- Encontré a mi alfa - dije de la nada.
Mi madre dejó caer un vaso que afortunadamente era de plástico y mi hermana se ahogó con el agua que estaba tomando. Ambas me miraron de mala manera.
- ¿Cuántas veces te he dicho que no digas las cosas importa...
Esta historia es mía solo que la tenía en otro perfil y decidí adaptarla a este shipp. No denunciar. Prohibidas las adaptaciones.
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N A M J O O N
Los destinados. Aquella historia que te hacen saber desde prescolar, la madre Luna eligiendo a quien será tu otra mitad, la persona a la que amaras y atesoraras. Esa persona que moverá tu mundo y te hará querer mejorar cada día para sentirte merecedor de su amor.
He dedicado mi vida a buscarla, la mujer perfecta para mí. Siendo sincero no me agrada la idea de marcar a alguien más y aunque las probabilidades de que la conozca son bajas casi nulas no pierdo la esperanza.
Esperare el tiempo necesario para conocerla, enamorarla y poder pasar el resto de mis días junto a ella.
Caminar por el centro de la ciudad se ha vuelto una rutina desde hace un tiempo, una que siendo sincero disfruto. Veo a la gente pasar tratando inútilmente de identificar algún olor que despierte mis sentidos haciéndome saber que mi destino esta cerca. Según la leyenda el olor de mi destinada me atraerá como ningún otro.
El ritmo de la ciudad es rápido, no es raro ver a gente corriendo o a los omegas jalando a sus hijos para evitar que se pierdan. En las bancas que hay por la calle se encuentran parejas que disfrutan de sus momentos especiales o algunas otras caminan hacia diferentes destinos sin soltar sus manos.
Decido sentarme en una banca y dejo volar mi imaginación creando hermosas escenas a lado de mi destino, cosas tan simples como tocar su cabello, dar masajes a su cintura que terminen en besos llenos de sentimiento, mi mente no tarda en crear un escenario que tenga por acto principal el despertar y besar nuestra unión, una hermosa marca que ha sido cuidada desde el primer día.
La impaciencia por encontrar a mi omega crece.
Y aunque soy de la idea de que aparecerá en el momento indicado, mis padres se han encargado de repetirme que un empujoncito no hará mal. Por lo que tengo un viaje corto a Busan junto a mis dos mejores amigos, Taehyung y Jackson. Ellos me entienden y respetan el hecho de que quiera esperar a mi destino cosa que no todos hacen.
Muchos se confunden y creen que nunca he tenido un acercamiento sexual o romántico con alguna omega. Si bien he tenido unas cuantas aventuras con chicas que me han hecho tener una leve idea de cómo será mi destinada, ya que algunos factores se repiten en la mayoría de mis encuentros casuales.
Chicas con cabello largo y lacio, piernas gruesas, pechos grandes y muy seguras de si mismas. Me gusta la idea de que sea así, también me gustaría que fuera de mi edad o quizá un año mas chica que yo, atrevida y con una actitud coqueta. Tampoco espero una mujer que cumpla completamente los estereotipos que ha impuesto la sociedad.
- Hola. - una chica me saco de mis pensamientos, la mire.
Era linda, ojos claros y piel blanca, su olor era de galletas con café, algo dulce pero a la vez fuerte aunque su olor era rico supe que no era mi destino.
- Hola. - ella tomó asiento a mi lado.
Viendo el lado bueno, no encontré a mi omega pero si alguien con quien pasar el rato.
- ¿Esperabas a alguien cariño? – su sonrisa era coqueta, definitivamente no iba a pasar la noche solo.
- No a nadie.
Suelo ser muy frío y cortante con las personas que no conozco, pero cuando se trataban de chicas lindas con las que pasare un buen rato podía mejorar un poco mi actitud.
- ¡Oh! Entonces no te molesta si te hago compañía - giro su cuerpo en mi dirección y la imite en seguida.
La banca era demasiado grande pero el espacio entre nosotros era muy corto, ella puso su mano en su rodilla izquierda y con mi mano empecé a jugar con su pulsera mientras le daba una mirada coqueta.
-¿Cómo te llamas hermosa?- levanté la mirada y vi que abrió la boca.
Pero de un momento a otro todo a mi alrededor se detuvo.
Entre todos los olores distinguía uno, el más hermoso que había olido en toda mi vida.
Algo dulce pero embriagador, sin duda mi favorito y lo supe, supe que era mi omega.
Me levante de la banca sin dejar responder a la muchacha que de pronto dejo de ser atractiva, ella me miro confundida pero no me importo, respire hondo intentando ver de dónde provenía ese hermoso olor.
Helado de chocolate.
Di dos pasos hacia delante, mi olfato de alfa tenía que ayudar, una vez que identifiqué de donde venia el olor me dirigí lo más rápido que puede hacia allá. Pero cada vez era más débil el olor, sin importar el hecho de que fuera un alfa, no logre encontrar la fuente de ese hermoso olor.
Corrí dos cuadras y no encontré a nadie, era confuso, mi omega también debió olerlo y no le importo, solo...¿Huyo de mí?
Me detuve y recordé el olor, era hermoso.
Solté un suspiro y decidí irme de ahí, ahora lo sabía. Estaba cerca, así que regresaría como todos los días pero mas temprano y me quedare hasta mas tarde.
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