Maia
Cruzo el puente que lleva al pueblo al mismo tiempo que oigo las quejas de mi abuelo por el manos libres del coche.
—Simplemente no comprendo por qué no puede dejarlos aquí, con nosotros. Tu abuela se aburre muchísimo últimamente. Está mayor, hija, necesita distracciones.
—Cuidado, Ronan —oigo a mi abuela por detrás—. Estoy mayor, pero no sorda.
El tono en que ha dicho la palabra «mayor» me deja claro que mi abuelo se ha metido en un lío.
Él también debería tenerlo claro, pero al parecer no está dispuesto a abandonar su diatriba.
—Solo digo que son nuestros nietos, maldita sea. Debería poder disfrutarlos cuando quisiera y me ofende que mi hijo y su esposa prefieran pagar a una niñera antes que dejarlos aquí.
—En realidad, creo que lo hacen para no cargaros con el estrés que supone cuidar de Liam y Hope —añado por si sirve de algo.
—¿Estrés? Conocí a mi nieta siendo casi una adulta y, cuando por fin tengo dos nietos pequeños que puedo disfrutar, ¡no me los dejan por estrés! A mí no, entiéndeme; a tu abuela, que sufre mucho no poder verlos a diario...
¿Y bien? ¿Quién está deseando que llegue el 22 de septiembre? :)
Se aceptan amenazas por dejarlo aquí jajajjajajajaja
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Cuando acabe el invierno y volvamos a volar
Teen FictionPrimeros capítulos de la segunda parte de la bilogia "Rose Lake".