♡(*'∀`*)人(*'∀`*)♡

113 7 2
                                    



Duele ser abandonado.

Duele amar tanto a una persona.

Duele...


– Cariño, lo siento tengo que retirarme. ¿Podrías cuidar a los niños por mí? –Dijo Saori mientras se levantaba del sillón cerca de la ventana.

– Pero creí que pasaríamos el tiempo con los niños–Decía Yamato mientras depositaba a Hiroki en la cuna.

– Lo sé, lo sé pero ya estoy cansada de estar cuidándolos. Así que te los encargo, nos vemos – Dijo esto mientras le daba un beso en la mejilla.

Siempre fue así, ella desaparecía por días y dejaba a los niños con Yamato, esto nunca cambio. Así que Miyu y Hiroki crecieron como si nunca hubieron tenido una madre.

Saori no  apareció por meses, pero esto no le preocupo a Yamato ya no la amaba y sus hijos ni se diga. La vida de soltero le parecía muy agradable, no solo porque tenía más tiempo para él, sino porque ya no tiene que sentir el dolor y la preocupación que sentía antes.

——

Era un día lluvioso y no solo eso era el PEOR día lluvioso que pudo a ver presenciado fuera de su casa. Yamato estaba debajo de un gran árbol empapado y con los zapatos llenos de lodo y todo eso por creer que todo el día seria soleado.

Yamato esperaba bajo ese árbol molesto y veía al cielo con odio mientras maldecía en su mente pero un ruido a su derecha  hizo que dejara su enfadamiento de un lado y volteara a ver.

–Waaaa no puedo creerlo creí que sería un lindo día hoy... -Decía la chica mientras hacia un puchero y se acomodaba su zapato. Que se le hizo algo tierno a Yamato. 

–Al parecer no fui el único que pensó eso – Le decía a la chica mientras reía con calidez 

–Oh! , perdona no te había visto – dijo esto mientras sonreí – ¿A ti también te agrada caminar por este sitio?

–Sí, diría que es mi lugar favorito –sonríe – Disculpa ¿me dirías tu nombre? - Yamato no pudo resistirse más, ya quería saber todo sobre ella lo cual le pareció raro pero él es el tipo de persona que sigue sus instintos.

–Mi nombre es Akari –sonríe-

–Vaya es un lindo nombre -sonríe- El mío es Yamato, es un placer conocerla – dicho esto le deposito un beso en su mano.

–Vaya – sonríe- si me permite decirlo es demasiado directo –Dijo esto mientras se le escapaba alguna risillas tiernas.

–Y si me permite decirlo Akari-san es una persona muy hermosa- dijo esto mientras se acercaba y sostenía con fuerza sus delicadas manos.

—-

Eso fue hace un año ahora Akari vive con Yamato y sus hijos quienes aceptaron a Akari como nuevo miembro de la familia. Ahora ya parecían una familia de verdad y todo era felicidad y armonía.

Pero claro el siempre el mal esta acechando...                                                                                                                                        

Un día de diciembre regresa Saori, sin entrar a la casa ya sabía que alguien le había tomado su puesto y eso no le cayó para nada bien. Saori sabía que Yamato siempre bebía un té de cualquier tipo antes de dormir. Así que entro al lugar con facilidad y al ver el té agrego un afrodisíaco de un rápido efecto. Saori salió y espero a que el llegara.

Yamato entro a la cocina y tomo el té que hoy era de manzanilla noto que olía algo diferente pero aun así lo bebió, después de unos segundos sintió un deseo sexual insaciable que se le hizo completamente extraño ya que el siendo un íncubo nunca había experimentado algo como eso.

Mira que tenemos  aquí, al infiel de mi esposo - Dijo esto mientras reía burlonamente

– ¡¿Porque demonios me diste un afrodisíaco Saori?!- jadeo y la miro con odio.

 –Nada, simplemente me estoy divirtiendo con algo que era mío-risa burlona- Dijo esto mientras se acercaba a Yamato que ya estaba entendido en el suelo.

– ¡No te me acerques zorra!-Decía esto mientras se intentaba levantar del suelo.

– ¡Vaya! Me han llamado por muchos nombres pero nunca alguien se había a atrevido a decirme tal cosa, créete afortunado querido.

Saori llevo a Yamato a una habitación de huéspedes de la mansión, Yamato no tenía fuerzas y todo contacto le hacía gemir. Saori lo deposito en la cama junto a un gran ventanal el cual rápidamente cerró, se acomodó encima de Yamato el cual ya estaba perdido, Saori al verlo sonríe burlonamente y se acercó a su cuello y dijo –Es una lástima haberte perdido ¿sabes? Algo que me gusta de ti es tu cuerpo y lo sexy que se pone cuando está en su punto de excitación.

–Cállate... maldita-Al decir esto Yamato no recordó nada de lo que había sucedido. –Mierda ¿Que hare ahora?- Dijo mientras se apretaba la cabeza con las manos bruscamente

–Contarme lo que sucedió por supuesto-Dijo Akari que estaba sentada en el sillón cerca de la cama.

– ¡Akari! Lo siento por favor no me odies, ella...-Dijo desesperado.

– No te odio, tranquilízate y cuéntame lo que paso-Sonreí pero sus ojos tenían cierta desesperación y tristeza.

– Ella puso en el té que hiciste un afrodisíaco, te juro que intente recuperarme  pero realmente fue muy fuerte y no pude hacer nada y...-

– ¿Estás seguro de lo que me estás diciendo?-Dijo seria, mientras lo miraba fijamente a los ojos.

– Por supuesto que sí- Dijo desesperado

 Dicho esto, Akari se levantó y fue hacia la cama, se sentó cerca de donde él estaba y le sonrió, como si su alma volviera a su cuerpo. – Se lo que paso, porque ella me lo contó claro que su versión fue muy distinta a lo que me contaste ahora-dijo seriamente-ríe-muy distinta contaste ahora a o conto obviamente muy diferente a lo que me contaste ahora , pero confio en ti y se que no se, pero confio en ti y sé que no serias capaz de dejar atrás lo que tenemos ahora, pero quería escucharlo de ti. Perdón por asustarte-dijo esto mientras lo tomaba de la mano.

—-

Eso fue hace ya algunos meses y por supuesto quedo en el pasado. Ahora Akari, espera a un hermoso bebé.

– ¿Tal vez deberíamos darle algunos de nuestros dones no crees?-Dijo Akari, mientras veía el gran paisaje debajo de su gran árbol favorito.

– Si, no me parece mala idea. ¿Pero cuáles le daremos?-Dijo mientras agarraba unas cuantas flores cerca del árbol.

– ¡Tal vez deberíamos darle todos!-Yamato no pudo creer lo que decía pero, al ver su gran sonrisa mientras veía su barriga, no le quedo más opción que decir que sí.

– A veces tu lado infantil me impresiona-ríe-

– ¡No es por ser infantil!-Dijo mientras hacia sus típicos pucheros que a Yamato le encantaban.- Es solo que quiero que mi hijo este protegido y que vea de una manera diferente este mundo con los dones que le demos.-Sonrió tiernamente y se acarició la barriga.

–  Tu realmente...- Dijo Yamato algo sonrojado mientras se acercaba a Akari. Se arrodilló en frente de ella y apoyo su cabeza en su barriga. – ¡Oye, Yamato! ¡Tenemos que entregárselos ahora!-dijo esto mientras le daba unos golpecitos en su cabeza.

– ¿Ahora? ¿Porque? Aún hay tiempo.

– ¡Ahora! Quiero que sea en este lugar, en nuestro lugar favorito- dijo mientras sonreía cálidamente.

– -Ríe – Esta bien, está bien.


♡ Duele ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora