Capitulo 2 - Esmeralda y Zafiro

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Los meses avanzaron con gran rapidez, en total habían pasado 9 meses y 2 semanas desde el despertar de la singularidad del peliverde. Durante ese lapso de tiempo entreno como si no hubiese un mañana, la playa de dagobah se encontraba completamente limpia, no quedaba ni un solo rastro de chatarra, los músculos ya se encontraban bien remarcados en el cuerpo del peliverde aunque también había cambiado su personalidad, se le notaba más seguro de si mismo en todo momento y también había vendido toda su colección de figuras del Héroe número uno, realmente estaba dolido por lo ocurrido en la cima de aquel edificio, fue un trago muy amargo y difícil de digerir. Como si todos esos años admirando a All Migth y anhelando ser un gran heroe como el hubieran sido en vano, toda su admiración... Fue aplastada por completo.

En la escuela las cosas habían mejorado de manera notable, para fortuna del pecoso Bakugo ya no le dirigía la palabra en absoluto, probablemente el verse a si mismo tan vulnerable ante el villano de fango y encima ser salvado por aquel "Deku" al cual tantas veces le había recalcado la diferencia de poder y fuerza entre ambos había sido un gran golpe al inconmensurable orgullo del pelicenizo.

A Izuku realmente no le podría importar menos la condición del ojirubi. Con el mero hecho de poder tener una mínima de paz en la secundaria era toda una bendición para el pecoso.

En la escuela no tenía ningún problema en absoluto por más trabas que le presentarán algunos maestros los cuales en medio de su terquedad rechazaban rotundamente el hecho de que un quirklees fuera el mejor estudiante de la generación y de toda la escuela Izuku siempre salía airoso de alguna manera u otra manera.
Aunque desgraciadamente las ovaciones y reconocimientos se los llevaba Bakugo "solo por qué tenía una peculiaridad fuerte y era el más prometedor a héroe"
menuda estupidez...

¿Que tan podrido estaba todo el sistema que las peculiaridades repercutían de sobremanera en todo? incluso en ambientes donde lo menos importante eran las propias singularidades.

Durante toda su vida fue y a sido despreciado por su entorno, un entorno que le vociferaba a todo pulmón

[¡¡No puedes ser un héroe!!]

Realmente le dolía, una parte de su ser estaba acostumbrada a los malos tratos, burlas y críticas a sus sueños mientras que otra parte simplemente se negaba a desistir y desesperadamente trataba de encontrar una manera de superar la falta de singularidad. Pero afortunadamente todo eso ya era agua pasada, ahora tenía su objetivo más claro que nunca y finalmente tenia el medio para lograrlo.

Gracias a su incesante entrenamiento había logrado grandes resultados en cuanto al uso y control de su poder. Era alentador el hecho de que no se lastime todas sus extremidades cada vez que activara aquel don. Aunque ciertamente estaba seriamente limitado, no estaba ni cerca de poder usar todo el potencial de The One. El camino para usar del 100 porciento era muy largo todavía.

Aquellas voces las cuales eran un rotundo misterio para el pecoso se habían quedado calladas por completo ya no se manifestaban en sueños ni en susurros.

Por mas que desease el conocer el origen de aquellos seres y que conexión compartían con el y con The One se encontraba completamente imposibilitado.

[Aún no era el tiempo]

El peliverde se encontraba en completo sosiego apreciando la belleza del amanecer. Realmente esa simple actividad eran de las pocas cosas las cuales no importaba cuántas veces hiciera nunca se cansaría. Era relajante, le traía paz, podía apaciguar el resentimiento sellado en el interior del pecoso.
Era Un cálido abrazo a su mente y corazón.
Pues no importaba que tan mala fuera la vida. Al día siguiente volvería a salir el sol renovando la esperanza de un día mejor.

Izuku Midoriya: The WardenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora