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Cuando se dio a conocer la relación del príncipe heredero con una plebeya una parte del país apoyo la relación pues para ellos era como un mágico cuento de hadas, la cenicienta versión japonesa, Sakura se volvió muy popular tanto que la mayoría de adolecentes la comenzó a tomar como ejemplo, todas querían ser como ella aunque no todo era bueno pues el resto que del país repudio la acción entre toda esa gente opositora estaba incluida la emperatriz Mikoto de Uchiha. La madre de Sasuke.

No era un secreto que ella odiaba a Sakura e incluso Mikoto se encargaba de dejarlo claro.

Mikoto no podía aceptar que su amado hijo se hubiera enamorado de una plebeya.

-Por que no tomas tus cosas y te largas del plació, tu presencia me repugna.-dijo Mikoto entrando a los aposentos de Sakura quien a pedido de Sasuke se mudó al palacio imperial para que ahí pudiera prepararse para su futuro cargo como emperatriz.

-Me disculpo por eso su alteza pero no puedo abandonar a Sasuke solo por que usted no aprueba nuestra relación.-Sakura trataba de mantenerse firme ante la emperatriz pese a morir de miedo en su interior.

Desde un principio supo que seria difícil pero no podía simplemente renunciar ahora que se había enamorado de Sasuke.

La emperatriz Mikoto la miro con odio y es que el hecho de mirar a Sakura frente a ella le causaba un gran dolor de cabeza.

No la toleraba en lo mas minimo, lo único que quería de ella era que esta se alejase lo más posible de su hijo.

-Eres una sucia y desagradable mujer, maldita la hora en la que mi hijo puso su interés en ti.-Mikoto se acercó a Sakura para posteriormente tomarla de su largo cabello rosa pálido y comenzar así a tirar de este.

La emperatriz tiro del cabello de Sakura por toda la habitación de esta.

Sakura tuvo que soportar los golpes de Mikoto pues ella era la emperatriz suprema la cual recientemente había renunciado a su título como deidad por respeto a su pueblo después de la segunda guerra mundial y es que debido a esta creencia de que los emperadores y emperatrices eran lo una especie de divinidad terrenal muchas personas dieron su vida por ellos.

Fugaku Uchiha y Mikoto renunciaron a ello después de que la guerra termino.

Sakura tenía claro que no podía defenderse de los ataques de Mikoto pues eso sería una grave falta que seguramente la muerte seria su castigo.

Por suerte aquel dia Sasuke escucho los gritos llenos de rabia de Mikoto y al entrar a los aposentos de Sakura y ver como su madre pateaba sin piedad alguna el delgado y frágil cuerpo de su amada él no dudo en intervenir.

-Debes recapacitar Sasuke, esta mujer no es de tu nivel, tú prima...Hinata ella es la indicada para ti.-

Sakura se puso de pie con ayuda de Sasuke quien ignoro el grotesco comentario de su madre, Sakura limpio su rostro con su pequeño pañuelo de seda.

Las lágrimas habían ocasionado que su maquillaje de pestañas se corriera.

-Dejame a solas con Sakura madre.-pidió Sasuke sin mirar a Mikoto.

-Si tu insistes en continuar con esta locura no me dejaras mas remedio que exponer tu caso frente al consejo, Sasuke yo le pediré a tu padre que te una en matrimonio con Hinata, no permitiré que deshonres el linaje de los Uchiha casándote con esta asqueroa plabeya .-dicho esto Mikoto salió de los aposentos de Sakura.

-Sabes que ella tiene razón, yo no debería estar aquí...la gente en el palacio me odia, todo el mundo me mira con desagrado, yo no soy digna de estar aquí no soy digna de convertirme en tu consorte.- ella rompió en llanto, Sasuke tomo a Sakura con fuerza por los hombros para después obligarla a mirarlo.

-No vuelvas a pensar en abandonarme Sakura es que acaso no entiendes que yo no puedo vivir sin ti, solo espera un poco mas Sakura.

Sakura asintió y se dejo abrazar por Sasuke.

Por qué solo él lograba dar calor a su corazón, y aunque poco era el tiempo que podían pasar juntos debido a las largas horas de estudio por las que tenía que pasar Sasuke, este último se encargaba de llenar de mimos y halagos a su amada Sakura.

Con regalos costosos, y hermosos prendedores él la llenaba día a día, paseos largos por los jardines que dividían a los palacios, con las manos entrelazadas y el corazón latiendo de forma acelerada era como ella más disfrutaba pasar el tiempo.

Apenas y se habían besado en un par de ocasiones, pero estas bastaban para alterar el pensamiento de ambos, debían esperar hasta el día de la boda para calmar todos esos deseos que por naturaleza el ser humano tiene, era difícil para Sasuke pues estaba acostumbrado a sucumbir a su naturaleza, con cortesanas del rey, e incluso sus primas, pero ahora era diferente, por qué amaba a Sakura y quería esperar hasta el gran día, él quería estar limpio para ella, por que un ángel como lo era ella se merecía toda la pureza que fuera posible.

Sasuke oraba en voz alta todas las noches pidiendo que fuera eliminado de su cuerpo cualquier rastro de sus aventuras pasadas, no quería mancharla, se lamentaba haber sido débil en el pasado, se arrepentía de quien fue cada vez que la miraba a los ojos, Se juro así mismo compensar esos errores.

–El corazón me duele cada vez que estoy lejos de ti.– confesó una tarde Sasuke mientras ambos tomaban el té.

Sakura sonrío.

–Lo mismo me pasa, cuando estás lejos, en lo único que puedo pensar es en ti, quiera estar contigo todo el tiempo.

Sasuke acarició la suave mejilla de la chica, su piel era tan blanca y perfecta, el corazón le latía con fuerza, ella se acercó a él, solo un poco, lo suficiente para ser tocada por sus labios, Sasuke profundizó el beso, la sintió temblar después de que la tomó entre sus brazos, no quería separarse de ella, pero lo hizo.

Sakura estaba completamente enrojecida.

–Eres mi sol de verano en este invierno al que debo llamar hogar, nunca había sido tan feliz Sakura.

Y eso era verdad, Sasuke nunca había sido tan feliz y. Inca más lo sería como lo era en ese momento.

No que fue corto, pero fue hermoso.

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Puccalovelin

WinterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora