Prometo siempre amarte.

3 - Relatos del ayer.

Narra Severus.

Nunca me gustaron los hospitales, siempre que estoy aquí solo es porque algo malo o muy malo a pasado, y para muestra los recuerdos de lo que pasé los últimos cinco años entrando y saliendo con Bella inundan mi mente, al menos ahora ella descansa en paz; sin duda alguna fue una guerrera que me incitó a volver aquí, aún bajo mi propio juicio, ella me pidió buscarle de nuevo, "Empezar otra vez" me había dicho, pero la verdad era que ni siquiera había un nosotros cuando me fui, entonces que se supone que debía esperar, además, nuestro primer "encuentro" fue cuando él tenía cinco años y fue en los peores términos que existieron, rio al recordar cómo le había gritado por haberme tirado agua de la manguera que tenía en sus manos y sus mejillas se habían inflado y puesto coloradas al querer y no poder decirme nada, pues era "un desconocido al cual no podía dirigirle la palabra, pues no hablaba con extraños"

Al mermar mi risa, palpo mi bolsillo delantero y sacó la cajetilla de cigarros, encendía mi tercer cigarro del día mientras una duda surge en mí, ¿Qué nosotros existía realmente entre Harry y yo? hui de él hace más de once años y lo último que supe de él fue por Remus hace diez años, 

Han pasado más de 7 días y aún no he podido hablar con él porque entro en celo...

"Nuestro omega tuvo un celo fértil" 

Gruñó con disgusto cuando vuelvo a escuchar a mi instinto hablar, pero no por eso mi corazón deja de palpitar de alegría al saber que Harry reaccionó así después de vernos y aún cuando no había documentos algunos que avalara esa suposición, yo... Yo siempre lo supe, sabía que Harry era un omega, aún cuando Lily decía lo contrario, yo lo podía sentir, cada parte de mi ser e instinto me lo decía.

"Nuestro omega"

 Ahora henos aquí, afuera de un hospital, esperando verlo otra vez, poder tocarlo, abrazarlo, volver a oler su aroma a café...

—Usted debe ser Severus Snape, ¿Verdad? -una mujer se acercó a mi con tanto sigilo que ni siquiera pude notar su presencia hasta que habló, eso, o estaba demasiado adentrado en mis pensamientos. 

—¿Y usted es? -pregunte a la mujer, su cabello entre gris y castaño, iba amarrado a una coleta baja, en donde había un elegante broche de cabello plateado, sus facciones denotaban tranquilidad y aunque jamás había visto a esta mujer, sus bondadosos ojos y su cálida sonrisa me hicieron no estar tan a la defensiva con ella, hasta que el aroma de café de Harry, se sintió vagamente sobre ella. 

—Mi nombre es Poppy Pomfrey. -dijo sacando de su cartera una tarjeta de presentación, me la entrega y me sorprendo al leer "psiquiatra" en ella-. Quisiera hablar con usted sobre mi paciente, Harry Evans.

—¿Evans? -cuestiono rápidamente, ¿Por qué Harry no ocuparía el apellido del bastardo de James? ¿Qué tenía que ver Harry con ella?

—Eso he dicho; por favor, si me acompaña a un lugar más privado con gusto podremos hablar mejor. Hay un café a quince minutos a pie de aquí...

—Lo siento. -la interrumpí-. pero estoy esperando a Ro...

—Ronal sabe que irá conmigo. -me contesta ella deteniendo mis palabras, la mire y no parecía que estaba mintiendo-. Hemos llegado a un acuerdo entre Ronal, el señor Granger y mi persona, este implica que primero debemos hablar antes de que vea a Harry.

—¿Quién es el señor Granger y que tiene que ver con Harry? Además ¿Quién les da el derecho de decidir por él? -dije de manera intimidante soltando un poco de mis feromonas de alfa para marcar mi dominio en esa conversación, no permitiría que nadie me vuelva a alejar de Harry a menos que él me lo pida textualmente; la mujer no se intimidó en absoluto, al contrario, su sonrisa se borró y una mirada completamente fría se posó sobre mi.