Luffy, el D. sonriente

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Las cosas para Luffy no lucían para nada favorecedoras, se encontraba al centro de una sala, con brazos y piernas amarradas a una silla, con cientos de mujeres apuntándoles con armas y que dirigían esas armas a cualquier movimiento que Luffy hiciese.

Éste al ver que no le despegaban el ojo, comenzó a juguetear moviéndose de un lado a otro para que le siguieran, sonrió soltando una risa mientras se balanceaba de un lado a otro.

-¡Mocoso!

Una mujer interrumpió el jugueteo del chico, una anciana mal encara de cabellos blancos y boca larga que llevaba un bastón consigo.

-Si no accedes a nuestras demandas, no saldrás vivo de este cuarto, así que responde, aceptaras el trato o morirás aquí.

Luffy levantó la mirada haciendo una mueca.

-Humm... realmente no quiero morir ahora, tengo muchas cosas que hacer... Repitamos de nuevo ¿Qué quería que hiciera a cambio de dejarme ir?

-¡Mocoso estúpido!, se trata de tu propia vida, presta atención.

Bufo la mujer perdiendo la postura.

-La joven ama, te ha elegido como futuro esposo, así que deberás acceder a casarte o morirás

-¡Ah!, ¡Es cierto, el matrimonio arreglado!

Recordó con una sonrisa.

-Eso que me dijo de ser el próximo líder de la familia y no sé qué más.

-¡Exactamente!

-No quiero.

Ante la respuesta contundente del muchacho la concurrencia cayó al suelo desconcertada.

-¿Cómo puedes negarte a eso? Es una oferta por la que muchos matarían, no solo por el poder y dinero que eso les concede, sino también porque la heredera, ¡Es una mujer hermosa!

-Como se atreve a despreciaron a la señorita Hancock.

-Desgraciado.

Maldecía las mujeres que le apuntaban con recelo.

-Pero yo ni siquiera conozco a esa mujer.

-Nuestra señorita ha despreciado a un joven millonario, uno de los siete señores del bajo mundo muy importante porque desea casarse contigo así que no puedes negarte.

-No me importa, ¡Yo no quiero casarme!

Las mujeres alzaron de nuevo sus armas, dispuestas a ejecutar al chico.

-¡¡¡No se atrevan a tocar a Luffy!!!

Una voz desconcentro a todas.

-¡Joven ama!

Expresaron las mujeres al unísono al ver entrar a una hermosa mujer de largas piernas, cabello negro lacio y ojos azules, quien se acercó a escena resonando sus tacones en el piso de madera acomodando su cabello con presunción, se paró frente a Luffy con una mano en la cintura y echo la espalda hacia atrás señalando con desprecio a la anciana.

-¡¿Cómo se atreve a poner a mi amado en esta situación?!

-¡Conoce las reglas de nuestra familia!, El muchacho no saldrá de aquí hasta que no acepte casarse contigo.

-Mi sueño más grande seria casarme con Luffy...

Expreso la mujer con las mejillas rojas y las manos en ellas, con sus ojos cerrados con ensoñación y una sonrisa que denotaba su vergüenza.

El amor no se hizo  para "La voluntad de D" ( Ace, Law, Luffy Y Sabo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora