Steven Universe: Un Nuevo Comienzo

Peticiones

[Espacio Exterior, habitación de la nave, 3:13:47 am - Horario Terrestre]

(Una pesadilla)

Abrió lentamente los ojos acostumbrándose a la oscuridad de la habitación

Cuando por fin pudo enfocar vió a la linda Gema azulada entre sus brazos que se aferraba suavemente a su camisa con sus manos

Viéndola le dio un beso en la frente a su amiga durmiente, el área que besó soltó un suave y leve brillo que tiñó los alrededores de un cálido color rosado

La chica que dormía plácidamente gracias al brillo se revolcó tiernamente sobre la cama, aprovechó esto para librarse del agarre de su amiga y salir de la cama con cuidado de no despertarla

Al levantarse se giró a verla por unos instantes para luego ir a la sala de mandos donde Peridot estaba pilotando la nave

[Espacio Exterior, Mando de la nave, 3:16:31 am - Horario Terrestre]

Atravesó sigilosamente la puerta camino al panel del mando y esta se cerró detrás

No era ruidosa pero tampoco totalmente silenciosa, así que esperaba que el pequeño sonido la advirtiera de su llegada, pero para su sorpresa no fue así

Vió a la pequeña Gema trabajando con un viejo cuaderno y un lápiz, tan enfocada en lo que hacía que no pareció notar que la puerta se había abierto y cerrado posteriormente

— ¿Era así? O ¿Así? —

Escuchó a su amiga murmurando así que decidió acercarse a ver

(Mmm, parece que trata de dibujar los planos del motor que modifiqué)

Pensó mientras se asomaba al costado de la chica desde atrás

— Pareces muy ocupada —

Soltó en un susurro al oído

— ¡Ahhh! ¡S-Steven! —

Gritó exaltada y rápidamente tapó los planos con sus manos en un intento de que no los viese

— Shhhh Despertaras a Lapis —

Susurró tapándole la boca con su mano, pidiéndole que bajase el volumen

— ¡Con que copiando diseños de otros! ¿Eh? No esperaba eso de ti Peridot —

Cuando volvió el silencio a la sala, agregó sorprendido desde atrás chasqueando la lengua con un ligero tono de decepción

— Yo... —

Soltó su amiga por lo bajo

— Lo siento —

Agregó luego de unos pocos segundos y destapando los planos en los que había estado trabajando con un notable sonrojo de vergüenza en su cara

(Otra vez actuando igual, empiezo a pensar que lo hace a propósito)

Se planteó viendo a su amiga que, gracias a su ternura, por momentos le daba fuertes ganas de abrazarla como a un peluche

— ¿Te enseño? —

Preguntó alegre y con una bonita sonrisa que adornaba su rostro

Siendo que era pequeño y regordete verlo recordaba a los gatos de la suerte sonriendo

— Por favor... —

Luego de unos cuantos segundos callada con la mirada baja aceptó con unos ojos de perrito a modo de suplicas