Capítulo 3: La musa encerrada en el estudio

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✨🍦Advertencia de contenido sobre: depresión, se recomienda discreción🍦


Cuando despertó era porque el gato estaba maullando y rascando desesperado la puerta. Se incorporó del sillón y le abrió la puerta, de inmediato el Sr. Buñuelo corrió arriba para entrar al baño de la planta baja y usar su arenero. Si Nanami se dejaba llevar por el instinto del gato lo más seguro era que su esposa no estaba. Nanami por reflejo llevó su vista al refrigerador donde ella solía dejar las notas... no había nada. El reloj marcaba que eran las 10:30 de la mañana. Subió hasta su habitación y abrió la puerta con delicadeza... la cama estaba tendida y no se escuchaba ruido en el baño así que en efecto... ella se había ido nuevamente. Sinceramente Nanami ya esperaba eso.

Llevó a cabo su día con normalidad, fue al museo y a dar clases, se llevó una grata sorpresa al ver una nueva fotografía de Yuuji. Había pedido que la explicación de su obra la pusieran en un sobre sólo había visto la fotografía tendrían que esperar para ver la calificación.

Terminó su día en el restaurante... para variar un poco solo pues Haibara se había encerrado nuevamente para pintar un cuadro. Estando solo los pensamientos de que había dejado un problema en casa lo abordaban y frustraban. Preguntó al gerente que pasaba a su lado si podía encender un cigarro.

—Adelante, no hay tanta gente no habrá problema. Es más... ¿me invita uno?

Bueno Nanami no veía por qué no, le permitió tomar uno y le brindó fuego.

—¿Le molesta... si me siento con usted?

No podía decir que no, así que sólo hizo un ademán al sillón enfrente de él.

—¿Dónde está... su amigo? ¿Es su amigo?

—Lo es. No pudo venir hoy. ¿Lo extraña? —dio una calada al cigarro. el gerente se rio, vaya que era un cliente... ¿cómo describirlo? ¿"ácido"? no le molestaba.

—Podría decirse que sí y que me alegra que sea sólo su amigo.

—Hmm... no es sólo un amigo, es mi mejor amigo. Veo que viene a cobrar los flanes de cortesía que tuvo que darme ¿verdad?

—Los flanes eran por amabilidad, no tiene que estar a la defensiva con ello.

—Una disculpa —expulsó el humo del cigarro.

—Entiendo... no siempre la vida nos trata bien. —Nanami levantó los hombros, no quería tener una plática de eso con un "extraño"— ¿cómo se llama?

—¿Me pregunta mi nombre o el de mi amigo?

El gerente volvió a reírse.

—El suyo para después poder preguntar el de su amigo desde luego.

—Kento Nanami, ¿con quien tengo el gusto? No creerá que le daré información de mi amigo a un extraño.

—Suguru Geto... compartimos humo yo no creo que seamos tan extraños, pero puedo preguntarle... ¿a qué se dedica? Sólo para no ser tan extraños.

—Así parece que está interesado en mí... a mi amigo no le agradará eso...

Notó que el gerente abrió un poco sus ojos, lo que había dicho le llamó la atención.

—Soy fotógrafo, tomo fotografías artísticas, si es que así se le puede llamar a lo que hago.

—Ah es usted... ya decía yo que había visto su nombre en algún lado. De usted son las fotografías en el museo metropolitano —él asintió—. No soy mucho de arte... pero tuve que ir porque necesito temas de conversación. Vi su exposición... me gustó la fotografía de un pandillero... no recuerdo el nombre... pero tenía un tatuaje de dragón.

Set fire to the rain - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora