Antes Muerta Que Tuya [Antes Muerta #2]

👑Capítulo 1👑

"De vuelta a casa"

Mis botas resuenan por el largo pasillo del aeropuerto mientras camino hacia la salida y arrastro mi maleta. Kestria me da la bienvenida y esta es la primera vez que siento que no es mi hogar al que regreso, sino a un sitio desconocido. Es increíble como pueden cambiar las cosas en un año. Un año y seis meses desde la boda de Kylliam y Eva, un año desde que me fui a Estados Unidos.

Las personas parecen reconocerme y me hacen una reverencia al pasar por mi lado, después de todo, sigo siendo la princesa de esta nación. Apresuro el paso cuando noto que algunos quieren acercarse y sonrío cuando llego a la salida y veo a un chico recargado a un auto negro. El inconfundible cuerpo de Devian se gira y me ve. Está muy cambiado, su cuerpo es más esbelto y no sé de dónde ha sacado tantos músculos.

—¿Qué te han dado de comer desde que me fui? —le pregunto cuando llego a su lado, una pequeña sonrisa quiere aparecer pero es Devian, las sonrisas no son lo suyo.

—Me alegra verte bien —es lo que me dice mientras abre la puerta del coche para que entre.

La familiaridad del auto me da una extraña sensación de tranquilidad y me sonrío a mi misma, un paso a la vez.

—¡Wao! Sigues siendo un cubo de hielo primo, algunas cosas nunca cambian.

—Tu hermano está ansioso por tu llegada —cierra mi puerta y luego entra al asiento del piloto—. Bueno, todos lo están. Por cierto, feliz cumpleaños.

Le doy mi sonrisa de boca cerrada porque mi cumpleaños no es algo que quiera celebrar. Se que Kylliam va a querer tirar el castillo por la ventana pero voy a dejar clara mi posición de que este solo sea un día como cualquier otro. Suficiente tengo conque el día de mi regreso sea justamente el de mi cumpleaños.

—¿Y que tal América? —me pregunta Devian mientras maneja y mantiene su mirada en la calle.

Siento un escalofrío recorrerme la columna vertebral e incluso creo que suspiro antes de responderle.

—No conocí mucho —Devian ahora me mira apenado—. Ya sabes, no podía.

—Lo siento.

Es lo último que dice y el auto se envuelve en un profundo silencio. Saco mi celular y le pasó unos mensajes a Angie para desearle suerte en su examen y avisarle de mi llegada a Kestria, espero que pueda venir en vacaciones, se ha convertido en una muy buena amiga y me gustaría tenerla cerca.

El trayecto al palacio es tranquilo, mi primo pone música en la radio del auto mientras me cuenta como han ido las cosas por aquí. Al parecer a la  parejita no le va tan mal como reyes y Eva abrió una academia de música para los niños de la ciudad.

—Está emocionada, todos los días se va para la academia, los niños la adoran —me comenta .

—Es imposible no adorar a Eva.