Querida.
No puedo escribir esto sin llorar.
Ella era mi todo y lo sabías, la única que me daba ganas de seguir adelante desde tu partida...
No, no te la hubieras llevado.
Sé que extrañas a Quintana Roo, pero la necesito mucho, por favor. Regrésame a mi princesa...
México tienes a todos allá arriba, por favor déjame a Quintana Roo, es mi princesa... sin ella, no podré estar vivo.
La casa se siente sola y este silencio me va a matar de a poco...
Por favor, no a mi princesa...
—Rusia