Capitulo 9.- ¿Bienvenidos a Rusia?

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No puedo seguir escribiendo fechas.
Ha pasado demasiado tiempo y como recuerdo había mencionado antes no hay luz eléctrica.
Los familiarizaré con lo que ha sucedido hasta el momento.
Cuando llegamos a aquella cabaña todo parecía tranquilo, incluso una "aventura", si, pues que tonto fui al creer eso y no darme cuenta que con este pensamiento no sobreviviré una noche más.
Entramos a la cabaña y por suerte solo había un muerto, decidimos cremarlo entre Robert y yo un poco lejos de la cabaña mientras Joe cuidaba a Fernanda (sabia que yo debía cuidarla y consolarla pero tengo que actuar), no sé que pensar a cerca de todo esto, comienzo a tener miedo, de nuevo. Regresamos a la cabaña y hay estaba Joe abrazando a Fernanda, no dude en preguntar "¿qué sucede?" A lo que Joe contesto "nada, todo bien hermano" ¿hermano? Me pregunté dentro de mí, mi hermano no mostraría cierto interés en está chica.
Rayos, que me sucede, en pleno Apocalipsis y yo, yo pensando en "amor" no puedo darme este lujo me pensé, soy joven, merezco vivir esa belleza del amor, pero no si eso pone en juego la vida de cuatro personas incluyendo la mía.
No somos un grupo muy grande les comenté, pero podemos llegar a Rusia sin problema, estando allá debemos encontrar alguna especie de campamento o refugio de supervivientes.
Partiremos al amanecer a primera hora comenté antes de comenzar a asegurar puertas y ventanas.
Había un sofá no muy grande y por supuesto me asegure de que Fernanda durmiera en el, la tape con una cobija que tenía y le saque un poco de leche que tenía con un pan (obviamente de los de el súper).
La abracé y ella sonrió y solo me dijo gracias, te quiero. Y se recostó, la deje dormir.
Y Robert, Joe y yo nos acostamos en el piso a como pudimos.
Pasamos la noche y despertamos como a eso de las 6:00 am.
Corrimos al auto y seguimos el viaje...
Créanme que fue un problema llegar a Rusia disculpen si no quiero contar esto aquí... Pero solo les diré que tardamos más de 10 días en llegar.
En el camino encontramos a una chica de nombre Sophia como de nuestra edad, ella portaba una pistola y una escopeta (a su costado contaba con un cuchillo muy filoso), le hicimos la platica hasta que logramos convencerla de que nos acompañará, bueno ya éramos cinco.
Cuando recién llegamos a Rusia (muy cansados por cierto) nos dimos cuenta de algo que nadie de nosotros esperaba...

Virus Z11.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora