Chapter 5: Apologies, Bittersweet Tears And Salty Kisses

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["Heart like yours"– Willamette Stone: les recomiendo ponerla en bucle hasta el final del capítulo]


Cuando llegaron al departamento de Harry, éste llevó a Peter hasta su habitación y depositó al castaño sobre su cama, subiendo sobre su cuerpo y hundiendo el rostro en el abdomen del más bajo.

Peter no sabía qué hacer, no entendía las acciones del azabache, pero tampoco quería alejarlo, no después de creer que lo odiaba y que nunca más podría estar cerca de él.

Estaba a punto de recorrer su cabello con sus manos cuando el cuerpo del más alto empezó a sacudirse suavemente y un rastro de humedad comenzó a esparcirse donde el rostro de Harry se encontraba refugiado.

—Harry— intentó levantar su rostro pero los brazos del azabache se aferraron férreamente a su cintura.

—¡Harry!— repitió al escuchar pequeños sollozos —Harry... está bien, todo está bien, no llores— comenzó a repartir caricias por su cabello y espalda, intentando tranquilizarlo.

—¡Nada está bien! ¡Estabas al borde de la muerte!— dijo aferrándose un poco más.

—Mírame Harry— pidió seriamente.

El azabache despegó su rostro lentamente de su escondite, lágrimas gruesas se deslizaban sin control por su hermoso rostro y Peter sintió ganas de besarlo para que dejara de llorar, pero se limitó a acariciar sus mejillas.

—Todo está bien Harry— le dijo con calma.

El azabache negó con la cabeza.

—No, no lo está. Eres lo más importante en mi vida Peter, y te lastime, una y otra vez... yo- —

—No sabias que era yo—

—¡Eso no cambia el hecho de que fui un desgraciando despreciable! Te insulté como héroe y como amigo, te dije cosas horribles porque me mentiste, estaba resentido pero tus mentiras no eran malas, querías protegerme y yo sólo te traté despectivamente... Yo... yo lo siento tanto Peter— expresó entre sollozos, apretando las manos que estaban a cada lado de su rostro —No pude soportar que la única persona que importa en mi vida me mintiera, no quería que fueras como mi padre, como los demás, no pude con ello y terminé desquitándome contigo. Yo... yo te amo Peter, eres la persona más importante en mi vida, la única importante, no me importa parecer un obsesionado, solo te necesito a ti. Lo siento, por favor perdóname, no sé qué hacer para arreglar las cosas, haré lo que sea que me pidas menos alejarme de ti. Te amo, te amo, te amo, estaba volviéndome loco cuando no despertabas, no podría seguir aquí si tú te vas, te necesito a mi lado, aun si no me correspondes, quiero estar a tu lado como tu mejor amigo, como tú aliado, como tu compañero, por favor, perdóname Peter, no te vayas... no me dejes...—

El castaño sintió que todo el aire en sus pulmones lo abandonaba ante la escena frente a él.

Harry, su Harry estaba declarándosele a él, al chico menos especial de la ciudad, lloraba por él, le pedía que no lo dejara...

—Nunca podría dejarte Harry— susurró mientras acercaba el rostro del contrario, depositando besos en sus párpados como había querido, en sus mejillas, nariz y frente —Te amo Harry, perdón por mentirte, por desaparecer durante nuestros encuentros, por distanciarme, no quería que salieras herido y aun así terminé lastimándote. Lo siento, nunca volveré a mentirte, aún si es doloroso o difícil, no volveré a ocultarte nada nunca. Así que no me pidas que desaparezca de tu vida nunca más, porque no podría hacerlo, te seguiría a donde sea que vayas. Te amo— afianzo su punto besando los labios del azabache.

Era un beso lento y cálido, con un sabor salado a causa de las lágrimas de ambos...

Osborn no podía con la felicidad que acrecentaba en su pecho, poco a poco comenzó a fundirse en ese tierno rose de labios.

No podría contenerse si Peter era así de dulce con él...

Su manos se deslizaron hacia el rostro del castaño, acariciando sus mejillas, acercando su rostro para besarlas hasta llegar a su mandíbula, donde siguió bajando el recorrido de sus labios.

—Harry... — su nombre salido en un suspiro sólo lo motivó a seguir.

Lentamente retiro su gabardina del cuerpo del más bajo, desatando la bata de hospital, pero sin quitársela del todo, deslizando sus manos por esas tentadoras piernas hasta llegar a sus muslos.

El cuerpo de Peter se estremeció.

-Harry... yo... yo quiero pero— un gemido interrumpió sus palabras cuando una de las manos grandes y frías envolvió su miembro —Harry... yo acabo de salir del hospital y...— todo sentido se perdió cuando el rostro del azabache bajó hasta sus piernas y comenzó a morder suavemente su muslo derecho, mientras lo masturbaba lentamente, sin apartar sus ojos zafiro de los esmerada del castaño.

—Peter— dijo roncamente —me asegure de que tu cuerpo estuviera completamente recuperado. Aquí— dijo besando sus muñecas— aquí — expresó rosando su pecho con sus labios — y aquí— susurró, volviendo a besar su cuello —no hay ninguna cicatriz, ninguna herida, ninguna marca, en ninguna parte de tu cuerpo —

Peter observó sorprendido lo que el azabache le había dicho, era verdad, su piel no poseía marca alguna, como si nada hubiera pasado.

—¿Cómo...?— otro gemido interrumpió sus palabras.

Harry continuo marturbandolo mientras bajaba a besar su abdomen.

—No permitiré que nadie marque tu cuerpo sin tu permiso, y aun con él, nadie puede hacerlo, solo yo quiero marcarte — Con cada pausa iba acercándose al rostro del castaño, dejando un recorrido de besos a su paso, lamiendo su piel — Pero jamás lastimarte, quiero marcar tu cuerpo con besos y caricias, con la fuerza de mis manos cuando embista contra tu cuerpo, con mis dientes cuando muerda tu sedosa piel, con mi lengua cuando pruebe cada parte de ti. Quiero marcarte como mío, para siempre — se dio cuenta de sus palabras y la sangre se le subió al rostro — Si me aceptas, por supuesto— finalizó con una sonrisa que ocultaba sus nervios, se había dejado llevar pero nunca haría algo que Peter no deseara, su consentimiento era lo más importante.

Se dedicó a acariciar el rostro del castaño con cuidado, esperando su respuesta.

Podría soportarlo, aun si le rechazaba, podría soportarlo.

Para su sorpresa y malestar, Peter se alejó de él, lo que produjo un sentimiento desolado en su pecho.

Pero éste pronto fue remplazado por deseo cuando Peter hizo que se sentara en la orilla de la cama, lentamente deslizó sus piernas a cada lado de las caderas del azabache, posando sus manos sobre su pecho y comenzando a desabotonar su camisa, por cada botón que deshacía, depositaba un beso en el pecho del más alto.

Harry se sintió enrojecer, no había imaginado aquello ni en sus mas locas fantasías.

Peter continuó con su objetivo, arrodillándose frente a él cuando llegó a los últimos botones, lentamente se levantó y comenzó a deslizar la prenda fuera de los brazos y espalda del azabache, retomando su camino de besos por el cuello y los hombros del más alto.

Al finalizar, bajo sus manos hasta el borde del pantalón, el cual desabrochó y comenzó a deslizar por las piernas del mayor, continuando su recorrido de besos por sus muslos y rodillas. Cuando tuvo al azabache en ropa interior, retiró lentamente la bata que cubría su cuerpo, sintiéndose avergonzado y expuesto, pero abrumado ante el deseo, la adoración y el anhelo que desprendían los ojos oscurecidos del contrario.

Quien se deshizo de su última prenda sin apartar la mirada de los iris esmeralda.

Cuando ambos se encontraban desnudos, Harry finalmente se permitió trazar el cuerpo contrario con la mirada.

Se sintió aliviado de que no hubiera quedado ninguna cicatriz en el hermoso cuerpo frente a él, ninguno de esos insectos merecía haber tocado al castaño, por supuesto que se arrepentirían de ello. Pero ahora, lo más importante era la persona frente a él.

—¿Puedo tocarte Peter?— susurró roncamente.

El oji-esmeralda asintió mientras se acercaba y volvía a deslizar sus piernas a cada lado de las caderas contrarias, jadeando ante la deliciosa sensación de piel con piel.

Harry no estaba mejor...

Apretó sus manos en puños durante unos segundos antes de permitirse tocar al castaño, no quería perder el control y lastimarlo, nunca más.

Blood Of A Wounded HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora