UNO

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Era una mañana tranquila, el sol ya se asomaba por la ventana de la habitación, un olor a comida invadía la estancia... Ya era hora de levantarse.

Keisuke se incorporó en su futón, estiró los brazos para desperezarse y seguido de esto se levantó. Deslizó su puerta a un lado ya que esta era deslizadera, se dirigió a la cocina, donde se encontraba su madre haciendo el desayuno.

—Buenos días cielo.- sonrió la mamá de Keisuke.

—Buenos días.- dijo con un gran bostezo

—Aquí tienes el desayuno cariño.- posó un último plato sobre la mesa, en la cual se podía ver varios platillos con comida distinta.

—Gracias mamá.- dijo para después comenzar a devorar la comida que tenia frente a el.

—¿Qué tal las clases?.- preguntó la madre mientras acompañaba en la comida a su hijo.

—Bien mamá, no te preocupes.-evitaba la mirada de su madre, no quería decepcionarla otra vez.

—Esta bien, confió en ti hijo, no quisiera que repitieras otra vez de curso.- dijo posando una mano en la mejilla de su hijo.

Los dos cruzaron miradas, no era una mirada de reproche, ni tampoco desafiante, sino más bien una mirada dulce, porque aunque su hijo era un rebelde, en pocas ocasiones se enfadó con el, ya que eran los dos la única familia que tenían.

—Mamá, aprobaré, te lo prometo, estoy estudiando con Chifuyu.- dijo con seriedad.

—Hablando de Chifuyu, dile si quiere venir a cenar esta noche.- dijo mientras se llevaba comida a la boca.

—¿Y eso?.- 

—Es un chico muy amable, siempre esta sonriendo, me gusta mucho ese amigo tuyo.- dijo sonriente.

—Esta bien, se lo diré.- terminó de comer y dejo los platos vacíos para lavar.

Keisuke se fue nuevamente a su habitación para cambiarse el pijama por el uniforme del instituto. Cuando estuvo listo, miro el espejo de la entrada, hoy sentía que sería un buen día. Al abrir la puerta, se encontró con un chico rubio, de ojos celestes apunto de llamar al timbre de la casa.

—Buenos días Baji-san.- dijo mientras alzaba su mano saludando.

—Buenos días Chifuyu.- 

Los dos chicos vivían en el mismo edificio, solo que Chifuyu un piso más arriba. El camino al instituto consistía en Baji escuchar al menor hablar sobre algún manga nuevo que estuviera leyendo en ese momento.

A Baji le resultaba gracioso la emoción del chico por contar una historia que realmente le gustara, era tal la emoción con la que lo contaba que podía hacer que cualquiera se contagiara de aquel gran animo.

—Tienes que leerlo Baji-san, es increíble como el héroe derrotaba al villano.- miró fijamente al mayor intentando convencerle para que aceptara la petición, ya que si no había algún animal en  el transcurso de la historia no le solía interesar.

—Me basta con escucharte hablar de esa historia, si ya me la se que gracia tiene que me lo lea.- siguió caminando ignorando la mirada del rubio.

—P-pero Baji-san, la pelea final que tiene es genial.- insistía sin darse por vencido.

—Fuyu, pelea va a ser la que te voy a dar yo.- dijo mirando a los ojos al menor.

—Baji-san eres un cabezón.- dijo para molestar a su amigo.

—Aja.- ignoraba al rubio para ver su reacción.

—Y tu pelo es como un estropajo.- dijo esto mientras salía corriendo.

❝Cielo Azul❞ [BajiFuyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora