Harry recibió al mayor con las piernas abiertas, con sus muslos ejercía fuerza en su cuerpo, no quería que se fuera, quería mantenerlo ahí. Su calor era placentero, tener sus labios en los suyos era una sensación que quería tener durante el resto de sus días.

— Me saliste coqueto, rulitos — dijo separándose para tomar aire y mirar fijamente los verdes del menor que tenía debajo de él, viendolo con las pupilas dilatadas y con ganas de más.

Fue bajando sus labios y dejando chupetes en el cuerpo del rizado, quien gemía y disfrutaba el contacto de los labios de Louis en cada centímetro de su piel. Cuando la lengua de Louis bailaba en los pezones del ojiverde, no pudo evitar soltar un gemido tan fuerte, que Louis tuvo que tapar su boca para callar el sonido de sus jadeos.

fue bajando y dejó un tierno beso en el glande del menor, abriendo sus piernas y dilatando su entrada. Empezó con un dedo, escupiendo el segundo para hacer tijeritas y terminar su trabajo. Se sentía caliente, húmeda y necesitada de ser penetrada tan fuertemente, que al siguiente día Harry no se pudiese sentar.

— Métela, ¡ya! — dijo Harry mirándolo a los ojos, quitando sus dedos de su interior y un tono demandante.

— Tus deseos son órdenes — Louis se quitó los pantalones y bajó sus boxers para sacar su gran polla, húmeda y erecta, lista para entrar al fondo del rizado y darle la noche de su vida.

Alineó su miembro con la entrada húmeda del ojiverde y la fue introduciendo lentamente, sacando largos gemidos del rizado, y besando detrás de sus orejas.

Harry cerró sus ojos, el placer era demasiado. No podía con tanto a la vez.

Louis jadeaba y su respiración aumentaba rápidamente, Harry escuchaba cada sonido que salía de los labios de Louis, sintiendo su placer además del suyo, sentía satisfacción escuchar como disfrutaba de su cuerpo.

— Estás muy caliente...

— Cállate y si- sigue — dijo Harry abriendo más sus piernas y enroscandolas en la cadera del mayor, quien la metía más y más profundo, sacando los gemidos más reales que Harry había sentido en toda su vida sexual.

— Me saliste controlador, eh...

— Vengo yo — Harry empujó a Louis, dejándolo estupefacto al momento de ver cómo el menor lo alejó.

Harry lo tomó del cuello, lo acostó en el sofá y se montó encima de su regazo, encajando perfectamente. Alineó el miembro del mayor con su entrada y se hundió en ella, levantando la cabeza para gemir con más fuerza aún.

Louis intento llevar su mano para callar su boca pero este la esquivó y tomó las dos manos para posicionarlas en su cintura mientras aumentaba el ritmo de las penetraciones.

Louis no entendía nada, solo sabía que le encantaba lo que el rizado encima de él estaba haciendo. Aún más, cuando y el rizado bajó su rostro para unirse en un beso húmedo y caliente, dónde el juego de lenguas se sentía aún más exitante.

Sus cuerpos sudaban, estaban calientes, rojos y llegando a sus orgasmos.

Harry en afán de buscar su orgasmo, se apoyó en el pecho de Louis, para aumentar su ritmo y entrar más profundo, mientras Louis, solo disfrutaba ver la vista de Harry encima de él, saltando en su regazo sin parar, sintiendo su pene caliente con el ritmo de las penetraciones. El choque del culo de Harry con la ingle del mayor lo volvía loco, hasta que llegó el punto en el que no pudo aguantar y con un gemido fuerte, llegó al orgasmo, llenando de semen el interior de Harry, mientras esté se masturbaba para acabar en el estómago del cantante, quien se enrojeció de pie a cabeza después de la eyaculación.

Harry sacó el miembro de su interior y cayó en el pecho de Louis, acomodándose en la cavidad del hombro y el cuello del cantante, quedándose ahí, respirando y calmando su pulso.

— El mejor sexo que he tenido — dijo Louis todavía jadeando. Harry rió — ¿Quién iba a creer que rulitos tomaría el control? — dijo Louis dándole una nalgada a Harry, haciéndolo chillar. — Pero esto no se quedará así — Louis se levantó abruptamente, poniendo a Harry debajo y abriendo sus piernas para dejar su entrada a la vista. Salía semen de ella, estaba roja y más que húmeda. Louis introdujo sus dedos, haciendo que las piernas de Harry temblaran del otro nivel de placer que estaba a punto de experimentar.

Louis volvió a meter su gran polla dentro de Harry, en busca de un segundo round. Está vez, mientras lo penetraba, Louis lo masturbaba, miraba como el menor se retorcía ante su tacto, eso lo disfrutaba con mucha lujuria.

No pasaron ni cinco minutos cuando Harry se vino en el estómago de Louis, pero el mayor seguía metiéndola para buscar su orgasmo de nuevo.

Pasaron los minutos y nada, su pene se hacía más rojo con el pasar de los segundos. Harry estaba casi recuperado de su orgasmo y veía a Louis más que débil buscando el suyo. Lo volvió a empujar para que esté saliera de su interior, dejando a Louis confundido (de nuevo).

— ¿Qué mier...?

— Déjate —dijo Harry acostandolo a él debajo.

Tomo el miembro entre sus manos, rojo como la sangre, húmedo por el semen y lo masturbó unos segundos para luego meterlo en su boca y hacerle el mejor sexo oral que el cantante pudo haber tenido. Bajaba y subía y movía su lengua en la glande del mayor, quien se retorcía y jadeaba pidiendo más.

Minutos después Louis tomó el cabello de Harry con sus manos y lo apretó, siendo él, el que metía su pene en la boca de Harry con rapidez, para acabar dentro de la boca del rizado, quien tenía su rostro rojo y las pupilas dilatadas con ojos cristalinos.

— Ven aquí y dame un beso maldito atrevido — Harry se levantó y fue a los labios de Louis, quien entre jadeos, lo beso apasionadamente hasta dejar sus labios más rojos de lo que estaban. — Dije que era mi turno rulitos, dije que era MI turno...

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