♡ Duele ♡

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Duele no a ver podido ayudarte.

Duele no haber podido detenerte.

Duele...

Pasaron algunos meses desde que Akari se fue.

Akari volvió a la mansión y todos estaban alegres por ello, pero Yamato noto algo extraño en ella, noto que había perdido esa chispa que la hacía distinguirse de los demás.

- Akari, ¿quieres que te traiga algo de comer? - Dijo Yamato mientras se acercaba a ella.

- No, gracias estoy bien. - Dijo mientras soltaba una sonrisa forzada.

Akari había cambiado completamente, su cara no mostraba nada, solo mostraba preocupación lo cual se le hacía raro a Yamato.

Sabía que Akari no se quedaba sin hacer nada cuando se trataban de problemas, era obvio que algo malo había descubierto algo tan malo que no podía hacer nada.

Ya habían pasado algunas semanas y seguía viendo esa expresión en Akari, Yamato no lo soportaba más la quería a su Akari de nuevo, a su alegre y amorosa Akari.

- Akari ¿qué es lo que paso en el viaje? - Dijo Yamato mientras se acercaba a ella. Estoy preocupado por favor dime.

- No pasó nada, estoy bien - Titubeó y le mostro una sonrisa forzada.

- ¡Odio que hagas eso! ¿Akari que paso? Esto es realmente raro tú no eres así, te extraño Akari por favor dime.

- No importa, yo resolveré esto sola. - Dijo sin perder la calma.

- ¿A qué te refieres? ¿Qué vas a resolver? No dejare que lo resuelvas sola, mira como estas debe de ser algo muy peligroso, sea lo que sea que pase yo quiero ayudarte y estar a tu lado, resolver todo contigo ¿porque no me dejas ayudarte? - Dijo con desesperación mientras sus ojos empezaban a cristalizarse.

- Por qué si te cuento lo que pasa tú también estarás en peligro y yo no quiero eso. - Dijo mientras unas cuantas lágrimas salían. Solo regrese para verlos por última vez...

- ¿Qué? ¿Akari porque estas en peligro?

Yamato no podía más, su voz se estaba quebrando, veía borroso y quería ayudar pero no sabía que hacer, lo cual lo alteraba aún más.

Al intentar a acercarse a ella perdió el equilibrio y cayó al suelo, al levantar la vista la vio parada en frente de él.

- Lo siento pero me tengo que ir, antes de que vengan por mí. - Dijo mientras se agachaba para acariciar el cabello de Yamato. Te amo Yamato, cuida bien de nuestros hijos... - Al decir esto le dio un beso, pero no cualquier tipo de beso fue de esos besos que solo se dan cuando las personas ya no se volverán a ver...