𝕁𝕒𝕢𝕦𝕖 𝕄𝕒𝕥𝕖 [Terminada.]

25✨

"Una partida de Ajedrez se divide en tres etapas:

La primera cuando piensas que tienes la ventaja.

La segunda cuando tienes la ventaja,

y La tercera...

¡cuando te das cuenta que vas a perder!

 Savielly Tartakower"

El sacrificio de los peones por proteger a su Reina es algo inevitable.
Ellos saben que en cualquier momento del juego saldrán del tablero, que no importa cuantos movimientos hagan siempre tendrán que salir.

Es por eso cada uno de los miembros de sus respectivas mafias sabían cual era el costo de una guerra sin razón, aquella que se desato solo por el capricho de uno de ellos, solo que nunca pensaron que esto terminaría de una mala manera.

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Camino hacia otra casa de seguridad Ayuki estaba sentada en la parte posterior el auto junto al cachorro de Imaushi el cual está sumergido en sus pensamientos, Ayuki lo mira al igual que Yamagishi y Kazutora por el espejo retrovisor.

—Oye cachorro.— hablo Kazutora.

—Soy Yuki para ti.

Dijo el menor para mirarlo, los demás lo vieron de manera sorprendida.

—Bueno Yuki ¿puedo saber que te pasa?

—Tora, déjalo tranquilo.

—Es solo que sus feromonas estas inundando el auto.

—Lo se, pero a mí no me molesta.

—Será mejor que le hables jefa, el te escuchara y hará lo que digas..

Ayuki lo miro y toco su hombro haciendo que este se asustara al sentir la mano de la mujer. Todos en el auto estaban pendientes del cachorro.
Ayuki lo miro a sus ojos, aquello ojos violetas idénticos a los de Wakasa se cristalizaron por las  lágrimas, mientras seguía mirando a la persona al lados suyo.

—¿Él es mi padre verdad, el hombre alto y de cabello negro?—

Pregunto el menor, Kazutora intento hablar, pero fue el mismo Yamagishi, quien movió la cabeza para que no lo hiciera.

—Yuki, yo te contare toda la verdad cuando lleguemos a la casa de seguridad, solo ten paciencia.

—Pequeño, si quieres llorar hazlo.

Aquellas palabras hicieron que la lagrimas comenzarán a caer por las mejillas del cachorro que solo se lanzó a los brazos de Ayuki en búsqueda de protección. Kazutora veía como ella lo abrazaba pensando en cómo se volvió el único soporte del cachorro en el poco tiempo que lo conoció.