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Ꮺ ָ࣪ capítulo 11 𓂃

-¿Cómo está él? - Preguntó Jeno, la preocupación latente en su tono de voz al llegar frente a su madre dentro de la clínica.

La mayoría de la gente le conocía allí por las miles de veces que había ido y lo mucho que su madre hablaba de él, por lo que no le fue difícil entrar a categorización y de allí a los boxs de urgencias sin el permiso al decir que era hijo de la enfermera Lee.

-Jisung está bien, tiene gastroenteritis porque ayer comió demasiadas cosas y su estomaguito no lo aguantó. - Murmuró su mamá, luciendo agotada, Jeno haciendo una mueca porque la gastroenteritis era fea, y su pequeño hermanito debía estar sufriendo mucho dolor en su pequeña pancita. -Ahora se durmió luego de un calmante porque no dejaba de llorar buscándote, y le dejé con suero en intravenosa para que no se deshidrate.

Abriendo la puerta del box, Jeno quiso llorar al ver a su pequeñito hermano hecho bolita en aquella camilla, dormido y con el brazo derecho estirado con una aguja conectada a suero. Estaba pálido y se notaba cansado con un puchero en sus labios, los ojitos hinchados por el llanto. El azabache quería sacar a Jisung de ese lugar y llevarlo a casa, arroparlo en su pequeña cama con sábanas de superhéroe y acostarse con él para que se sintiese mejor.

Pasando a la sala, se sentó en la silla al lado de la camilla, y pasó suavemente su gigante mano por los cabellos suaves de Jisung, intentando no despertarle. La naricita del niño se movió ante el tacto, arrugándose de una forma adorable que enterneció al alto.

-¿Puedes quedarte con él? Quiero ir a robar a la farmacia de la clínica los medicamentos antes de que despierte, no pienso pagar en otro lugar. - Jeno soltó una risita ante lo tacaña que era su madre, pero asintió sin alejar su vista de las mejillas de Jisung. Sintió un beso en su cabeza y una caricia en su oreja de parte de la mujer, las pisadas cortas dispuestas a salir del box y dejar a ambos hermanos solos en silencio, pero escuchó una pequeña exhalación. -Jaemin-ah, no pensé que vendrías.

Jeno alzó la mirada hacia la puerta corrediza, sonriendo en grande cuando Jaemin se topó con su madre y sus mejillas se tiñeron de rojo en vergüenza. Jaemin se veía precioso, el cabello peinado hacia abajo con algo de volumen como un honguito y traía lentillas azules que resaltaban su tez lisa y blanca, con una chaqueta de mezclilla y una gruesa sudadera negra debajo.

Cuando el azabache le vio a primera hora de la mañana al pasarle a buscar a su departamento, se le fue imposible no meterse a éste para robarle un par de besos acalorados mientras Jisung dormitaba en el auto. Luego Na le regañó por inconsciente de que a Jisung pudo haberle pasado algo, pero Jeno estaba feliz con los labios hinchados de tanto haberle besado.

-Uh- yo estaba preocupado por Jisunggie, señora Lee, así que vine con Jeno-ah, espero no le moleste. - Murmuró el pelirrosado, bajando la mirada.

Una baja carcajada se escuchó de parte de la mujer, antes de hacerse a un costado de la puerta del box para darle espacio para que pasase, el pelirrosado haciéndolo con los labios apretados antes de situarse al lado de Jeno, quien lo miraba enamorado.

-¿Cómo me va a molestar que vengas, Jaemin? - Preguntó con obviedad, dándose vuelta y saliendo del box para mirarlos. -Adoro que te preocupes y ames tanto a mis dos hijos, así que no debes ponerte tímido conmigo. - Y luego de eso, la señora Lee se marchó, cerrando la puerta corrediza del box y dejando a la pareja parada al lado de la camilla del dormido bebé.

Jaemin estaba más avergonzado que antes por lo último que dijo la mujer, por lo que no fue capaz de elevar su mirada hacia su casi novio azabache y se fijó en los deditos de la mano libre de Jisung apretarse en un puñito. Pero Jeno no le permitió derretirse de amor con esa vista al tomar su mentón y elevar su rostro para finalmente conectar sus orbes con los contrarios. Esos bonitos ojos rasgados de Jeno que le gustaba mirar cuando se reía porque se achinaban como alcancía y era adorable, aparte de esa sonrisa brillante y reluciente, y esa bonita nariz que Jaemin a veces besaba cuando le veía distraído.