Chapter 3: Blood Of A Wounded Heart

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["Another love" – Tom Odell y "Another love – slowed + reverb" – slowed + reverb tazzy, sad songs, tazzy]


El padre de Harry moría y solo la sangre del Hombre Araña podría salvarlo, a él y a los amigos del azabache.

Pero el Hombre Araña no estaba ahí ¿o si?

Todas las personas que Harry apreciaba estaban infectadas y, de forma constante, le había expresado muy claramente que a él no le importaría si el héroe arácnido dejase de existir.

Sólo su sangre podría salvarlos pero ¿podría sobrevivir a ello?

No lo sabía...

"Ya no me importa Parker, ni tus motivos, ni tus secretos, ni tu patética existencia..."

— ¡Maldito Hombre Araña! —

Le escuchaba maldecirlo una y otra vez...

Creyó que finalmente había logrado ser su amigo en su identidad secreta pero estaba equivocado...

"No puedo creer que perdí mi tiempo con alguien como tú..."

Ya no eran amigos, ni como superhéroe ni como civil.

"Eres un mentiroso, tal como mi padre, me repugnas..."

Lo había perdido...

"Después de esto, quiero que desaparezcas de mi vida, no te quiero cerca..."

Aun con esas palabras taladrando su pecho, se acercó sigilosamente al azabache, colocando una mano sobre su hombro.

—Todo estará bien Harry— dijo con una débil sonrisa, antes de tomar una navaja del antebrazo del traje, para después despojarse del mismo y descubrir sus brazos.

Necesitaban sangre.

Su sangre...

Realizando un corte profundo en su muñeca, comenzó a proporcionar el líquido carmesí a los infectados, uno a uno.

Se sentía mareado pero no podía detenerse ahora.

Sentía que su cuerpo sucumbiría en cualquier momento...

Cada vez realizaba más cortes.

Harry no se había movido de su lugar, seguramente lo odiaba más ahora que sabía quién era en realidad, cuando quiso observar el rostro del heredero Osborn, unos brazos se aferraron a él. Uno de los infectados estaba sosteniendo su espalda, observándole como a una presa, para después enterrar sus dientes sobre su cuello sin compasión alguna.

¡Maldición!

Dolía...

Sus brazos dolían, su cuello dolía, su corazón dolía...

Pero estaba bien, él no era importante para Harry, pensó que sacrificarse por él era una buena forma de morir ahora que estaba solo en el mundo. Sin sus padres, sin Tío Ben, sin Tía May, sin Miles, sin Gwen y ahora sin Harry, ya no le quedaba nada.

Entonces ¿para qué luchar?

¿Por qué aferrarse a una vida que no tenía calidez ni sentido?

Otros chicos se acercaron para cambiar de lugar con su atacante, desgarrando sus brazos, su cuerpo comenzó a sentirse aun más pesado, inmóvil y debilitado.

Ya no pudo sostenerse de pie, por lo que cayó al suelo aún con los infectados succionando su sangre, manchando el agua que los rodeaba de carmesí...

Sus párpados comenzaron a cerrarse y, solo por un segundo, le pareció escuchar su nombre de la voz del azabache.

Claramente estaba alucinando...

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