Capítulo 4: Mantener la costumbre

76 14 2
                                    

✨📷✨

Nota: esta actualización fuera del jueves de surtido rico es especial porque es mi cumpleaños :D! y curiosamente tocó este capítulo (risa nerviosa).

 Advertencia, este es un capítulo con contenido picante, caliente, fogoso... cochinote. Estuve indecisa de saber si les pongo o no este tipo de advertencias pero creo que lo haré. Atasquense que hay lodo.

✨📷✨


Unos días habían pasado desde aquella conversación y la casa recuperaba viejas costumbres. Nanami volvió a dormir con su esposa y a sentirse sumamente feliz y en calma en las noches mientras ella lo abrazaba. Volvieron las risas en la cocina, las mañanas de arreglar el jardín... las tardes en las que convivían juntos después de las clases de Nanami. Dalia volvía a ser la mujer que Nanami conocía, tan alegre capaz de sacarle sonrisas.

Los paseos los fines de semana volvieron pero... Nanami no volvió a entrar a su estudio y olvidó a aquella musa. En esos días sólo eran él y su esposa, era sólo suyo, para retomar su matrimonio. Una tarde después de la comida mientras miraban una película ella soltó sin más.

—Me dijeron que serás profesor en la carrera de fotografía.

—No lo había comentado porque no estaba del todo seguro.

—¿Lo estás?

—No lo sé... pero ya he dicho que sí.

—Eres buen profesor... demasiado bueno y aunque no lo digas te gusta dar clases.

—Pero se acabarían las mañanas contigo.

—Hmm eso no es cierto... porque nos podrían dar oficinas juntas y yo podría dar clases en el salón de al lado. Nos veríamos y no te extrañaría.

—¿Serás profesora?

—Es una decisión que tomé ayer... porque creo que Utahime tiene razón debo sentar cabeza, quiero algo fijo.

Nanami sonrió, no quería preguntar si eso lo hacía por él... le dolería saber que la obligaba a algo y las palabras de Haibara sonaron en su cabeza: "debía quedarse quieta". A Nanami no le agradaba del todo eso, él no pedía que ella se cortara sus alas y se quedara frustrada en casa... la amaba libre. El problema nunca fueron los viajes sino la distancia que comenzaba a aparecer así que ella podía retomar los viajes sólo debía mantener un equilibrio.

—Si tienes que viajar no dudes en hacerlo... no me molestan los viajes. Sólo espero que no te moleste que te llame todas las noches.

—¡Sería perfecto!

Perfecto sí... todo era perfecto excepto por la crisis artística a la que se enfrentaba Nanami y de la que no podía hablar con ella porque Dalia estaba a otro nivel. Todo lo que sacaba su cámara era oro porque ella creía que así era... su confianza era una bendición de alguna forma. Por lo que las veces que iban de expedición a sacar fotos aunque Nanami tuviera la cámara... no lograba sacar algo bueno.

Como Dalia no tenía idea de lo que experimentaba... no podía ayudarlo, sólo era él y su batalla. Pero ella sí vio aquella foto tras entrar al cuarto oscuro, la tomó entre sus dedos e inspeccionó con detalle. Esa fotografía era diferente a los anteriores trabajos de su esposo, era... una prueba de que sus obras estaban cambiando. Y ella sabía que estaba ante un artista en potencia, las fotografías que ella sacaba bien podían parecer juego de una niña aficionada... Ella sintió un extraño recelo por esa fotografía.

—¿Quién es tu modelo? —le preguntó a Nanami fingiendo desdén.

—No lo sé... se metió cuando tomé la foto. No lo he vuelto a ver así que no puedo usar esa fotografía.

Set fire to the rain - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora