J I N
Después de pedirle a Jimin que limpiara las heridas de Nam fui al mostrador donde me pude despedir de mi compañero de trabajo. Tome el banco y las ordenes no tardaron en llegar, trabaje sintiendo las miradas de mis amigos y los chicos del fondo en mí.
Vi el encuentro entre mi hermano y su destinado, fue muy lindo. Además de que sus olores combinaban muy bien, arroz con leche y canela. Delicioso.
Quise acercarme a felicitarlos pero el flujo de gente en la heladería era alto.
Constantemente veía en su dirección y se veían tan tiernos, note que todos estaban en - al parecer – una amena platica, haciendo la imagen para mi hermosa. Mi hermano con su destinado, Yoongi y Jimin siendo la pareja unida que son, Hobi haciendo ruiditos tiernos. Y mi destinado.
Conversando, compartiendo un momento con parte de las personas más importantes en mi vida. Se ve hermoso aun con unos cuantos rasguños.
Tenía una sonrisa y sus ojos se posaban en quien hablara, sus expresiones eran lindas y se notaban sus fuertes brazos. Brazos perfectos para rodear una cintura.
¿La mía o la de ella?
No puedo negar la belleza de la chica sentada en una esquina de la heladería que no aparta la mirada de la espalda de mi destinado – quien parecía no notarla, o ignorarla-.
¿Es mi destino? Sí, pero...¿Qué es de ella? ¿Quién es ella para él?
No lo sé, pero estoy seguro de que se ven muy bien juntos.
La tristeza acompañada de la inseguridad se apoderan de mí, mi olor delata lo que siento como siempre. Justo cuando cambia mi olor él dirige su mirada a mí con ¿Preocupación? La campana del local sonó evitando que hiciéramos contacto visual por mucho tiempo.
Los chicos que entraron hicieron sus órdenes y sin tardar mucho serví sus helados, regresando al banquito para poder entregárselos. Cuando les entregaba su cambio vi que Namjoon caminaba hacía los baños con sus manos tallando sus ojos.
Taehyung siguió con la mirada a su amigos mientras Jimin parecía regañar a su alfa, a pesar de estar cerca no podía escucharlos y la gente esperando no me permitía acércame a ellos.
Poco después Yoon se levantó de la mesa y se dirigió al baño.
Al mostrador se acercaron la chica de cabello rizado que me coqueteo hace unos días junto a la chica que estaba con Namjoon, seguidas de los chicos que me miraban con asco.
- Namjoon - el chico más alto se acercó a él despegando a Yoongi que lo venia abrazando por el cuello- ¿Qué sucede contigo? Venias con nosotros, no con ellos - vio con despreció a mi amigo y él le gruño.
- Si Kim - el otro chico se acercó también seguido por las chicas- ¿Por qué tú y este corrieron detrás del rarito?-
Se encontraban apenas a unos pasos del mostrador y podía escuchar a la perfección su conversación. Estoy acostumbrado a los insultos pero el haber encontrado a mi destinado me tenía sensible, haciendo más doloroso esas palabras.
- ¡No le digas así! – Namjoon le gruño, tensando su mandíbula y haciendo sus manos puño.
- Nam, ¿Qué paso? ¿Estás bien? – la chica con la que se besó camino hasta quedar frente a él.
Toco con delicadeza su cara y mi corazón dolió. Yo era su destinado, pero quizá ella era su novia o esposa, la dueña de su corazón o el amor de su vida. Ella podía ser la persona que él eligió y yo, soy quien la Madre Luna eligió.
- ¿Qué te paso? - su tono de voz demostraba preocupación. Mis amigos y los suyos mantenían las miradas en ellos, intrigados.
- No te interesa – quito las manos de la chica.
- ¡Hey! ¿Qué te pasa? No me digas, de seguro tiene que ver con el rarito y su bola de estúpidos – él moreno me miro enojado –. Rarito de mierda, ¿Qué fue lo que le hiciste a mi amigo? – se acercó al mostrador y agradecí bastante que fuera muy ancho separándome del chico que se veía molesto.
- ¡No le digas así! – Emilio uso su voz de alfa y sentí mi cuerpo hacerse chiquito, su voz tenía un gran efecto en muchos ya que era bastante imponente, pero la voz de alfa en su destino siempre afectara más – Es mi omega.
Es mi omega, es mi omega. Es. Mi. Omega.
Él me aceptaba, su lobo me reclamaba como suyo. Mi corazón latió rápido, mi alfa me aceptaba. Aquel alfa para el que me guarde todo este tiempo, me aceptaba.
Sus amigos lo miraban con sorpresa mientras los hombros de Namjoon subían y bajan. Mis amigos lo miraban con orgullo y alivio.
Mi aroma se disparó demostrando toda le felicidad y emoción que había en mí.
- ¿Tu omega? Eso no puede ser, tu estabas muy feliz besándome. Vamos Namjoon, estábamos pasando un buen momento juntos - la chica se veía exaltada.
- Solo te bese porque este idiota - señalo al chico moreno- Una vez se besó con la novia de mi mejor amigo valiéndole tres kilos de mierda sus sentimientos y como vi que suspiraba como tarado por ti, aproveché para vengarlo. Lamento utilizarte - termino con un tono de voz mas bajo.
Los ojos de la chica se cristalizaron, el chico moreno pareció comprender todo. Tae y Yoongi volvieron a mirarlo con orgullo, la chica rizada analizaba la situación en silencio.
Yo por una parte comprendí eso, yo hubiera hecho cosas peores por mis amigos. Haría cosas peores por ellos.
Pero no si supiera que mi destinado está cerca.
- ¡Por Dios! - la chica rizada exclamo en alto y después comenzó a reírse como si le hubieran contado el mejor chiste- Kim Namjoon. Con un hombre, un omega así - me vio de arriba abajo y volvió a reír- ¿En dónde quedaron las chicas de cabello lacio, altas, con grandes caderas, pecho grandes y actitud segura de sí misma? Este omega parece un niño, no es alto y la inseguridad en él se ve a kilómetros - yo no era tan inseguro, pero si me afectaban las constantes burlas, a cualquiera lo harían.
Era más tímido que inseguro.
- No me interesa, él es hermoso y yo lo acepto como es él - el calor subió a mis mejillas
- Ya quiero ver que dice tu padre - el chico de piel blanca habló y todos salieron de la heladería, el ambiente era tenso.
Yoongi le dio una palmada en la espalda y ambos fueron a sentarse de nuevo.
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Nos leemos luego.
Mont_Q
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Ice Cream | NamJin
Fanfiction- Encontré a mi alfa - dije de la nada. Mi madre dejó caer un vaso que afortunadamente era de plástico y mi hermana se ahogó con el agua que estaba tomando. Ambas me miraron de mala manera. - ¿Cuántas veces te he dicho que no digas las cosas importa...