y sus brazos, pantalones negros con la atención fija en ese trasero perfecto, redondo y con mucha energía para rebotar. Su cabello bien peinado, el rostro que irradiaba inocencia, ojos azules como el océano, brillantes y los labios rosas, increíblemente suaves, cautivadores a la hora de hacer contacto con ellos. Clark sabía que un beso con su esposo solía ser la paz a muchas de sus inseguridades, pero ahora él quería mucho más que eso.

- El mar está de nuestro lado. – Arthur sonrío levantando su tridente. – A partir de mañana las cosas serán diferentes. –

- Tengan mucho cuidado. – Stephen Strange decidió hablar. – Hasta ahora no se han hecho declaraciones ni demandas, solo ha habido caos. Apostaría a que en cualquier momento vendrán por las gemas del infinito. Tenemos que estar preparados cuando eso suceda. –

Eros [SuperCap] [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora